Blanca y rayante

La CULPA se hace la linda

y se viste de novia para venir a verme,

no sea cosa que no la vea.

Sin que me dé cuenta

me pasa el trapo por la cara

mientras se maquilla y se pone el tocado.

Yo la veo tan hermosa,

tan tranquila,

que no puedo dejar de mirarla.

Entonces abre su boca de futura esposa

y no para de llenarme la cabeza

de ideas que nunca se me habrían ocurrido sola.

Trato de decir algo, pero ella

sigue, me embauca, me envuelve,

me canta retruco y falta envido a la vez.

Y sé muy bien que me está mintiendo,

pero soy incapaz de pedirle que

me muestre las cartas al final del partido.

En la revancha la hago mierda.