anhelo eso que pierdo

me voy.

me quiero ir.

no quiero quedarme por siempre en este ruido constante.

quiero apagar un poco el sonido.

quiero que venga la calma.

que la voz se enmudezca.

que el oido se ensordezca.

y me acerco.

me acerco a la lluvia de agua que cae por la ducha.

la lluvia acaricia mi cuerpo como quien viene y te abraza para relatarte un cuento.

focalizo la lluvia para que caiga en mi cabeza.

el agua se resbala y se acumula por ambos lados de mis oídos,

y por un segundo todo el sonido se vuelve un sonido calmo.

el agua que cae mis orejas y hace que pueda escuchar como si estuviese abajo del agua.

se siente igual que en esos momentos en los que nos zambullimos en el mar cuando viene una ola,

cuando el sonido tan característico de la corriente por un momento se apacigua y sólo se escuchan murmuros.

y todo se escucha distinto.

el agua cae y me tapa ambos oidos si yo pongo mi cuerpo en determinado punto.

la música que estaba de fondo brotando por los parlantes de mi celular ya no es música.

sigo cantando y me resulta extraño escuchar mi voz: irreconocible.

pero si me muevo un centímetro vuelvo a la realidad.

es un ir y venir a una calma y a un ruido.

es un entrar y salir de un espacio a otro,

del agua al aire y del aire al agua.

por momentos siento que me quiero quedar ahi sin tiempo.

donde todo se detiene.

hasta mis latidos más acelerados ya no tienen lugar en mi escucha.

el dolo de cabeza no me molesta xq el agua hirviendo me choca contra los nudos de mi espalda.

la canción se transforma y ahora todo es instrumento.

quiero quedarme allí donde quiero abrazarme para siempre.

y dónde también no me reconozco.