Balance desequilibrado

Y en esos días donde una persona cree que todo se encuentra en un balance, llega esa sonrisa que te destruye tu muro de seguridad y hace desaparecer tu arsenal de ideas indistintas sobre el amor y admiración, conceptos que tejen una guía de confusión y de heridas profundas para aquel que aprende a amar.

Y de eso solo basta un instante, una simple sonrisa, una simple risa que conduzca a tu corazón al camino del rosedal de inconcebible belleza, cuyas espinas generarán un odio hacia los inocentes pétalos que yacerán teñidos de mi rojo.

Que persona seria capaz de ignorar tan adorable risa? La adrenalina que me provoca tu risa no me la puedo olvidar. ¿Mi único deseo? Qué se me ocurran miles de chistes para escucharte una y otra vez.

En un laberinto de amor por vos, mi guía son tus ojos, aquellos que se imponen ante tu uniforme y dejan ver tu dulzura, dejándome visiblemente en desventaja y completamente desarmada. Ojalá nunca me falte ese preciso momento durante mi trabajar, en el que soy interceptada por tus ojos tan preciosos. Tu mirada confirma cuál es mi primer motivo de seguir acá.

Y tu pelo color café que recae de manera inconfundible sobre tus hombros no es más que la llave que supo abrir las puertas de mi corazón para adueñarse completamente de él.

Mi corazón se encuentra envuelto en llamas desde aquel momento en que te volviste mi persona favorita, y aunque sé que nuestro amor es parte de lo imposible, nunca serás tan solo un simple recuerdo y mi corazón arderá al mínimo sonido compatible con tu risa.