anatomía del dolor

No importa cuánto me duela el presente,

cuánto lo sienta hundirse en mi pecho y clavar sus pezuñas en mi carne,

cuánto se instale desde allí hasta formar un trayecto doloroso que viaja por mis venas hasta permanecer en mi cabeza,

No importa cuánto ni cómo, ni por qué lo hace,

Siempre termina siendo arrastrado por el paso del tiempo, volando hasta terminar en alguna parte que desconozco y no la veo,

Para terminarlo sintiendo, por medio de los ecos de dolor que emana y que me alcanzan inevitablemente

Me daña y lo amo, lo amo como a nada ni nadie,

Y lo acuno entre mis brazos como si se me fuera la vida en ello,

porque desconozco un mundo sin él;

dolor amado mío, con un beso te afirmo y con dos te asiento dentro de mí