mobile isologo
buscar...

Antes de que Febrero acabe: cinco prosemas seleccionados

Feb 20, 2025

130
Antes de que Febrero acabe: cinco prosemas seleccionados
Empieza a escribir gratis en quaderno

#1 — ANTÍODA I

de Ettore

 

Consideró *de Vega,

sobre el arte de imitar las pasiones humanas,

que describir a los amantes con afectos capaces de mover con extremo a quien fuera que lo escuchara le daría mayor gusto al público y recordé,

en consecuencia,

el baile de algún año – aquel de la marca,

el de disfraces improvisados a último momento y el silencio último de la madrugada como un panteón, entre nos – amplificando nuestros latidos;

 

         y nada excepto aquellas risas sospechosas,

         algo tiernas y burlonas – pero no más.

 

No me entregué al chiste porque pensé, por un instante, en lo que desearía tener y jamás en lo que ya tenía: una ilusión que fue volviéndose azul, poco a poco, hasta tornarse violeta y desmayarse en el acto y sí, es verdad,

la virtud es dondequiera amada y ahora,

después de un tiempo,

vuelvo a sincerarme con la idea

y en secreto susurro – o continúo hacia el monte,

allí donde planean los caranchos,

e imagino tu cuerpo u el mío como los de **Chagall, flotando sobre la extensión del cielo que lleva tu nombre – esa parcela que te ganaste al nacer, sin importar cuántos corazones mataste – no importa;

 

hasta los ángeles te honran y aman,

hasta los ángeles te buscan, te regalan y aclaman – ¡los ángeles, maldición!,

los ángeles y yo.

 

Los falsos mármoles,

los pájaros de pórtlan,

las nubes de humo y el vapor del cuerpo, incinerado por fulgor o por castigo – por amar o no ser correspondido,

por desear o soñar con los portones plateados que jamás verá el romántico empedernido,

no hoy, ni mañana,

excepto en versos;

 

un montículo de palabras o puñado de cumplidos a nadie – a nada.

 

¡Una basílica! – una capilla sostenida por filigranas de metal o vísceras y cordones construiré para resguardar nuestros huesos el día de mañana – o podría podar un lindo predio para jugar a la pelota como con tus amigos – o ser tu amigo y no tu mascota;

 

¿por qué será que no lo pensé así hasta ahora?

 

*Véase de Vega, Lope; El nuevo arte de hacer comedias en este tiempo (1609).

**Véase Chagall, Marc; Sobrevolando la ciudad (1918).

 

 

#2 — MI HIJO EL HURACÁN

de Los extraños rostros

 

El día que te fuiste de casa creí, sin juzgar,
que habías alcanzado el límite del monte,
allá sobre el viejo rail y las columnas de luz,
que te habías hecho un espacio allí, sólo para ti,
entre los cables pelados y los aisladores eléctricos,


que te habías cambiado el nombre a Joy y que se lo gritabas al viento

 

por temor
por desafío
por duelo


y reconocí que tú y yo no éramos tan distintos después de todo pero, aún así, algo de ti no entendía;

jamás leíste mis cartas,

jamás entendiste —o intentaste comprender— mi noción de libertad.


Jamás pude decir en voz alta lo que siento

y ahora, que no estás,

me paro con la puerta entreabierta y escucho por entre la mitad del día su rumor —tu rumor— en el aire,
como un remolino amarillo por entre la siembra

y cada que cae la tarde anoto en un papelito los sabores que sí te gustaban y los que no,


pero ya me estoy quedando sin ideas.


El día que murió tu perro, hijo mío,
el día que lo envenenaron,
no supe cómo decírtelo,
me recordé a mí mismo y me paralicé por un segundo y luego, cuando desperté,
tú ya no estabas.

Recuerdo cuando nos llevábamos bien y describíamos pájaros – o coloreábamos el viento y hablábamos sobre el orden de los elementos,


cuál primero,

cuál último,


cuál era el más fuerte y qué sería de nosotros sí, en lugar de estrellas, fuera el cielo interceptado por la superficie lampiña y helada de algún otro planeta

e imaginábamos flores y criaturas nuevas, secretas,
híbridos de ensueño sin empatía, sin guerras,
sin ánima y sin geografía,


pero poco nos duró la alegría y a las semanas ya sabías andar en caballo, por el prado, y para ti yo ya no servía.

Todo ésto antes del rayo — ay, aquel fatídico estruendo;

antes del impacto en la puerta y la ambulancia,
el reconocimiento de tu cuerpo y el viento...

Cómo olvidarlo;
una garganta negra engulló al sol y entre destellos tu nombre, Joy,
cabalgando sobre truenos a dónde

a dónde
a dónde.

 

#3 — GALERÍA DE ALMAS SOLITARIAS

 

Niño eléctrico, como de chispa y vidrio – quebradizo espíritu romántico de torso desnudo,

todo desnudo,

corriendo por entre los campos de espigas y espadas paradas tipo pinos – tipo falos luminosos que explotan al entrar en contacto con los dedos, con el cuerpo desnudo y entero,

predispuesto a ser destrozado por los choques de temperatura u esas moléculas pecaminosas,

símiles al ánimo de guerra,

de rebelión anímica o de interconexión con el pastoso micelio de los cuerpos invisibles – esas cabezas que brillan en la noche y expulsan esporas lechosas:

 

éxtasis en un solo mordisco,
último.

Basta tan solo un rayo para calcinar los huesos o satisfacer la libido, tipo navaja que perfora la piel fantasma, después,

de sus víctimas ahora viento,

cargas electromagnéticas,

u apariciones sin nombre en la galería de almas solitarias.

 

 

#4 — REDÚCEME HASTA LA NADA

 

Me pregunto si hay algo interesante sobre el lugar en el que naciste para vivir allí por el resto de nuestras vidas después de casados – en una casita pequeña, con un lindo patio donde enterrar nuestros cuerpos en días de verano;

 

pero pienso demasiado,

y no creo que mi tristeza esté orgullosa de lo nuestro,

y no sé si pueda hacerlo sin ella.

 

#5 — SANTO BLANCO

 

Con la forma de un Cisne recostaste tus huevos dorados cerca de mí y maravilloso fue lo que sentí aquí dentro – con una mano me hiciste tocar el cielo mientras la otra,

sosteniéndome la espalda,

enterró el cuchillo y éste creció – aún más y más profundo,

atravesándome por completo,

 

y sin una sola gota de dolor caí de las ramas de la pureza hacia tus dedos desnudos y ahora, vueltos río en movimiento,

 

estos podrían ser cualquier cosa

estos podrían ser cualquier cosa

estos podrían ser cualquier cosa.

Charles De Vis

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión