Analógico

Mi vieja está en esa de revisar y revelar negativos viejos,

los que todavía no se velaron.

Que práctica hermosa y misteriosa,

de-velar 

re-velar.

La mayoría del tiempo me hubiese gustado haber nacido en otro tiempo. En una familia promedio, haber escuchado música en cassettes y alquilar películas en el video del barrio, por suerte no llegue tan tarde para eso, aún conservo películas en casette de mi infancia. 

Vivir ese misterio de que un film de 36 exp te dure todo el año. Llegar a velar el rollo y no recordar que retrataste en los últimos meses o incluso años...

La inmediatez de nuestro tiempo a veces no está tan buena.

Cuestión que mi vieja digitalizó algunas fotos, unas de mi abuelo y otras con mi viejo mucho antes de que yo naciera.

El otro día me puse a pensar que solo conozco de mis abuelos las historias que ella me cuenta y que nunca sabré cómo sonaba el tinte de sus voces. Ella dice que tiene casettes de la contestadora guardados, mi abuela se reía como yo dice, o yo me río como ella, aún no lo sé.

Mi abuelo amaba la huerta, el patio, las flores. Tenía todo el jardín lleno de rosas y siempre las manos con tierra.

Se levantaba, calentaba la pava y llenaba los dos termos con agua. 

El otro día conocí a una señora que fue alumna de mi abuela, que emoción conocerla a través de otros relatos. Dice que tenía unas manos hermosas, al parecer mi mamá las heredó de ella. 

La monona le decían, por lo mona, estoy segura que el sentido del humor un poco lo aprendí de ella. No sé cómo, pero debe ser así.

Del lile no sé qué saqué.

Se amaron toda la vida, en la muerte también dicen. 

Encontré en un libro una nota de mi abuelo. En una hoja de bordes comidos, la tinta azul se aferra con devoción sobre el papel amarillento y débil.

"Hoy hace 3 meses, 26 días y 12 horas que falleció mi esposa. "

A las 10.42 del 1ro de noviembre de 1997, dibujó su angustia en la portada de un libro que se titula "La ruina del mundo antiguo". Editorial 1946 Buenos Aires.

Y sigue:

"Está jugando Boca - Lanús"

Estoy sólo,

En mi casa.

Esa casa ahora es mi casa también, y ese jardín ya no tiene rosas. 

Tengo las manos manchadas de tanta agua salada y grafito.

A veces pienso en ellos. Que privilegio amar y ser amado toda una vida.