En cierta ocasión, Marcos D., el supercafeinomano enamorado de la VIDA., salió en busca de su musa, F., a la que soñaba encontrar de casualidad en calle seis. Siempre a su diestra, lo acompañaba su fiel amigo imaginario, el señor Wilson. Caminaron hasta que perdieron la noción del tiempo y la razón. Se adentraron, asi, por el conurbano del conurbano y siguiendo el rastro de una estrella, la cual constituia la constelación de Piscis, llegaron a un lugar lejano, donde habia un hombrecito colorado que tenía el aspecto de ser todo un hombre de negocios.
-Quinientos millones, más trescientos mil son quinientos millones trescientas mil estrellas. Sumadas veinte, son...
-Oiga! Yo a usted lo conozco! Usted es el señor muy colorado de El Principito!
-En efecto. Hola. -dijo el hombrecito- Y adiós! Quinientos millones trescientas veinte mil estrellas más...
-Oiga! Todavía sigue contando estrellas? Qué caso... Con mi amigo, queriamos hacerle una pregunta...
-Quinientos millones trescientas treinta mil estrellas, si se le suman tres...
-Oiga!
-Quinientos millones trescientas treinta mil y cinco estrellas más doscientos millones veinte mil estrellas son...
-Cuatro millones! Oiga!
-Gracias. Cuatro millones más... Pero qué? Desgraciado! Me hizo perder la cuenta! Yo soy un hombre serio!
-Acabela con eso. Diga, no vio pasar por aquí a una Flor?
-Otro más? Qué les pasa? Tengo cara de jardinero? Soy un hombre serio! Me ocupo de cosas importantes! Vi pasar una Flor, sí. Una loca, que no sé si andaba drogada o qué. Me preguntó la dirección de la Tierra. Le dije que era el séptimo planeta yendo para allá.
-Wilson! Este hombre vio pasar a nuestra musa! Qué más le dijo?
-Nada. Me preguntó por un bar de trasnochados que quedaba en su propia ciudad y en su propio pais y en su propio planeta. Por eso le digo que para mí andaba drogada esa. No sé.
-No estaba drogada. Solo se daba a la Ensoñación...
-No sé. Dijo que caminaria por calle seis yendo de la plaza S. M. hasta...
-Y yo acá perdiendo el tiempo! Wilson! Páseme mi capa! Debo hablar con ella! Urgente! Cuestión de vida o vida! Ella es mi chamán pasado de alcaloides, la musa de lo sempiterno, la bacante de las vacantes, el pozo millonario! El quini de los quinis! Mi herencia del futuro! La heroica creadora! La llave de oro! El centro de los centros! Cabezazo y gol! El sol! Ella es el sol! Y la, si! Do, re mi fa, sol, la, si! La música del Alma, la Supernova. El universo y sus constelaciones! Pero qué hago diciéndole estas cosas a usted, que no entiende nada. Al Cielo y más allá! A calle seis!
(Nuestro héroe sale volando hacia las galaxias, rumbo a la tierra. El hombrecito y el señor Wilson quedan mirandose, átonitos. Los papeles que permanecian sobre el escritorio quedan revoloteando por la energia propulsora del héroe. Al fin, el hombre balbucea).
-Faaa... Ese amigo suyo... Me parece a mí... Ese chabón está re loco...
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