Dímelo todo a la cara, golpéame más, puedo resistirlo. Mi corazón pesa demasiado, y no dejas de llenarlo de tristeza. Dijiste que era el amor de tu vida, pero entonces... ¿por qué me tratas así? Duele más que ayer y dolerá mañana más que hoy. Te amo tanto que odiarte me es imposible.
Ángel precioso, eres tan cruel, tan cruel, tan cruel... Me elevaste tanto que, al soltarme, caí y me lastimé.
Ángel hermoso, eres tan cruel, tan cruel, tan cruel... ¿Por qué hiciste sangrar mi pecho? Escribiste tu nombre en él, y duele demasiado.
Ángel... Te amé más que a cualquiera, pero ¿tú me amaste? Dijiste todo para endulzarme, pero al probar, el amargo sabor lo invadió todo.
Querido ángel... Diste un golpe duro en mi vientre, mataste a las mariposas, y ahora solo siento el deseo de dejarlo todo... Pero, querido ángel, mi mente no deja de reproducir los momentos en los que me enamoré de ti, y solo puedo ver el sueño en el que viví, no la realidad en la que me estoy desangrando.
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