“Anidados”
Cristian Serangeli
El siguiente texto consiste en la transcripción de un diario personal encontrado en un departamento abandonado de la Ciudad de Córdoba, Argentina. Si bien no se ha consignado la fecha que corresponde a cada entrada, por la naturaleza de los hechos narrados se presume que tuvieron lugar entre abril y noviembre del año 2035. Se desconoce el paradero de su autor.
I
Esta mañana, cuando salí al trabajo, vi un gato.
Estaba acobachado en la entrada del edificio, como una bola de pelos entre medio de las plantas. Traté de acercarme pero lo vi muy asustado. Temblaba. Me mostró los dientes y me largó un bufido así que lo deje tranquilo.
Hace un rato, cuando volví a casa, seguía ahí. Le voy a bajar algo para que coma.
II
Me parece que de a poco voy haciendo algún progreso con el gato. Hoy se dejó acariciar un poco. El pobre animal está hecho una mugre. Parece marrón, pero en realidad está cubierto de barro y hojas.
Googlié que no hay que darle leche, ni lácteos en general, así que le compré una bolsita de balanceado.
Cuando le estaba dando de comer, me cruce con Julia que justo salía del edificio.
III
Había dos perros contra la reja de la entrada ladrando al pobre gato. Si no lo subo al departamento lo terminan agarrando. Me tuve que sacar el buzo y envolverlo para que no me arañe toda la cara.
Ahí anda ahora, metido abajo de la cama. Cuando lo solté, se arrastró por todo el piso y dejó un rastro inmundo de barro podrido, hojas y basura. Ahora voy a limpiar y después bajo a comprar una bandeja y piedritas, antes de que ensucie más todavía.
IV
Anoche me desperté con el gato durmiendome en el pecho. Le puse Sifón de nombre. Es naranja con las patitas blancas. Como nunca tuve gato voy probando a ver qué cosas le gustan y que otras no. Podría ir haciendo una lista. Por ejemplo:
Cosas que sí: las aceitunas, el jamón, las cajas, las hojas de la monstera y subirse arriba de la heladera.
Cosas que no: el contacto con el agua, que le cambie el balanceado, las galletitas de agua, que le eructe cerca.
V
Me crucé a Julia en el ascensor y me preguntó por Sifón. Le dije que venga cuando quiera a visitarlo y de paso tomamos un vino. Quedamos para éste finde.
VI
No olvidar comprar balanceado y por las dudas curitas. Agregar a las cosas que sí: el salame milán. Agregar a las cosas que no: que le toque la panza.
VII
La cita fue un fracaso. Incluso me parece que para ella no era una cita. Tampoco es que la haya pasado mal, pero hay que saber admitir cuando no te dan bola. Tomamos un vino y pedimos una pizza. Charlamos de la vida, la facultad, el trabajo, las elecciones y todo eso. Sifón se subió un par de veces encima de Julia pero en un momento se cansó de sus caricias y después de arañarle la mano se fue a esconder abajo de la cama.
No hubo un beso, y el abrazo de despedida fue corto y contundente, lo que me dio a entender que no tiene otras intenciones conmigo más que ser buenos vecinos.
VIII
Hace un par de días que Sifón está raro. Lo noto cansado, sin ganas de jugar y hasta se pone arisco si me acerco.
Lo pude acariciar poco, pero lo sentí caliente y transpirado. No sabía que los gatos transpiraban.
Tiene el pelo seco, pero abajo, más cerca del cuero está húmedo, como baboso. Si a la noche no mejora voy a llamar al veterinario. Ahora me voy a trabajar. Le dejé la llave a Julia para que lo revise mientras no estoy.
IX
Estaba por cerrar el local cuando me llamó Julia. Tenés que venir urgente, Sifón está anidando, me dijo. Todavía no entiendo mucho pero parece que no es el único. Nos pasamos la noche viendo tik toks de gatos anidando en todo el mundo. Forman una especie de capullo amarillento, como un desinflamante de cápsula blanda. Y adentro flotan. No se sabe nada todavía. Los científicos recomiendan no acercarse, otros más hippies dicen que hay que hablarles para ayudarlos a transicionar.
X
Vi un par de tutoriales. Con una linterna led más o menos potente y un celofán azul se puede ver a través de la crisálida. Ahí adentro ya no hay un gato. Llegué a ver unas marañas de pelo largo y algo parecido a una mano.
Las recomendaciones siguen siendo tomar distancia. En las redes se ve gente que se muda e incluso algunos directamente abandonaron su casa. Con todo lo que te cobran de comisión inmobiliaria yo no puedo rescindir el contrato por un gato.
XI
Vino Julia a preguntar por el nido. Le dije que se terminó secando. Esas cosas pasan. Está lleno de casos así. Ella quiso pasar a ver pero le dije que mejor no. Que necesitaba espacio, que estaba triste por Sifón. Me creyó.
XII
El nido ya está en su fase final de incubación. Compré dos lámparas especiales por internet. Una es para ver dentro del nido, como la que me hice con el celofán pero de mejor calidad. La otra es para darle calor y ayudar a que eclosione correctamente. Estos días son claves así que no estuve yendo al local. Me tengo que quedar a cuidar el nido.
XIII
Se discute por qué no todos los gatos del mundo anidaron. La mayoría siguieron siendo simples gatos. Algunos tienen la teoría de que todos los gatos pueden anidar eventualmente, bajo ciertas condiciones. Otros dudan de que los gatos anidadores sean realmente gatos y se teoriza sobre otras formas que pudieron tener previamente. Hay estudios que dicen que no hay diferencia genética entre unos y otros. Nada de esto está confirmado.
XIV
Cuando el nido eclosionó se inundó todo el departamento. Sifón está bien. Le tengo que poner otro nombre. Decirle Julia también me parece raro. El parecido es increíble. Según dicen en internet, el ADN es completamente idéntico.
Estos primeros días fueron raros. Todavía no me acostumbro. No se deja poner ropa.
Se sigue comportando tal cual como Sifón, y por lo tanto mis listas se siguen aplicando.
Cosas que sí: las aceitunas, el jamón, el salame milán, las cajas, las hojas de la monstera y subirse arriba de la heladera.
Cosas que no: el contacto con el agua, que le cambie el balanceado, las galletitas de agua, que le toque la panza y que le eructe cerca.
En Tiktok ya hay algunos que se comportan más como humanos, hasta hay uno que es influencer de skin care. Parece que nos copian y aprenden, como todos.
XV
Con Sifón-Julia estamos muy bien. Habla poco, pero se da a entender.
Me preocupa dejarla sola para ir a abrir el local. Sobre todo me preocupa la otra Julia. Puede ser peligroso si se encuentran. Se pueden poner territoriales y violentos. Hay videos bastante fuertes en internet. Los gobiernos tampoco saben muy bien qué hacer con éstos nuevos gato-personas. Les dicen Anidados, o Nested People.
Hay otra cosa que me preocupa, pero parece que no es tan común. En algunos casos vuelven a hacer nido. Me gusta ésta forma de Sifón. Ojalá se quede así para siempre.
XVI
La otra Julia hace muchas preguntas. Que si ví todo lo que está pasando, que si de verdad está todo bien con el nido, que dónde tiré los restos secos, etc. Más razones para no salir de la casa y dejar sola a Sifón.
XVII
Anoche me desperté y tenía a Julia sentada en mi pecho. Me miraba fijo sin pestañear. Ahora me doy cuenta, no sé si pestañea. Abrió la boca y con los dedos tiró de algo parecido a un cable que tenía entre los dientes. Era una cola de rata. Se sacó el animal muerto de la boca y me lo mostró sonriendo con los dientes llenos de sangre y pelos.
Me la saque de encima asqueado. Primero me miró ofendida y luego con furia. De un zarpazo me arañó la cara y salio corriendo del cuarto.
XVIII
Julia está afiebrada y transpira mucho. Traté de limpiarle la baba que le cubre el cuerpo pero no deja que me acerque. Ahora está encerrada en la habitación. Es posible que esté pasando lo que temía. Voy a dormir unos días en el sillón para darle tiempo.
XIX
Ésta vez el nido es más grande. Tiene el tamaño de un placard y es del mismo color ámbar que el anterior. Es raro verse así, suspendido en ese líquido amniótico espeso sin ningún cordón umbilical que me alimente. No es como un espejo, es peor, más real. Hoy abrió un poco los ojos y nos miramos un rato.
Quizás tenga que hacer un bolso y abandonar la casa, dejarlo todo. Incluso los documentos. Podría dejarle las llaves del local a la vista, la clave del home banking y la contraseña del mail.
Podría avisarle a Julia. Se merece que le cuente la verdad. O al menos una parte.
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