Destructivo y edificante a la vez,
tengo un amor tan dulce que empalaga.
Una caricia tan suave
que desgarra mi piel con su roce.
Un beso tan tierno
que me destruye el alma.
Justo al lado de mi nariz y debajo de mi ojo.
Como un juego de batalla naval en mi rostro.
B4, C4, D4.
Mi barco se hunde cuando me besas en esos puntos precisos.
Y aunque el amor no sea una guerra,
deja a su paso más destrozos que cualquier arma.
¡Tan sólo mira lo que el ser humano
es capaz de hacerse a sí mismo!
Autodestructivo hasta la médula,
sólo por un beso.
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