ente cuyo habitat natural es lejano a aquellas almas jóvenes,
decide posarse en lo ajeno
vigilante, extranjera,
ínfima.
aunque no lo suficiente para esconderse.
pequeña.
sin raíces que regar
sin tallos que cortar
solo cuando las hojas se marchitan, crece,
y crece su presencia
y crece el abrazo, que detrás esconde una navaja
ya no es extranjera, y sigue sin calentarse
cuando me habitas, evitás el olvido
cuando vivo
es el momento justo para clavarte en mi,
para no olvidar
incluso si expropias un cuerpo, un alma
una semilla que no ha sido plantada,
aunque lo preste, aunque lo regale,
tu presencia, tus tallos sin cortar, y tus raíces fuertes buscan hacer suyo el sol.
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