Antes de comulgar.

...

Gracias a Dios.

El creyente no nace, es fabricado con el adoctrinamiento, así, no hay evangélicos del séptimo sello en mi pueblo ni hay adoradores de Manitú en Buciegas.

El ateo se hace a sí mismo a base de pensar, estudiar, cuestionar, volver a pensar. Así, hay ateos en cualquier parte.

Ese dar gracias a la divinidad por los bienes recibidos, tiene mucho de patético.

Vean:

Tuve un accidente, pero no me maté. Gracias a Dios.

¿Y el accidente por qué Gracia fue ?

Me curé del cáncer. Gracias a Dios.

¿Y el cáncer de qué Gracia vino?

¿Y los que en el accidente se matan o no se curan del cáncer?

Dios, o en todo o en nada.

Y Dios para nadie está en todo, y más bien para todos está en nada.

No hay un creyente que viva en la decidida convicción de que Dios está mirando, cuidando y juzgando constantemente. No hay uno solo que dedique su entera vida al servicio y gloria de su Dios.

A mí me extraña, salvo atendiendo a la falsedad y la hipocresía, pues si se cree de veras, sin dudas, no ha de haber otra cosa que Dios. No digo un hacer beato y meapilas de misa y rosario y llevar flores al santo, digo una dedicación completa a la bondad, a la ayuda, al amor al prójimo:

"A Dios presta el que ayuda al pobre. Y el bien que ha hecho se lo volverá a pagar".

Proverbios 19:17.

Y yo le digo:

Aquí estoy.

Sea Dios quien me dé fe y seré yo quien predique su Palabra.

Sin condiciones. Sin contraprestaciones.

Sin límites.

Sin miedos.

Sea Dios tan claro como el agua clara y nada se interpondrá entre Él y yo.

¿Hay trato, pájaro?

...

Esto último lo escribí ayer. Todavía no hay respuesta.

Dios no se debe fiar de mi palabra, como yo no me fío de la de ningún cura.

O que no hay tal.