El sol cae sobre mi cara, una ventana pequeña y muchos árboles son la vista, estoy en el suelo, me cubre una camiseta, me va bastante grande, se enrolla justo por encima de mis nalgas, las piernas desnudas, la calidez golpeándolas. Stevie Nicks de fondo, su voz fuerte coreando "you’ll never get away from the sound of the woman that loves you" siempre me resultó empoderante esa línea, después de todo hizo que su ex esposo (la engañó) cantara junto a ella concierto tras concierto por años. Un librito pequeño entre mis manos, un vaso de agua fría a mi costado, cierro los ojos, absorbo el momento, mi espacio favorito.
Apoyo la cabeza en la superficie más cercana y aún con los ojos cerrados doy por finalizada la bomba atómica de pensamientos que día a día atormentan mi mente, la ansiedad intenta trepar por mi cuerpo pero le empujo, solo somos el sol, la música y yo.
Óleo de Mujer con Sombrero, Silvio Rodríguez, empieza a emerger en algún lugar de la habitación, mis ojos aún cerrados, la cabeza aún vacía, de pronto "los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan allí" llega a mis oídos, se me aprieta el estómago, se suaviza mi corazón, las palabras me acarician, me arrullan, duelen, si, pero dejo que duelan, por que duelen bien, duelen justo donde deben doler, en mis miedos, esos en los que minutos anteriores había olvidado por completo, en mis pecados y debilidades.
Anécdota de un domingo soleado, con música putísimamente extraordinaria y el alma vacía de pensamientos tortuosos.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión