Romper el silencio. Sólo eso.
Es fácil decir que estarás ahí cuando todo se derrumbe, cuando los gritos desgarren mi garganta.
Y sin embargo, sé que el fuego me encontrará sola, y que arderá en mí y yo en él, y me habitará incluso cuando quiera apagarlo. Arrasará con mi piel, se consumirán mis esperanzas, mi resignación crecerá las llamas. Y sé que tú ya no estarás para verme arder, aunque supongo que la versión que recuerdo de tus labios sobre mi piel se hubiese quemado a mi lado hasta que nos convirtiéramos en cenizas. Pero ya no eres así, y ya no quieres amarme.
Ahora los gritos romperán mi garganta y el fuego desolará mi mirada, esta vez oscurecida por la ceniza que me envuelve. Te supliqué que volvieras. Te confesé que el incendio iba a acabar conmigo y aún así decidiste matarme sólo con las palabras.
Debí saber que eras mejor poeta que yo, que tus versos calarían en mis huesos y quemarían más que las llamas. Mis alas ya se han consumido, y ya no puedo escapar de mi destino.
Moriré amándote, me olvidarás con facilidad.
Blanca Bermúdez
Escribo para sacar del alma lo que no se puede decir en voz alta. No soy perfecta, pero cada poema es una parte real de mí. Gracias por leerme. Quédate. Comenta.
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