El desprecio que emanas ya me es conocido.
Crees que tus palabras sin alma son tan dolorosas como un cuchillo.
He visto el modo en que desempeñas tus crueldades.
Eso, para ti, ya se ha convertido en un arte,
un arte de los de antes, donde solo algunos podían hacerlo con grandeza.
Orgullo en ese rostro malévolo.
Puedo ver la alegría en tus ojos.
El mundo arde, tú solo admiras tu arte.
A veces pienso en ti como un ciervo indefenso al que quieren lastimar;
al segundo me río de esa estúpida idea.
Tú no eres a quien lastiman, sino quien lastima a los demás.
Cosas atroces están presentes en tu expediente,
pero eso a ti no te importa.
Buscas el poder a través del dolor, soy consciente de eso.
Prometo detener todo esto algún día,
cuando mi tonto cuerpo vuelva a la vida.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión