Dia 1:
¡Ya murió la muerte!
La vida después de la muerte está al alcance de un celular.
Nadie muere, y menos morirá. En un espacio en donde no existe la sobrepoblación porque se expande constantemente.
Niñes criados por Youtube, no morirán. Adolescentes guiados por la mirada, tampoco.
Sobreviven las fotos donde el tiempo no existe, la virtualidad derrota al usuario.
Ya lo predijo Baba Vanga: en miles de milenios, cuando todo se haya marchitado, una civilización extraterrestre conectará por accidente sus aparatos a la red inalámbrica que llamamos Internet, y se encontrará con el uso desmedido que le dabamos a las redes, con la opinología ejercida por una especie fuera de control.
Se encontrará con esas frases que publicaste en Twitter, insultando a alguien o a algo, con las lecciones de vida boludas que escribías acompañando una foto en bolas, con los berrinches de gente adulta.
Hasta quizás se encuentre con esta bitácora derrotada que a nadie le interesa.
Dia 2:
Podría ser un salto, un simple salto.
He soñado que doy un salto al vacío.
He soñado que saltan amigues, y por desesperación, también lo hago.
He soñado que un fibrón en mi mano se convierte en un arma blanca y con él me corto la garganta.
He soñado con ese mismo fibrón, pero esta vez lo trabo en la úvula y me dejo sin aliento. Subraya mi interior, ennegreciendo los pulmones, y me disuelvo en el inconsciente.
Es mi propio trazo el que me supera, por más que trate de contenerlo, el trazo se materializa en una muerte inevitable.
Pero, ¿qué hago en el mientras? Trazo otra línea y vuelvo a soñar.
Dia 3:
Silencio.
Sólo los peces pueden enseñarnos sobre el silencio, o quien esté cerca de ellos.
Juan Ramón, un pescador de la orilla pacífica ecuatoriana, confesó en sus memorias que no hay muerte más silenciosa que la del pez.
Pero el silencio es un privilegio para los mamíferos.
No hay palabra que en su raíz no lleve sonido.
Y como si fuera un deporte, me trago palabras, buscando aniquilar semansis.
Entonces se convierten en ruido de bombas, dentro del remolino infinito del diálogo interno.
Con mis fantasmas, con mis otros otros. Con situaciones en las que fantaseo haber tenido la capacidad de ser honesta a los gritos.
Pero recuerdo que estoy aquí, a pesar de ese sórdido dialogar.
Recuerdo con pesar que estoy en este cuerpo que no puede dejar de escuchar.
Dia 4:
Da bronca que en la ficción (sobre todo la audiovisual) nunca aparece el autoboicot, pero con los años una va descubriendo que es un virus muy común. En ningún lado te advierten del peligro. En el/la personaje que sale del hueco más hueco para convertirse en estrella super star, o cumplir su sueño, no habita ningún vestigio de ecos pasados. No hay hipervoces en sus voces planificadas.
Quizás exijo demasiado a una ficción, que no tiene porque ser un espejo de mi país interior. Pero entonces crece y crece la necesidad de darle entidad a ese bulto que vive en las sombras, que cuando puede se cuela y te empuja, una vez más a tus pesadillas más honestas.
Dia 5:
Tan vacío como la existencia de los relojes. Más sincero que el consuelo de Hades.
Exhausto como razón de marginade. Salomónico como jugada de ajedrez.
Jugar a buscar extremos y comparaciones. Metáforas para tratar de hacer un texto coherente, atractivo y que a usted, lector/a, se interese por estas palabras tan vacías.
¿Con qué finalidad?
No hay otra razón que la propia vanidad. No hay producto que pretenda ser estético, que se salve de la vanidad. No hay humane libre de pecado.
Lo religioso se mezcla en el discurso inconsciente y cimentamos tantos sentidos de nuestra vida desde ese lugar, que portamos cruces sin quererlo.
Y así, cargando cruces y caminando calvarios, vamos les derrotades.
Dia 6:
Hay estudios que hacen del suicidio una tasa medible para que los Estados traten la problemática y se hagan cargo. Durkheim, uno de los clásicos de las Teorías sociológicas, sentó las bases de la disciplina y la convirtió en un campo aparte de la filosofía a partir de estudiar el suicidio y sus causas, como hecho sociológico y no individual.
La capacidad de observar la realidad, abstrayéndose de su propia religiosidad y lograr generalizar. Trazar las pautas necesarias para hacerlo.
La moralidad. Lo normal y lo patológico. Lo excesivamente normado, y lo totalmente anormado. Lo “social”.
Error de deducción, la tautología se repite así misma una y otra vez, como nos repetimos todes en el día a día.
¿Es suficiente convertirse en un número más de una estadística?
Aunque la pregunta sea capciosa, a veces el ego susurra al oído que sí.
Dia 7:
Estar sin estar. Tener los ojos abiertos, pero no poder ver más allá. Tratar vanamente de encontrar un sentido, no es un juego, es una condena. Algo siempre tiene que suceder.
O al menos, así me vendieron y así compré esa narrativa barata de alguna película: que siempre magia, que siempre aventura, que siempre algo nuevo.
Resulta que no la vida, sin embargo me impongo el mandato de que así debe ser.
Y ya sabemos que imponer es el problema, ¿como no cavar mi propia tumba?
La incomodidad cómoda que me regocija. Me regocijo en mi propia miseria mental.
Y de vuelta se presenta ante mí ese gran vacío, un espejo en el que no encuentro mi reflejo.
Nada es suficiente, porque el vacío no se puede llenar. Traga todo como un Kaonashi.
Dia 8:
Instagram y su pretensión de perfección. Una pretensión plástica como la cámara que permite su funcionamiento. Plástica también la reacción que propone. El corazón como respuesta a lo que se presenta, para hacer presente mi mirada de aprobación. Toco la pantalla dos veces seguidas y un contador de corazones aumenta.
¿Cómo se soporta tanta soledad? Que no me regalen más redes.
Black Mirror se quedó corto, pero por suerte acabó porque las últimas temporadas son tan plásticas como lo que criticaba.
Caemos en ese consumo como un pleonasmo cuya retórica está vacía. Repetimos ese consumo porque queremos y ansiamos ser consumidos, y nos identificamos en ese valor.
Queremos que nos den un corazón para sabernos reales.
Dia 9:
Prender un cigarrillo como manera de autodestruirse lentamente. De cualquier modo, nuestra sentencia fue dictaminada desde el día en que nacimos. ¿O no? Pero ese pulso latente de querer acelerar lo indefectible. Como quien no quiere la cosa, ayuda a que ese momento final se apure, porque no está predestinado. ¿O si? Quiero y prefiero creer que no. Obvio; nadie lo sabe. Quizás ese conocimiento esté ubicado, depositado en algún sitio abstracto como cualquier otra información en bytes, pero nadie tiene acceso a ese lugar. Aunque sería muy macabro. Macabro y capitalista. ¿O son la misma cosa? Creer que todo el conocimiento es una moneda que se puede almacenar en algún lugar. Capitalista y conspiranoico también. ¿O son la misma cosa? Exhalar el último suspiro con humo y apagar la colilla. Tomar un sorbo de cerveza y volver a la fiesta.
Dia 10:
No me inviten, no quiero subir. Acá abajo se siente bien.
Estoy cómoda en mi incomodidad.
Comodidad derrotada.
A veces sucede, y algo externo me empuja de la mente para ablandar el pensamiento, pero abandono la idea de disfrutar rápidamente.
El goce es un privilegio que me rehúso a utilizar.
Me encierro en sábanas de autocomplacencia para mentirme, para decirme que así está bien, y después doy lugar a que alguien me haga una invitación.
Pero la verdad es que me gusta fantasear con la espada de Damocles en la nuca, el vértigo.
Vuelvo a anularme en una negativa.
Me vuelvo a soltar la mano.
Dia 11:
Salimos de una cueva para meternos en otra cueva más grande, y así sucesivamente.
Verdades que decantaron durante la historia, que humanos rehusamos a ver.
William Bolton, dijo en su libro “Historia de la humanidad: desde los Neanderthales hasta la caída de las Torres Gemelas, relatos de un vampiro en apuros” que en los tiempos de las cavernas, ya existía este psicopático capitalismo en el que estamos inmersos. “Los humanos, a diferencia de los vampiros y elfos (decía W. Bolton) lograron, a pesar del egoísmo y los 7 pecados capitales, crear un sistema que les funciona a la perfección”. Él decía a pesar de los pecados y quisiera refutar, si lo tuviera enfrente, que es gracias a ellos justamente que se consumó el mayor logro de la humanidad como especie.
Que nos globaliza y cada vez nos convierte y reconvierte en hormigas.
Un viaje sin fin en un hormiguero interestelar con Internet y consumismo.
Dia 12:
¿Qué somos en la guerra sino siempre derrotades? Nunca hay ganadores.
Pero no todos batallan con la misma altura.
Perdedores hermosos, lovely losers, nos contaba Luca que David lloraba por Carolina, y que Julia malgastó todo su tiempo. Y su canción no mentía. Tanto tiempo tirado a la basura que nos colgamos en el perchero.
Los cronopios de unas famas muy conocidas, con pocas esperanzas.
Es que no tenemos todes la misma fuerza, y cada vez la cuesta se empina más.
Se pierde en el horizonte lo importante y solemos dejarnos soles.
Pero lo importante de saberse derrotade, es no dejar de solidarizarse incluso con derrotades que no conoceremos jamás.
Dia 13:
Creo con fuerzas que hay lecturas obligadas. No se usted, pero hay libros que tenemos que leer antes de morir, sobretodo porque leerlas luego es algo imposible, por lo menos hasta ahora. Igual que el consumo de algunas sustancias, o la experimentación, el sentir o llevar la vida a cierto “límite”. Hofmann en 1943 descubrió accidentalmente (como se descubren tantas cosas importantes) el LSD. A los 2 días decidió consumir una dosis. Debido a la 2da guerra mundial, había restricción vehicular en Suiza, por lo que tuvo que volver a su hogar en bicileta. Imaginate lo que debe haber sido ese viaje. Pero claro, después la cagaron los hippies abusando en masa en un contexto de Guerra Fría y persecución al comunismo. Atentaba contra el orden conservador. Y se perdió el potencial médico de una sustancia tan nociva como el ribotril o el clonazepam.
Dia 14:
Si no lo veo no lo creo. Sino le puedo sacar una foto no existe, si no puedo ver la medida no es tal cosa, sino una mentira, algo que pretende ser visto. Nadie escapa a la mirada, pero nadie sabe quién ve. El Ojo Absoluto que con tanta clarividencia detalla G. Wajcman es una crónica en vivo y en directo del presente.
¿Acaso es posible dejar de mentirse a unx mismx? ¿O la mentira es inherente a toda narrativa?
Dia 15:
Cómo no hablar de la noche de les derrotades. Ese gran refugio de tanta vida vespertina. Esos caracoles que carcomen espaldas con escamas en los omóplatos. El polvo que la actividad diurna suspende por tanto movimiento, comienza a decantar sobre cuerpos durmientes. Pero no sobre les derrotades, ellos observan como ese polvo se acomoda por la gravedad de los asuntos. Observan sin alterar, con la pretensión de entender algo que se les escapa, se vuelven agua y se escurren entre sus propios dedos. Despiertan en cada respirar noctámbulo, muy conscientemente, un poco de ese polvo maldito e intentan dormir sin lograrlo.
Pero en cada atardecer vuelven a intentarlo, necios como Silvio Rodriguez, porque así es la vida de los derrotados.
Dia 16:
La narrativa del triunfo en una sociedad de frustradxs. Como si fueran pequeñas arterias con várices, las contingencias de toda vida y tanto desborde capitalista, nos dejan en el cuerpo marcadas esas arañas de frustraciones. La tolerancia al fracaso que une va adquiriendo a lo largo de la juventud hasta que de repente eso finalmente deja de importar. Para bien o para mal, no es mi tarea elegir, diría una canción, si la marea lleva o trae.
Pero la estética del sufrimiento no deja de vender. Aunque sabemos, en algún intersticio interior, que todo debería ser más simple, es difícil.
Minuto de victoria tras minuto de derrota. Y así sucesivamente.
La narrativa no tendrá fin, pero nosotros sí.
Dia 17:
Listo, está terminado.
Medio deforme no más.
Si, bueno, la mediocridad de que te apuren y tener que cumplir.
Pero hay distintas maneras de cumplir; podes cumplir excelentemente o medriocremente.
Trabajo y estudio, la verdad que no mido todo con esa vara, hay otras cosas.
¿Como procrastinar?
¿Qué te pasa?
Perdón, me fui al carajo, no sé qué me pasó.
Me mandaste a la mierda. Además no hay palabra más meritócrata que esa palabra de mierda.
¿Procrastinar?
Sí... Nadie procrastina porque quiere, pero así es este sistema... Fijate: se crean las redes sociales, la gente las populariza porque son totalmente opiosas, absolutamente todo empieza a girar en torno a eso, y se inventan ese término de mierda para recordarte que no diste todo el tiempo que podrías haber dado.
¿No te parece muy paranoico lo que estás pensando? Además el término es por lo que la gente hace con las redes, más allá de lo que quieran o no.
Puede ser que esté paranoico, pero tu pregunta me dejó a la defensiva.
Ya te pedí perdón.
No te perdono.
Bueno andate a la mierda.
Mañana te escribo.
Dale.
Dia 18:
Tengo una pandemia atascada entre las muelas y no me la puedo sacar.
He intentado todo. Lengua, escarbadientes, hilo dental, odontologues. Pero se aferra cada día más a ese lugar, como Angela Merkel en el gobierno de Alemania. Y no tengo nada en contra de que Merkel este ahí 40 años si quiere, pero esta pandemia si me la tengo que sacar rápidamente porque ya no doy para más. Ni yo ni vos ni nadie da para más.
Hace rato que no da para más pero esta pandemia nos cacheteó en la jeta. Fracturó muelas y después se aferró entre ellas. ¿Será que podré convivir con eso ahí? Me cuesta imaginarme un futuro, porque muchas veces por estar metiendo la lengua a ver si se mueve por lo menos, me quedo sin hablar.
Y así no se puede.
Aún no quiero aceptar la derrota, pero en breve me quedo sin fuerzas. Y Zizek creia que esto era un golpe al capitalismo.
Pero todo lo refuerza, aunque eso ya lo sabíamos.
Para algunxs al final, siempre está la derrota. Falta dar cierre
Dia 19:
Hoy salieron las estrellas y me invitaron a mirar hacia arriba. Actividad que olvido día a día, a medida que me acostumbro a la rutina. Al encierro. Recuerdo cuando era niña me obligaba a mirar hacia arriba vaya a donde vaya. Una vez en mi viaje ocular me topé con un pequeño caballo de fuego que cabalgaba sobre la rama de un chañar. Era un vuelo, una estrella fugaz con cuatro patas y el ímpetu de los equinodermos. Con cada zancada, convertía en arrope cada fruto que pisaba. Y por caminar mirando el espectáculo de estelas, me picó una abeja en la planta del pie. Bajé la vista por el sorpresivo dolor, pero cuando volví a levantar la vista ya no estaba. Nunca más volví a ver algo similar. Pero desde ese día me prometí no olvidarme de la magia.
Hoy esas estrellas me recordaron lo curioso de mirar hacia arriba.
Dia 20:
Qué difícil despedirse de personas que marcaron tu vida. Aunque la neguemos, sabemos que la muerte está a un instante de distancia. En el afán de explicar todo, creamos las religiones. Igualmente, para mi no habría peor muerte, pero cada quien desde su lugar. Qué difícil despedirse de esas personas estando a miles de kilómetros. El ritual de velar, asi termine en un entierro o en una cremación o como sea, es el primer paso del duelo. como si se perdiera una ficha de un rompecabezas, no vivirlo es buscar constantemente esa ficha sin saber donde puede estar. Y lo peor, sabes que no está. Pero es necesario inventar rituales propios. Como dejar las culpas, el no estar, ese vacío que ya no poder llenar con un perdòn porque no hay persona en la faz de la tierra que te lo pueda dar.
Dia 21:
Hoy recuerdo el naufragio. Poca gente lo sabe, pero fue largo y arduo encontrar orilla. Si es que realmente ahora estoy en una orilla, algunos delirios jamás se fueron y no puedo estar segura de las situaciones que acontecen. Suspensión del alrededor y subjetivación llevada al extremo en una realidad surreal. Cuando tenía fuerzas físicas, no había salida. Ya debilitada, veía en el horizonte una posibilidad de escape, pero no podía hacer más que desear que la corriente me llevara hacia allí. Delirio y alucinación por la inclemencia. Lo cuento con la parsimonia de quien supera y sobrevive, pero se que no soy la única. Veo miradas naufragantes en cada esquina. El brillo de les que superaron el naufragio se les nota en las arrugas de la sonrisa y el movimiento de sus manos. Sé que aunque no lo hablemos, somos muches. Tampoco vale estar agitando las aguas todo el tiempo.
Dia 22:
Sos pobre porque no tenes suficiente voluntad para otra cosa. El mundo cambia todo el tiempo, y vos te quedas atrás todo el tiempo, ahí está la puerta, necesito que te retires. Tenes que estar por delante de tu propia historia, tenes que pensar en tu futuro. Pensa en tu futuro, dale. Si ya sabes que vas a hacer ponete a hacerlo ahora mismo, ya, porque lo tenes que tener cuanto antes, tenes que alcanzar tu meta cuanto antes, sino vas a ser viejo, y lo viejo queda afuera. ¡Afuera! cuando encuentres tu identidad, destruila, no es lo suficientemente maleable. Hacela maleable. ¿Lo lograste? ¡Afuera! ¿Tenes 75 años y nunca pensaste en tu jubilación? No importa que hayas sido informal toda tu vida, ¡afuera! Acá no damos limosnas, a no ser que estés en la calle, tirado y demacrado, si no tenes para pagarte la obra social, ¡afuera! ¿Sos mujer heterocis transfeminista? No se puede hacer eso, afuera. ¿Ese arroz integral es vegetariano o vegano? Huele mal, afuera por las dudas. ¿Y vos? ¿Sos nene o nena? Afuera dale! Afuera vos porque tu apellido es raro, afuera vos también por gorda, afuera todos, afuera todas, afuera todes, afuera!
Dia 23:
¿Será posible el sur, será posible? No conocimos la latinoamérica de los incas ni de los mayas. Particularmente en donde nací, había otros indígenas, seguramente no tan imperialistas. Pero como lo que se sabe es poco, quizás eran tan imperialistas como los Incas o EEUU. La lógica del imperio es bastante fácil de entender, aunque no es sólo emperador, nobleza y pueblo. Es también voluntad máxima de unos pocos por sobre personas esclavizadas, viviendo en condiciones precarias, porque tuvieron la mala suerte de nacer indignos. Palpatine se quedaría maravillado, si llegara a salir de lo ficcional, con lo que generan sin el miedo, pero con la violencia publicitaria, económica, de marginalidad. Con la falta de educación y el abandono de personas por la bicicleta financiera. El ejército soĺo sería para extraer recursos de planetas que tengan lo que Coruscant no. Pero la realidad le gana a la ficción por goleada. Mientras tanto, sueño cada día con la esperanza de que algún día será posible el sur.
Dia 24:
Me desbordo en cualquier lágrima, no sé qué me pasa. Hace ya un tiempo que estoy así, cualquier atardecer, cualquier sonrisa, cualquier escena de abrazo provoca en mí un incontenible brotar de lágrimas que no se detienen hasta cerrarme la garganta y quitarme la respiración. Como si de una posesión demoníaca se tratara, me embiste incontrolablemente y me lleva a los límites de mi propia emoción. No se si es la edad, o algo hormonal, o quizás esa nueva manera de ver la vida que te da la terapia, pero la verdad es que no quería limpiar tanto.
Una dosis de negación y volveré a mis cabales.
Dia 25:
Darle una monedas en la calle a la persona que se sienta todos los días en la esquina de la iglesia a pedir limosna. Separar la basura orgánica de la no-orgánica. Ser feminista/transfeminista/vegane/antiespecista/ecofriendly/petfriendly. Creer en Dios y seguir “su moral”. Ir a la Iglesia a “confesarse” todos los domingos. Reciclar. Creer en la constante ampliación de los derechos de las minorías. No consumir plástico.
La estética de la Ética. Una moral que “libre de culpas”. Contradicción negada.
Cada quien compra la entrada al cielo como quiere.
Dia 26:
Estudios aseguran que los Neandertales tenían la misma mente que los Homos Sapiens, ergo, que nosotres. Algo se separó en la evolución de homínidos.
Qué distinto hubiese sido nuestra realidad si convivieramos con otra especie que tenga la misma capacidad simbólica y comunicacional.
¿Y si somos una plaga de impostores? En algún momento de nuestra historia evolutiva nos dedicamos a perseguir a esta otra especie con la que hubiésemos compartido los recursos escasos. Claro, hay muchas pruebas que demuestran que Sapiens y Neandertales se reproducían, pero quizás ya desde los primeros tiempos de nuestro andar por la tierra, exterminamos a ese Otrx al que inventábamos como rivalidad y competíamos contra la vida misma.
En fin… La humanidad.
Dia 27:
En un pueblito llamado Glukhi, vive una señora de 86 años llamada Pietra. Por cuestiones de salud, hace 40 años está jubilada.
Un día se puso a ver con sus nietos la película Narnia, y decidió dedicar sus recursos a la búsqueda de la puerta hacia ese lugar. Estaba convencida de que realmente existía, porque antes de ver la ficción, había tenido un sueño muy vívido con un lugar similar, entonces le pareció todo profético y epifánico. Su familia trató de contenerla, pero se volvió cada vez más obsesiva y celosa de la información que recolectaba.
15 años buscó hasta que finalmente dió con su tesoro. Le decía la “Compuerta Argonáutica”. Preparó una vestimenta medieval que tenía preparada para la ocasión, y contra toda recomendación, se fue una noche.
Y desapareció. No dejó pistas ni notas ni nada.
15 años después, aparece en el portal de su casa Pietra. Su estado era deplorable. Estaba vestida con la misma ropa, un arco y una flecha, y una navaja cuyo mango estaba labrado en bronce. Su cuerpo tenía señales de cicatrices, había bajado mucho de peso y sus dientes estaban verdes de tanto sarro. La familia no lo podía creer, pero festejaban el regreso.
¿Dónde está el triunfo y dónde la derrota para Pietra?
Hasta el día de hoy no quiere hablar de eso, pero si le preguntan dónde estuvo, responde “Narnia”.
Dia 28:
La condena de la Historia. Sentencia dura y de dudosa eficacia, condenados todos a repetirla una y otra vez, como ese infierno Borgiano o como el Día de la Marmota. Pero lo peor y lamentable es que esos condenados son siempre los perdedores. Hermosos perdedores, diría Prodan. Quizás su existencia se erige justamente en ese principio de repetición, debido a un principio previo de ignorancia. Quizás la salida a ese loop dantesco es colectiva. Quizás simplemente la condena es que habrá eternamente derrotades.
Dia 29:
Durante el desayuno, recuerdo la película que vi anoche. Otra aventura clásica aristotélica de Hollywood. La victoria del héroe se presenta como única alternativa en un discurso refrito durante 80 años, que encima da para décadas más de narrativa comercial y complaciente. No hay lugar para la derrota, porque no se la nombra. Aunque las nuevas tramas de Disney transparentan el discurso políticamente correcto de la época, hubo generaciones criadas con la empecinada voluntad de no alterar la fórmula de la trama. Hay, entonces, una nueva necesidad de volver a reivindicar a les derrotados una vez más.
Con suerte será la última, antes de que empecemos como colectivo a hablar en términos más relativos y grises.
Dia 30:
El río Eufrates y el río Tigris. La cuna de lo que hoy se conoce como cultura.
En esa región, hace más de 5000 años, nacía la escritura, los mega edificios imponentes, la prostitución, los dioses, los valores, los esclavos, los privilegios, la agricultura, la división de la tierra, seguramente el aborto (aunque esto es especulación mía), las leyes y los delitos, el comercio, los artesanos, los vecinos, en fin; la civilización.
Kengi, se llamaba en la antigua lengua, toda la región de lo que hoy se conoce como Irak y parte de Siria.
La madre de la globalización intervenida bélicamente por una potencia decadente ubicada en la otra punta del mundo. La historia repitiendose a sí misma. La Biblioteca de Alejandría del siglo XXI. Conocimiento sobre el origen de nuestra especie bombardeado y quemado, junto a miles de vidas que día a día caen de un mundo en el que no tenían lugar. Un mundo en el que importa más lo que está debajo del suelo, que lo que vive arriba de él.
Un mundo suicida, heredero de una historia amputada y sesgada por el eurocentrismo apostólico.
Una Bitácora derrotada.
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Rocío Giménez Ferradás
Hola! Soy dibujante pero las palabras son un jardin en el que refugio el pensar
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