Besame de
septiembre
a diciembre.
Llevame a tus labios
y devolveme
mientras siento
tu calor, el miedo a
vivir en los intervalos
de otoño,
de hojas y flores
secas.
Besame,
enviame
al destierro
de las sábanas
sin desorden.
Volvete comandante
del arrebato al invierno.
Besame,
transfórmate
en la encarnación
de una prodigiosa
pasión.
Besame y
llévame
a tu piel,
impregname
la suavidad
de tu jardín.
Besame,
y volveme
astronauta
de tus espacios.
Besame y
llevame a vos.
Llevame a conocer
las estrellas
que habitan
desde tus muslos,
hacia tus mejillas,
espalda y ombligo.
Besame,
quereme sin tiritar,
besame al ritmo
del deseo.
Besame sin
cerrar tu corazón.
Besame
a desenfreno,
a tacto tibio,
entre susurros,
y sin mentir.
Besame a tacto,
sonreíme y
déjame
ver tus mejillas
con rosas
al florecer.
Pedime ser cómplice
de tu libertad,
voy a ser quién
te acompañe
al compás
de suspiros
y roces.
Besame sin reparo,
sin reemplazo.
Aterrizá en mí tu
entre pierna y
enrédame a tu pelo,
a tus caderas.
Besame, y seamos
océano sin calma
de medianoche.
Besame sin temer.
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