Siempre entiendo, empatizo y aprendo a llevar a la gente de la manera que prefieren ellos,
Lucho con la idea de algún día enfrentarme a esos demonios, pero ante esa idea me quedo perplejo,
Miro, sonrió y elevó ese ser mío, el tranquilo, el que no rompe cadenas, solo las acaricia para que que sigan fijas y no molesten a el individuo que las forja sobre mi,
Me dirán cobarde, corrompido y/o quizás sumiso, y lamento decirlo, pero no hay mentiras tras esos veredictos,
Me preguntas si estamos bien, obvio que si queridx mío, el poema ya está más que escrito.
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