Arrópame en tus sábanas,
Esta noche somos tú y yo,
Dime que nada puede volver a ser igual,
Que no es obstáculo quererte desde el odio,
Que aunque esté prohibido nos podemos devorar.
Arrópame en tus brazos,
Tu lengua sabe a un cierto vino,
Nada es igual a tus manos, pertenezco, puedo brotar.
Arróyame,
Bésame el cuello,
Detente unas horas en mí,
Dime que te mueres por probarme de nuevo,
Que el terciopelo de mi piel y tus escamas pueden coexistir.
Arrópame, arrópame en ti,
Bebe de todo lo que tengo,
Posa tus labios impacientes sobre mí.
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