No tengo nada;sin embargo,
mis manos sangran por entregarte todo.
Te ofrezco lo que queda después de las ausencias,
el polvo de mis días,
los huecos de mi cuerpo donde antes hubo luz.
No tengo nada,
ni siquiera un nombre que pronunciar
cuando la noche se abre como herida.
Pero es tuyo este vacío,
este temblor que me sostiene,
esta soledad que aún te llama.
Si lo tomas,
tómalo entero,
como se toma el último respiro
de quien sabe
que ya no habrá regreso.
No tengo nada y todo es tuyo.
En mis manos la sombra tiembla.
Te doy la piel vacía,
la herida que me nombra,
el silencio que late
donde antes hubo voz.
Todo es tuyo:
el frío que me habita,
los restos de un cielo roto,
esta ternura enferma
que no sabe morir.
Y me quedo aquí,
descalza de mí misma,
sosteniendo en las manos el hueco de tu ausencia.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión