Noto cómo la abundancia de recuerdos se vuelve escasa,
Esta falta de palabras, gestos, ruidos y miradas
Se hace cada vez mayor.
Salgo solo para que nadie me deje tirado.
Cuando me preguntan
¿Por qué tome esa decisión tan pútrida y solitaria?
Les contesto dos signos de exclamaciones
Rellenos de un “no lo sé”.
Las palabras son ahora símbolos inertes,
Carentes del amor que me dabas.
Pese a tu ausencia, no te olvido,
Te sigo teniendo en mis oraciones.
Siento que esta cordura dura poco,
Tus llamas heladas
Encienden mi inspiración para escribir
Pero, congelan toda acción para demostrártelo.
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