...
Tres mil dioses y tú niegas todos menos uno.
Eres casi tan ateo como yo.
¿Cuando Dios fue literato?
No hay constancia del momento en que Dios mandó el manuscrito de la Biblia a la editorial celestial.
No hay constancia del momento en que el autor entregó su obra, con su título en portada, su sinopsis, su biografía y foto del autor, al primer cliente.
Sí se habla en el propio libro de la entrega de las tablas de la Ley, el Decálogo, pero una cosa es grabar diez frases en piedra, y otra el dicho libro, tan largo, enjundioso, entero (¿Piedra, barro, papiro, madera?). Eso no hay quien lo maneje de forma práctica.
Luego está el asunto histórico, con datos, de cómo se compuso el enrevesado texto.
Y es que es un compendio de textos que en su origen se escribieron en hebreo, arameo, griego... historias, leyendas, mitos, cuentos, narraciones inconexas, contradicciones. En fin, que es evidente que ningún Dios con un criterio literario divino omnisapiente hubiera compuesto algo tan oscuro, ilógico, incomprensible, fantasioso, irracional, interpretable, dudoso, insostenible y poco original, que muchos de sus relatos son similares e idénticos en muchas otras religiones más antiguas que la católica.
Dios debería ser el mejor escritor, y es evidente que la Biblia no es el mejor libro.
Ya sé que se habla de que el primer escriba fue Moisés, al dictado de Yahvé en un tiempo de estancia en la cima del monte Sinaí, pero para el caso viene a ser lo mismo, y no me digan que no es incómodo el sitio para ponerse a copiar a mano alzada.
Luego está el dato cierto:
El Papa San Dámaso I, allá por el siglo IV, encargó a San Jerónimo (todavía en ese momento ninguno sería santo), la escritura del tocomocho, para hacer oficial el escrito en un sínodo en Roma, en el año 382, o algo así.
Sí que es cierto el éxito de la obra. Lleva siglos dando beneficios a muchas editoriales, a la propia Iglesia y a todo cura, obispo y otros aprovechados vivientes. En eso, su enorme mérito tiene.
Pero nada más.
¡Ay, Señor!
Desde hace ya
un tiempo
los
"principios",
si acaso
y con suerte,
están al final.
Acaso a la peana del santo, al niño de escayola en navidad, a la cruz en Semana Santa. Céntimo a la bandeja.
Hay bocas de escasos besos. Y los pocos son solo roces de cumplimiento.
Bocas veneno.
La vida hablando males, pringando el mundo con malas babas, olor y sabor a resentimiento.
No mueren con su ponzoña, pero enferman, al resto y a ellos.
¿Quien no ha olido ese aliento?
Ser o no.
¿Qué en trece mil millones de años?
El universo ha sido sin mí.
Mientras sucedía el Big Bang. Mientras los dinosaurios aplastaban la tierra. Mientras Julio César conquistaba la Galia. Yo nada.
Y lo nada mal que así no estaba.
Coño, ¿Y qué falta le hacía Aznar al universo?
Y llegó el día en el que la única noticia cierta es que toda noticia es falsa.
Apunte final:
Visto ya lo de Dios;
¿Existen los pingüinos?
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