Arrepentimiento.

Cuando realmente hay arrepentimiento, no bastan las disculpas.

El cometer un error puede provocar un daño interno y eterno, y cuando verdaderamente lo sientes, no solo buscas una solución, incluso cuando es imposible que la haya; sino que también buscas tu propio castigo.

El arrepentimiento busca revertir algo que quizá no tiene cura, pero, con ello, trata de encontrar y ser capaz de sentir, al menos un poco, lo que el otro siente y, sobre todo, la gravedad de tu accionar. Si sientes esto, castígate al nivel de lo cometido, o mucho más, pues el precio de las malas desiciones cambian con el tiempo. Además, el hecho de tener la oportunidad de rendir lo hecho, supone un peso extra para el otro, es una carga más para quien te deba dar su compasión.

Sinceramente, pienso que, para lo que duele, nadie merece perdón y a veces solo hay piedad ante los actos porque te aman, no porque ya no sangre la herida.

El arrepentimiento es hallar una solución, pero también implica la busca del castigo, la justicia y, solo los amantes cumplen con ésto, el resto, simplemente se acobarda, huye, y hiere otros corazones.

Cuando tus acciones te duele y te atraviesa en lo más profundo del alma, sabes precisamente que significa el arrepentimiento y la culpa.

Recuerdo cuando lo sentí hasta el punto en donde quería lastimarme y derramar mí sangre sobre tus cartas, haciendo la eterna promesa de que eras mí vida entera y que jamás volvería a provocarte ningún daño ni dolor por más "minúsculo" que fuera. Simplemente no me permitiría jamás otra clase de error por más humanos que éstos sean.

El arrepentimiento no solo es saber y sentir a éstos niveles tan profundos la culpa, sino también aceptar lo que hiciste, sin dar paso al orgullo, el pasado, el egoísmo, la terquedad, caprichos, al regocijo que puedas hallar en el malestar e, incluso, a la imagen de algo que intentas, pero no puedes ser.

Prefiero que el arrepentimiento me carcoma la cabeza en mí intento de buscar un remedio, a que se deshaga por la culpa y la crueldad de mis palabras o acciones: errores que ni yo misma podré olvidar. Porque la culpa real no es solo saber y creer que el otro es el único que nunca se borrará de su mente lo que alguna vez escuchó o vio, tambien seré yo. Y la culpa, a como dé lugar, condena; condena para siempre. Pero nadie lo hará mejor que yo, porque amo, porque te amo y siento nuestro dolor.