mobile isologo
buscar...

Arquitectura del vacío.

Lucila

Dec 8, 2025

46
Empieza a escribir gratis en quaderno

Mi caída fue apenas un temblor,

un gesto diminuto

en la arquitectura invisible del día.

Nada anunció el desorden;

ni el cielo se inmutó

ni el aire dejó espacio

para sospechar la grieta.

Pero yo sentí el desprendimiento

como se siente un secreto

cuando deja de pertenecer.

Un deslizamiento suave,

casi pudoroso,

que me arrancó del mundo

con la exactitud de una mano

que no se ve,

pero que conoce los bordes.

Desde un punto improbable

—ese intervalo donde la materia duda—

me observé borrar.

No partir: borrar.

Como si mi figura,

ya cansada de sostenerse,

decidiera hundirse

en la primera sombra disponible.

Ahí entendí

que lo inesperado no es el final,

sino el hueco que se esparce después.

Un vacío que no pregunta,

que no explica,

que simplemente toma la forma

de lo que ya no está

y se acomoda en los vivos

con una precisión inquietante.

Lo que dejé atrás

fue una ausencia que respiraba sola.

No tenía nombre,

pero insistía.

Una especie de silencio dispuesto,

como si hubiera estado aguardando

mi caída desde mucho antes

de que yo supiera caer.

Y mientras mi eco

se adhería al mundo con paciencia,

supe, con esa lucidez que llega tarde,

que la muerte no advierte:

desplaza.

Reacomoda todo

sin levantar la voz,

sin trastocar el ruido de la calle,

sin detener el paso de nadie.

Así me fui,

sin dramatismo ni epopeya,

convertida en una brizna sin peso,

retornando a un origen

que nunca aprendí a nombrar

pero que reconocí al tocarlo,

como si siempre hubiera sido

mi casa secreta.

Lucila

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión