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Algo de lo que dices resuena en mí como si lo reconociera de algún pasado momento, aunque sea esta la primera vez que lo escucho.

Sin embargo, lo dices de tal manera que me parece lo más fascinante.

Es tu voz.

Me parece que tu mente y la mía sintonizan en una conversación de frecuencias que puedo palpar.

Hay un encuentro de tus palabras con mis pensamientos, estos que habían estado guardados quién sabe por cuánto tiempo.

-¿O será que alguien los retenía?-

Fuiste capaz de levantar el polvo de la sábana con una oración que ahora se sobrepone a todo.

Y mientras flotan las miradas y las letras doy cuenta que de verdad te quiero.