Avellana

No sabés cómo extraño
tu aroma a mandarina.
Acá solo hay humo y escabio,
y mates sin peperina.
Y estoy bien, ¿sabés?,
pero soy solo una chica.
Un tipo me dice "bombón"
y me advierte que no me derrita.

Pero yo
quisiera estar
con vos.
Que volvamos a ser amigas.
Mirar tus ojos color avellana
y saber que te veo mañana:
contame cómo andás con tu novio,
yo te cuento todos mis dramas.

Y me encanta
dónde estoy
ahora.
Y quién soy y lo que hago, también.
Y sonrío
mirando
tus historias.
Yo sé que la vida te está tratando bien.

Pero te extraño, ¿sabés?,
y extraño ser solo una chica.
Quisiera que me hicieras las uñas,
saber todo de tu vida,
y disculparme por no quedarme,
en el fondo fui siempre cobarde,
en el fondo vos ya lo sabías.
Quiero contarte cómo todo cambió
y cómo aún sigo siendo la misma.

¿Y qué me cuesta?
Echarme un pique,
pasar con vos
un par de días.
¿Y qué me cuesta?
Mandarte un mensaje,
soltar las excusas,
ser más genuina.

Capaz es el pensamiento
de que vos ya hiciste tu vida.
Si hubiera otra chance,
¿me la darías?
Si fuera a buscarte,
¿me recibirías?
Y si me disculpara por nunca contarte,
¿me entenderías?

Creo que recién estoy entendiendo
lo que pasó.
Y cómo no negarlo,
fue tan obvio pero tan lejano,
no estaba lista para aceptarlo.
¿Te habrás dado cuenta?
Que te miraba
de esa manera.
Las canciones,
los poemas.
Las promesas,
las idas, las vueltas.

En fin, no sabés cómo extraño
hablarte todos los días.
Acá no hay ni humo ni escabio,
ni prisas facultativas.
Y está bien, ¿sabés?,
de esto está hecha la vida.
Una extraña se parecía a vos
y yo la seguí con la vista.

Sigo juntándote anécdotas
para que
cuando te vea
vuelvas a cagarte de risa.
Sigo escribiendo poemas
para que
cuando los leas
entiendas que te querré siempre
(sí, igual que en 2019),
y que en mi mente
siempre fuimos mejores amigas.