Bacardi(El amor duele, y así también quema)

“Al dejar de amarte, me arranque un pedazo de corazón; al dejar de quererte e perdido todo, incluyendo mi razón”

El «Solo».

Relató dirigido a Yo:

Bebida, sana mis heridas.

Fortaléceme en principio,

Hazme decir verdades finales.

Querida, ¿por que te has ido?, nos e querido…

El ardor de tu piel, era comparable al sol, al atardecer.

No me enorgullece recordar, recordarte y volverte a querer.

Soy infame, pues tú me hiciste perder;

No tengo honor ni vergüenza, pues por ti me humille; tonto enloquecer.

¿Es suficiente tenerme condenado a mis penas?

Lloro, no te siento, estoy en problemas.

Dilemas, te tomo como recuerdo y hago de tu ocaso mi esquema.

Hay que saber que el amor duele, y así también quema.

Si de beber se trata, jugaré y apostaré con la muerte.

Pues apostaría todo para no perderte;

Así enloqueceré y veré que mal me depara después de tu haberte ido; no hubiese querido perderte.

Mi rival se ríe, volví a perder; !valla suerte!

Así me quito todo, oí “muerte”, alce mis ojos, toque el cielo y conocí lo que era no verte.

Dulce tormento.

Vaya muerto.

Lo declararon cadaver, así dejo de ser esclavo, fue mártir, tomo un Bacardi, voló a su destino; sin suerte.

Retrospección.

Un bucle temporal.

Lo vio reflectado en la botella y lloro al seguir bebiendo de ella.

Tuvo su primera revelación de muerte;

Se hizo Nostradamus pero sin suerte.

Tenerte.

Beberte.

Quererte.

Pensando en ti, borracho e inerte.

Lamentable.

Insondable.

Deplorable.

Acabado y culpable.

Sal, limón.

A lo lejos una botella de Ron.

Borracho escribiendo;

Ejecutando su Don.

Así se entierra así mismo,

Termina la botella, regresa a su casa,

Procede a llorar su condena.

¡Que problema!

Así borracho escribo este relato real ficticio de, un hombre que jamás logró su cometido y vivió su culpa condena.

Pienso perdido, que si al igual que el personaje de esta obra, tengo la misma pena.

La única diferencia entre el y yo, es que el quizás fuese rico, exitoso; la igualdad seria el problema.

Mujeres, inentendibles monstruos que duelen, te hacen escribir estupideces y te causan problemas.

Lo único que lo calma es un Bacardi, libreta, cogoyo, cuatro paredes, música y la sensación de que el día de mañana serán reliquias; ya sea para unir o, separar almas gemelas.