Better Man, la biopic que se atrevió a sentir

Antes de empezar, me gustaría hacer una breve aclaración sobre el término “biopic”. Esta palabra proviene de la abreviación inglesa de biographical picture, que significa “imagen biográfica”. En otras palabras, una biopic es una película basada en la vida de una persona real —ya sea un artista, un político, un científico, o alguien que se destacó por algún motivo en particular.

En este caso, Better Man es una película estrenada en 2024 que retrata la vida del cantante británico Robbie Williams, una de las figuras más reconocidas y controversiales del pop en las últimas décadas.

Lo que hace diferente a Better Man es que no busca simplemente recrear la vida de Robbie Williams como una serie de eventos, sino explorar cómo se sintió vivirla. Muchas biopics caen en la trampa de enumerar logros, caídas y escenas emblemáticas como si fueran parte de un archivo. Better Man, en cambio, construye una experiencia más íntima. La película hace partícipe al espectador de lo que está viendo. Los primeros segundos de película podemos escuchar en voz en off a Robbie diciendo: “Buenas noches, amigos, quiero mostrarles cómo me veo en realidad, así que acomódense, relájense y disfruten mientras que yo me voy a dedicar a entretenerlos”.

En lugar de mostrarnos la historia “desde afuera”, como si fuera un documental dramatizado, Better Man se mete en la mente del protagonista. Nos muestra sus inseguridades, sus adicciones, su soledad, y esa lucha constante por sostener una imagen pública mientras su mundo interior se desmorona. Y ustedes dirán, tampoco es algo bueno, ¿cuántas biopic sobre famosos con adicciones hay? Sí, cientos, pero la diferencia es que acá no se busca santificar a Robbie Williams. No se busca hacerlo quedar como un santo que de repente fue descubierto y se lanzó al estrellato. Vemos a alguien que tampoco se destacaba, sino que luchaba por destacarse. 

La narrativa no es lineal, no sigue una estructura tradicional. Mezcla momentos reales con escenas oníricas, coreografías, recuerdos fragmentados y momentos de introspección. Esto hace que la película se sienta más como una experiencia emocional que como una simple reconstrucción de los hechos. De hecho, las canciones no aparecen de manera cronológica, pero el director y los guionistas decidieron acomodarlas de tal manera que acompañen lo que está sucediendo en escena. 

Ahora, ustedes seguramente se estarán preguntando, ¿por qué es un mono? Bueno, hay varias razones. Para empezar, la idea surge de una pregunta que le hizo el director Michael Gracey a Robbie. Él le preguntó: ¿con qué animal te identificas? Y Robbie contestó: con un león, pero el director lo corrigió. Le dijo que en realidad su animal era un mono, porque siempre lo catalogaron como salvaje, animal, descontrolado, el menos evolucionado, un mono de circo. Robbie mismo dice en la película que él siempre busca ser el centro de atención haciendo “monadas” como si estuviera en un circo porque no puede parar de hacer que lo amen, de hacer que el espectador se entretenga. Por otro lado, la idea del mono como protagonista, Michael la elige porque está científicamente comprobado que el público siempre va a generar más empatía con un animal que con una persona, no hay la misma reacción en el espectador al ver a un ser humano sufrir que a un animal sufrir. Y por último, al ser un mono y no un actor caracterizando a Robbie, uno como espectador puede realmente ver a Robbie. Por ejemplo, en Bohemian Rhapsody (2018) vemos a Rami Malek hacer una excelente caracterización de Freddy Mercury, pero en el fondo sabemos que ese no es Mercury sino Malek disfrazado de él. En Better Man al no ver al actor, estamos viendo al protagonista de la historia, jamás nos preguntamos, ¿por qué es un mono? Simplemente hay un acuerdo tácito entre el espectador y la película de que es un mono y punto.

Así como la figura del mono, hay muchos otros simbolismos en la película. Como por ejemplo los espejos. Estos cumplen un rol importante ya que reflejan las cosas que Robbie ve.  El espejo es el primer objeto en el que nos vemos con nuestros propios ojos, es en él donde vemos nuestros defectos (o lo que creemos que son defectos) y vemos todos lo que los demás no pueden ver de nosotros. No es una casualidad la elección de este para ciertos momentos de la película. Este simbolismo hace referencia a lo que dice Robbie en voz en off al comienzo de la película “quiero mostrarles cómo me veo en realidad” eso implica hacer una introspección, un análisis interno, es mirarse al espejo y mostrarse vulnerable. Y puede que los hechos nos sean tan cual se detallan (recordemos que no están en orden cronológico porque el director buscó darle un sentido a lo que estaba contando), pero los convierte en hechos verdaderos por el simple hecho de que SON LOS SENTIMIENTOS DEL PROTAGONISTA DE LA HISTORIA. Por lo tanto, en el espejo Robbie verá lo que él piensa de sí mismo, lo que cree que carece, lo que la cámara no te puede mostrar: A ÉL MISMO.

Otro aspecto fundamental que atraviesa toda la película es la figura del padre. El padre de Robbie, Peter Williams, es el centro emocional que explica gran parte de sus conflictos internos. La película no lo muestra como un villano, sino como la fuente de heridas profundas: la distancia, la falta de afecto y la ausencia de apoyo que marcaron la infancia de Robbie. Según Freud, la figura del padre es el primer encuentro que tiene un niño con la autoridad, es el primer contacto que tiene con la sociedad y para un niño en crecimiento, el padre es un todo poderoso y quien tiene la verdad absoluta. Hay un pequeño diálogo que marcará toda la vida de Robbie (y por lo tanto, toda la trama de la película) donde su padre le dice que si no se nace con “eso”, se es un don nadie. Están juntos en el living de su casa mirando un show de Frank Sinatra, figura que admira su padre. Peter le insiste que tiene que aprender de Frank Sinatra si quiere ser alguien en la vida, porque sino será un fracaso, un don nadie. Esto claramente queda en la mente del niño y pasará toda su vida buscando la fama y el éxito para no ser un don nadie, y porque cree que para ser amado por el mundo (pero sobre todo, amado por su padre) necesita de esto. En contraposición a Peter Williams, tenemos a su abuela, quien se presenta como figura opositora al padre. Su abuela es un refugio, es quien cree ciegamente en él, quien está en cada momento de su vida y dónde podemos ver a Robbie más humano y vulnerable que nunca. Ella, en otras palabras, siempre será la luz que guíe su camino (simbolismo que veremos casi al final de la película cuando el recuerdo de su abuela prácticamente le salva la vida).

Otro aspecto clave en esta película es la dirección de Michael Gracey, quien no solo se dedica a narrar una historia, sino que la convierte en toda una experiencia sensorial. Por ejemplo, las secuencias musicales no son simplemente recitales, sino que son piezas narrativas. El director utiliza esos momentos y las letras de las canciones para seguir narrando la historia. Hay cuatro números musicales que podrían definir perfectamente toda la película: Rock DJ, She's the one, Angels y Let me entertain you.

La primera es una secuencia sin corte en donde vemos el comienzo de la carrera de Robbie como miembro de la boyband Take That. En este número vemos un despliegue millonario con cientos de bailarines, una cámara que sigue a Robbie por una calle londinense en un falso plano secuencia mientras hace guiños a outfits y momentos icónicos de la banda. Esta secuencia no solo es millonaria por su despligue de bailarines, vestuiario y coreografías, sino porque fue rodada en una de las calles más icónicas de Londres. El tiempo de filmación de esta secuencia retrasó el resto de la filmación ya que la calle pertenece a la corona británica y se necesitan permisos para poder filmar y como si no fuera poco, cuando estaban a punto de comenzar a grabar la secuencia, fallece la reina obligándo a toda Gran Bretaña a estar días de lutos, días que la productora debe pagar a los locales de la calle y a todo el equipo de trabajo.

La segunda secuencia musical es la historia de amor de Robbie y Nicole Appleton (una cantante de una girl band británica). A través de este número musical podemos ver todos los estados de la relación, desde el comienzo lleno de éxtasis y hasta el comienzo de la caída de la pareja como por ejemplo cuando el productor musical de Nicole la obligó a abortar si quería seguir con su carrera musical. En ningún momento hay diálogos, es únicamente dos personajes bailando mientras hay una seguidilla de escenas breves con todos los estadios de una relación que está destinada al fracaso. Esta secuencia musical se puede comparar con otras icónicas del director en The greatest showman (2017) como A million dreams y Rewrite the stars, pero personalmente en She's the one, Gracey logra consolidarse como director de musicales precisamente porque todas las carencias que tuvo en esas secuencias, en estas las termina de pulir y maximizar.

Por otro lado, tenemos lo que para mí es el número musical más hermoso y emocional de toda la película y es Angels. Tras recibir la llamada de su madre sobre el fallecimiento de su abuela, Robbie, destruido y en shock, tiene que salir a cantar. Y de manera simbólica podemos ver cómo él está bajo la lluvia en el velorio de su abuela mientras en el fondo vemos a sus fans cantando y gritando por él. Un reflejo de lo que fue toda su carrera, mientras él está destruido y solo, a su alrededor hay ruido, caos y gritos de fans y flash de cámaras que lo acosan. De nuevo vemos a través del reflejo de un televisor la añoranza de Robbie de estar junto a su abuela en su momento más solitario y oscuro, perder a esa persona que siempre estuvo para él y creyó en él ciegamente, hace añorar esos momentos de pequeño cuando se sentaba a mirar la tv con ella.

Y por último, tenemos la secuencia de Let me entertain you que es una secuencia de acción que no tiene nada que envidiarle a Marvel ni a ninguna película sobre peleas épicas. Mientras Robbie se presenta en el escenario más importante de todo cantante británico, con miles y miles de fans, en el público vuelven a aparecer las voces autodestructivas que le dicen que él no es suficiente, que es un don nadie y un fracasado, pero esta vez lo podemos ver a él luchando con cada una de ellas y este es el clímax de la película, donde simbólicamente Robbie destruye esos fantasmas y finalmente se anima a reconocer que el único villano en su historia es ÉL MISMO y que él es el único que puede derrotarlo. ¿Cómo lo hace? Yendo a rehabilitación y a partir de ahí comienza el final de la película, el camino de Robbie a convertirse en un mejor hombre, es por eso la elección del título “Better man”, el director y guionistas eligen este título porque vemos el camino que tiene que transitar Robbie para convertirse en alguien mejor, alguien que se ame a sí mismo y que sea capaz de abrir su alma para que todos nosotros lo conozcamos, es por eso que al final, cierra la película cantando “My way” de Frank Sinatra, canción que aparece al principio cuando es pequeño, conviertiendo a la película en un camino circular donde el comienzo y el final se unen perfectamente. Este es el momento donde Robbie se reconcilia con su padre y sobre todo, consigo mismo. Esta canción resume toda la película y por lo tanto, toda la vida de Robbie porque la letra de Sinatra dice “La historia demuestra que asumí los golpes y que lo hice a mi manera”. 

Es por todo esto que Better Man es una biopic que se atrevió a sentir, porque a través de ella podemos vernos a nosotros mismos porque ¿quién no ha luchado con esas voces internas que amenazan con autosabotearnos? No es solo una historia de un ícono del pop, es la lucha, los miedos y anhelos de alguien que se atrevió a abrir su alma para que nosotros podamos conocer más allá del mono de entretenimiento.

Robbie Williams nos muestra que la valentía no está en ser perfectos, sino en mostrarnos vulnerables, en aceptar nuestras sombras y en tener el coraje de avanzar, un paso a la vez, hacia la reconciliación con nosotros mismos, porque ese es el único camino para ser mejores hombres y mujeres.