Amuleto.
- Cariño… se que vas… vas a odiarme – Un Sebastián muy maltratado estaba tirado en contra de una pared que parecía pertenecer a un barco o algo que utilice algún material metálico para sus paredes. El rubio estaba mal herido por donde lo viese y todo su uniforme militar estaba cubierto de sangre seca. Al observarlo con algo de atención, se podía ver que este había estado peleando por bastante tiempo y en su cuerpo aquello se reflejaba. Desde heridas abiertas en sus brazos, hasta cicatrices que apenas estaban intentando cerrarse en su rostro se podían ver – S…soy un mal esposo – el rubio estaba derramando algunas lágrimas – te prometí… que cuando acabe mi trabajo aquí… te iba a llevar a conocer mi país a ti y a Nicolas… pero… - este comenzó a toser sangre de forma algo preocupante – lo siento… lo siento mucho – el se paso la mano por el rostro intentando secar sus lágrimas, sin embargo, estas parecían ser un caudal sin frenos – todo… todo salió mal, todo se echo a perder, no pude protegerla a ella… - este tenia su arma tirada a su lado y golpes en lo que parecía ser una puerta se comenzaron a intensificar – Todos cayeron – Sebastián miro a la cámara – ella me quiere a mi… y no se va a detener hasta… - el rubio trago levemente – quiero… que sepas que… que… - este levanto su mano, aquella que tenia el anillo. Se podía ver como esta había estado cortada desde el medio separando las falanges siendo una venda la que tapaba aquella herida horrible – te amo mas que a nada. Mi razón de… seguir luchando eres tú y Nicolas – Sebastián se sobre salto al ver como una de las puertas que lo alejaba de aquel peligro había cedido – tengo… tengo que seguir luchando amor… voy… voy a encontrar la forma de salir de aquí y volver contigo ¿escuchaste? – Sebastián se acercó a esa cámara - ¿me escuchaste? ¡voy a encontrar la forma de salir de este lugar! Sin embargo… si no vuelvo pronto… por favor… no me busques… ¡olvídate de mí! ¡sigue con tu vida y se feliz! – Sebastián tomo su arma y aquella puerta mas endeble se rompio. El furioso rugido de una bestia y el grito lleno de odio de Sebastián fueron el final de ese video que como ultimo fragmento mostraba a ese rubio atrapando a ese monstruo y azotándolo contra la pared para luego sacar su cuchillo y apuñalarlo. La resolución de la cámara apenas y logro captar un poco de esa bestia que ataco al rubio dejando entrever apenas a una especie de “lobo” o algo similar que se lanzó hacia él.
Habían pasado dos años desde que su marido desapareció, el gobierno no daba mucha información acerca de lo que le sucedió a su esposo, sin embargo, Luz entendía que Sebastián trabajaba en una división un poco más “peligrosa” que la división que ella atendía. Se conocieron hace unos seis años, ella estaba en una misión de proteger a un aristócrata de la realeza cuando por quizás, alguna coincidencia, su camino se cruzó con ese rubio.
Se podría decir que fue amor a primera vista… aunque en realidad, lo que en todo caso… fue amor a primera bala.
No era común que la división de Terrorismo ande en la calle, sin embargo, el informe indicaba que cierto tipo peligroso andaba suelto en las calles europeas. Sebastián que fue reclutado hace años por la división fue detrás de la pista en si para intentar atrapar a aquel tipo antes de que actuara.
El informe que fue presentado en esa tarde cuenta que Sebastián se encontró con el aristócrata y Luz en el paseo de arte del lugar justo cuando el Terrorista intento huir por el lugar luego de plantar un dispositivo explosivo en la zona. Sebastián saco su arma apuntando a ese tipo que justo estaba en la misma línea que el aristócrata por lo que, Luz reacciono sacando su pistola y apuntándola hacia Sebastián.
El rubio recibió la bala que Luz disparo con su chaleco antibalas, al caer al suelo, se tuvo que poner a cubierto y en un movimiento arriesgado, disparo por su cobertura a Luz impactando en su chaleco. La diferencia de calibres marco cierta diferencia dado que, el impacto plancho a Luz en el piso y le permitió a Sebastián con su arma poner dos balas en el terrorista que no pudo activar el dispositivo explosivo.
Lo que el informe no cuenta es que, ambos se dispararon mas de dos cargadores hasta que, Luz en un momento de frustración, le lanzo su arma a Sebastián golpeando su cabeza y corrió hacia el para trenzarse a golpes con el rubio quien no se hizo menos y comenzó a luchar con ella.
Entre golpes y patadas, ambos quedaron rodeados por las autoridades que al final los terminaron encarcelando a ambos en el mismo calabozo donde al final, terminaron revelando que ambos eran efectivos de las fuerzas armadas y que aquello fue un enorme mal entendido.
Luego de eso y un par de bromas, el amor floreció entre ambos que, poco tardaron en casarse y posterior tener un hijo.
Sin embargo, la vida separo a este par dado que Sebastián tuvo que atender un llamado urgente en el frio suelo Ártico. Se suponía que este atendía problemas de terrorismo, sin embargo, los que solicitaron su presencia fueron los militares de aquel país dado que, la misión en cuestión dictaba que debía hacer un transporte de alguien a otra misión. la persona en cuestión era conocida suya por lo que, debía hacer de niñero y al ser una misión de carácter urgente, el tuvo que salir de forma algo apresurada de su hogar.
Luz apenas y había dado a luz por lo que, maldiciéndose por aquello, le prometió terminar rapidamente para volver a su lado y cuidar de ella y el bebe… sin embargo, todo salió horriblemente mal y no pudo cumplir su promesa con ella.
- Estuviste viendo eso todo el día – La voz de su hermano la saco de su transe – deja de torturarte… seguramente se encontraron con una manada furiosa de animales Luz.
- no… un lobo no rompe una puerta de esa manera.
- por favor hermana – su hermano se acerco a ella con su bebe en brazos – tu has visto al pitbull de Camila romper una puerta por culpa de un gato – Luz negó molesta.
- no es lo mismo – ella señalo el video – Sebastián no se enfrento a un lobo… - ella molesta miro la computadora un momento mas y luego miro a su hermano – mi vuelo ya esta por llegar. Cuida de mi hijo, volveré con mi marido – Luz agarro su bolso y Emiliano notando como era casi imposible evitar que ella se vaya bufo molesto.
- al menos… dime que iras preparada… eso que lo ataco… puede…
- Sebastián está vivo – Luz se tocó el pecho – lo se… él lo está.
Una vez en Alaska, Luz se reunió con su contacto en el lugar. Marcos Barco era quien la iba a llevar hasta el lugar. Se suponía que este sujeto era un traficante que operaba en la zona dado que solía meter cosas desde la rusia profunda a Estados Unidos, sin embargo, desde que aquel accidente ocurrió, sus negocios se vieron frustrados dado que no podía mover su mercancía por los bosques por el gran control que ahora había – entonces ¿hasta donde me puedes acercar? – Luz miro al castaño.
- señorita, usted va a quedar teóricamente por aquí – la Zaffaroni noto el mapa – son alrededor de dos kilómetros… el resto lo debe hacer a pie y con cuidado de que no la atrapen los soldados que patrullan la zona.
- ¿hace cuanto la patrullan? – la Zaffaroni miro al muchacho que miro hacia los lados. Ambos estaban en una cafetería que estaba bastante llena de gente.
- lo que aquí le voy a decir es… información incierta ¿me oyó? – Luz asintió – hace apropiadamente dos años… en alguna parte dentro de esta zona… algo ocurrió – Luz observo el mapa notando que era el lugar al que su marido fue – yo estaba trabajando en ese momento y desde la distancia supe que algo salió mal… no es normal escuchar rondas de disparos durante toda la noche… sin embargo ¿escucharla durante semanas enteras? Le aseguro que el ejercito no se acerco al lugar ni por casualidad desde que aquello ocurrió… he visto pasar helicópteros por la zona… pero el clima esta tan agresivo que ninguna nave puede mantenerse en la zona mucho tiempo. además, a un kilometro de este lugar… cualquier aparato de logística falla.
- ¿hablas de GPS, brújulas…
- todo – Luz frunció su ceño y este tipo saco un sobre lleno de fotos - ¿Qué es esto?
- estos son los soldados que patrullan la zona… ¿ha visto estos uniformes? – Luz al verlos reconoció un uniforme actualizado similar al que usaba su marido – esta gente no se anda con rodeos… si no estas autorizado, balazo en la frente y adiós problema.
- entiendo… - Luz frunció su ceño – tu dinero te lo entregare cuando me dejes en el lugar acordado – Marcos asintió – nos veremos en el punto de encuentro – el asintió y así fue.
Marcos paso por ella en la noche y la llevo hasta donde el le dijo que la podía acercar. Luz pago y bajo con sus cosas en cuestión.
Vestía un sobretodo que actuaba como poncho por encima de esa armadura que utilizaba siempre que trabajaba.
La realidad era que la protección contra balas y armas cuerpo a cuerpo era buena y se extendía a todo el cuerpo con una gran capa de kevlar. Fue un regalo de su marido que, al poco tiempo, se lo trajo como presente para que ella lo usara habitualmente.
No dejaba de ser un “peto” o armadura de pecho que protegía sus órganos vitales y bajaba a sus piernas con una segunda parte que también protegía el frente con placas cerámicas cubiertas por kevlar y material flexible.
Era sin dudas una gran pega usarlos en verano, sin embargo, en el invierno y mas en el clima que estaba, estaba ideal usarlo.
Su cuerpo se encontraba protegido por aquellas placas metálicas externas, su cabeza era cubierta por un casco junto a un medio pasamontañas, al igual que sus manos que tenían guantes de uso militar para evitar el frio y las heridas.
Por último, un gran poncho de lana y cuero cubrían su cuerpo en su totalidad para evitar un poco el frio.
Como armas, llevaba su pistola y su fusil de corto alcance para tener mas movilidad. También se tomo el atrevimiento de agregar a su arsenal una escopeta de cañón corto por si realmente se trataban de animales.
Agradeció que la noche haya sido su aliada en esa infiltración por lo que, pudo llegar hasta lo que en principio era un complejo de laboratorios devastado por una tormenta. Al entrar al lugar, tuvo que forzar aquella puerta para meterse en este complejo. Por las chispas que los cables del techo aun soltaban supo que había energía eléctrica por lo que, activando su energía auxiliar para aislarse de la corriente, su traje se energizo para evitar un golpe de corriente si es que llegaba a tocar algo que la ponga en peligro.
Se adentro en ese lugar que definió como una estación meteorológica. Al avanzar, noto que este tenia varios pasillos que se extendían a lo largo de la instalación. Mantuvo su marcha constante y comenzó a notar los signos de la lucha. Agujeros de balas, casquillos, sangre seca… ¿Qué mierda paso ahí?
No le costo mucho encontrar los primeros cuerpos descuartizados en aquel lugar. El olor era hediondo, de hecho, estaba segura que el frio no detendría para nada la descomposición de estos… sin embargo, había varios cuerpos que parecían conservarse en perfectas condiciones ¿Por qué?
Su linterna alumbraba las paredes, sin embargo, su visión nocturna estaba a la espera de ser utilizada por ella.
Fue sorpresa que la energía eléctrica se active en todo el complejo cuando ella llego a la que consideraba una de las salas mas importantes del lugar. La bandera estadounidense compartía espacio con la bandera rusa cosa que sin dudas extraño a esa muchacha ¿Qué mierda hacían esas dos banderas juntas? ¿en que estaba involucrado Sebastián como para estar en ese lugar?
Encontró algunos documentos en su paso por el lugar los cuales ojeo “6 de marzo 2016: estamos a la espera de la llegada del equipo Bravo con el “sujeto” en cuestión. Los ánimos están por el suelo, todo salió estrepitosamente mal en el continente vecino, aparentemente ella esta furiosa por que su “papá” no esta para cuidarla y clamo por él. tuvimos que pedirle que venga de urgencia, el pobre hombre no quiso saber nada con venir a este lugar, por lo que se rumorea, acaba de ser padre y se negó a cooperar. Sin embargo, al comentarle de que se trata, accedió. Asumo que entiende el problema que se esta formando y no puede hacer la vista gorda al asunto… después de todo, el la saco de ese pozo en Kazajistán y desde entonces, siempre ha manifestado quererlo cerca.
En cualquier caso, de no ser por este muchacho, no podríamos seguir trabajando en el proyecto “A001” dado que la apacigua, sin embargo, lo que ocurrió en Siberia no debe ser olvidado… esos “amigos” que la cepa crea no son fáciles de doblegar y si no logramos dar con la formula correcta, ella podría salirse de control” (Doctor Vitaly Petrov)
- ¿estuviste en Rusia? – Luz murmuro pensando en su marido que, ya llevaba tiempo en esa unidad antiterrorismo.
Recordó como entre sus “recuerdos” había cierta pistola “Makarov” en su pertenencia. Según el, era un regalo de un soldado Spetsnaz que conoció hace mucho tiempo y con el cual trabajo por largo tiempo en varios lugares. Un tal Nicolai era quien le obsequio aquello. La estrella al servicio distinguido ruso era lo que acompañaba aquella pistola que Sebastián guardaba en su maletín.
Miles de recuerdos invadieron la mente de aquella mujer que con cerrar sus ojos se transportaba a aquella casa que juntos adquirieron cuando ella se embarazo.
- ¿curioseando? – el la abrazo por la espalda cuando ella miraba la pistola que él tenía en su estante.
- un poco – Luz se giro sonriente para luego besar a su marido – tienes cosas interesantes aquí.
- quizás – Sebastián se sonrió y levantándola cual princesa la llevo hasta el sillón de aquella habitación que el usaba como despacho y se sentó con ella – aquí, lo que mas interesante encuentro es a mi hermosa esposa.
- ¿así que soy tu pertenencia mas importante? – ella divertida consulto a su marido que, asintió acercándola más a él.
- claro… ¿de donde voy a sacar a otra mujer que en nuestro primer encuentro romántico me ponga una bala en el pecho? – el rubio divertido pregunto causando en ella una risotada.
- ¡No lo digas así! – ella lo regaño haciéndolo reír – cuando se lo cuente al niño… no te va a gustar.
- Nuestro hijo se va a sentir orgulloso de su madre y mas feliz de saber que su padre es fuerte – Sebastián acaricio su barriga de cuatro meses y ella lo observo fijamente a los ojos.
- puedo ver que en tus ojos hay muchas cosas ¿en qué piensas ahora?
- pienso… - Sebastián se mordió el labio y girando con ella sobre el sofá, la acostó subiéndose sobre ella – que… me encanta que tengas el cabello corto.
- ¿sí? ¿Por qué?
- por que puedo… llegar a tu cuello – el se acerco a este y lo beso con delicadeza logrando que ella curve su rostro – tu clavícula…
- Se...Sebastián – ella suspiro su nombre y luego le sonrió a el que, mirándola fijamente noto que había una pequeña foto en su camisón.
- ¿Dónde… la encontraste? – el tomo aquella imagen de entre su ropa y la observo un momento – esto… tiene mucha historia.
- ¿de verdad es tan importante? – Sebastián asintió – la iba a llevar a encuadrar para obsequiártela – Sebastián se sonrió para luego mirarla a ella.
- oh… hubiese sido… un regalo bellísimo – el bajo su mirada un momento – lo arruine – Luz negó divertida y tomo la foto con su mano.
- aun puedo… hacerlo – el se sonrió levemente - ¿Cuándo fue?
- esta tiene mucho tiempo – Sebastián se sonrió divertido – hay… gente especial en ella – el rubio estaba en un desierto rodeado de varios compañeros, entre ellos, ese ruso llamado Nicolai – pero en este momento, mi deseo de añorar tiempo pasado es menor a mi deseo de tomar a mi curiosa esposa ¿seguimos donde lo dejamos? – Luz se carcajeo asintiendo y con muchas ansias, se dejo tomar por ese rubio que tanta sed de amor tenía” – tiempos… bellos – ella se murmuro teniendo esos recuerdos al pensar en Sebastián.
Siguió en su búsqueda solitaria encontrándose más cadáveres en su paso. Muchos de estos tenían muertes horripilantes y se encontraban cubiertos de una especie de “Hongo” que parecía estar descomponiendo sus cuerpos de forma lenta cosa que la tenia algo confusa ¿y si eso había atrapado a Sebastián? ¿Qué era? Algo nerviosa siguió adelante y llego a la que según ella era una gran sala de pruebas. En esta vio como había “celdas” para animales, jaulas e incluso podría anticipar que estaba viendo lo que según ella eran cámaras de gas.
Si esto era un experimento del gobierno ¿Por qué no vinieron a hacerse cargo de lo que habían hecho? ¿Qué había ahí que les impedía llegar más profundo?
Al final, sus preguntas fueron infundadas, un equipo táctico la rodeo dejándola casi sin opciones - ¡arriba las manos! – no tuvo de otra mas que levantar sus manos ante esas personas que la apuntaban con armas similares a las que ella utilizaba - ¡identifíquese!
- me llamo Luz Zaffaroni… estoy en búsqueda de mi marido, Sebastián Vannucci. Soy agente de la Interpol – ella estaba temblando quizás del miedo ¿si le disparaban por ordenes de arriba? ¿debería confiar?
- ¿Dijo Vannucci? – ella asintió rapidamente – usted… usted no debería estar aquí – Luz curvo su rostro algo confusa y un estruendoso ruido a metal alerto a todos - ¡carajo! ¡debemos extraerla de aquí! – el equipo rodeo a Luz.
- ¿¡que!? ¡de ninguna manera! ¡necesito encontrar a mi esposo! – ella reclamo, pero otro golpe mas cercano esta vez levanto las guardias de los soldados.
- ¿¡tiene un arma!? – Luz saco debajo de su poncho aquel fusil - ¡Bien! ¡si ve que algo se acerca rápido a nosotros abra fuego! – este hombre tenía un acento realmente raro por lo que, cuando iba a preguntar por el, este volvió a hablar – le debemos la vida a su marido… justamente usted no debería estar aquí. Tenga, póngase la baliza – Luz coloco aquello en su chaleco. la función de la baliza era emitir destellos infrarrojos para la visión nocturna. De esa manera, al verla con esos aparatos, estos podrían detectarse entre si y no abrir fuego de forma errónea.
- pero… - no pudo seguir conversando con ese hombre dado que la luz se fue. Estos activaron su visión nocturna y cerraron aun mas el circulo alrededor de Luz que también había activado la suya.
Hacia ellos uno de esos soldados “muertos” corrió con un hacha en mano. Las balas fueron disparadas y este cayó delante del grupo – lo que sospechaba – uno de los soldados miro a su líder – los cuerpos no se descomponen porque aún están con vida. Nicolai, esto es malo – Luz abrió sus ojos de par en par al escuchar ese nombre ¿será este el mismo Nicolai que formo vínculos con Sebastián?
- ¡Vienen mas desde la entrada! – otro de sus soldados aviso del peligro inminente y el grupo entero abrió fuego retrocediendo hacia uno de los rincones.
- ¡carajo! – Nicolai miro a Luz una vez mas y luego a duras penas acepto que esta tenga que estar con ellos en la misión - ¡sigamos adelante con la mujer! – este puso su mano en el hombro de Luz empujándola hacia esa otra zona del laboratorio. Cuando su ultimo hombre paso cerraron la puerta de metal siendo esta capaz de contener a los “revividos” que los atacaban.
- ¿¡que mierda era eso!? – Luz cuestiono a Nicolai y rápidamente cuestiono - ¿¡como conoce a mi marido!?
- deje de gritar – Nicolai la regaño señalando la otra parte de la sala que no tenía luz – no necesitamos que sigan viniendo – el hombre algo molesto murmuro cierta información que le dejo en claro que era el mismo Nicolai que su marido había mencionado – Sebastián nunca dijo que era así de corajuda – uno de sus subordinados se carcajeo negando.
- tampoco dijo que era militar – este señalo su traje de combate y Luz al fin sintió un poco de calma en el lugar.
- ¿usted es el que le regalo la pistola? – Nicolai asintió dando algunos pasos adelante - ¿Qué sabe de esto? – Ella señalo el laboratorio – según tengo entendido, Sebastián ha trabajado varias veces aquí.
- Trabajo para mi – Nicolai comenzó a caminar, hacia el interior de aquel lugar en una formación cerrada protegiendo a aquella pelinegra que, entendiendo que quizás esta sobre protección se debía a su marido, la acepto – este grupo tiene años y él es la razón de que aun estemos todos juntos.
- ¿de que los salvo?
- de lo mismo que lo ataco – Nicolai suspiro levemente y las luces volvieron al lugar iluminando todo.
Entre ellos se observaron algo molestos por el repentino retorno de la luz. Al estar todos con los visores activos, la incandescente luz que regreso de repente los dejo algo molestos.
- sigamos adelante – Nicolai comenzó a caminar con los demás que, le pidieron a Luz que fuese al medio del grupo para mayor seguridad.
- ¿Qué vino a transportar? – Luz miro a ese soldado que sin responder saco una carpeta entregándosela a Luz - ¿Qué es esto?
- es el “A001” – uno de los soldados le comento a Luz – se trata de una cepa altamente contagiosa – La Zaffaroni frunció su ceño – si tienes heridas abiertas, esta entra en el torrente sanguíneo y arruina tu composición molecular… o al menos así pensábamos que funcionaba.
- ¿Por qué lo dice? – ella curiosa curvo su rostro y este volvió a contestar.
- resulta que la cepa en si no funciona de manera patológica – una muchacha contesto sorprendiendo a Luz que hasta hace un momento atrás no sabia que había otra mujer en el grupo – elige a sus portadores… es como si tuviese una conciencia al momento de hacerlo y por lo general, tiene afinidad con algunas personas.
- ¿afinidad? – Nicolai se detuvo al entrar a otra de las habitaciones que tenía un espacio más reducido.
- llegamos al primer punto de control. Procedan – Los demás soldados aseguraron las puertas y miraron dentro de cada casillero o ventilación para tener la seguridad de que no podrían atacarlos por algún lugar similar.
Una vez hecho eso, estos comenzaron a colocar una serie de antenas con una central de comunicación para intentar establecer una red de coneccion para sus aparatos – hagamos esto con buena letra – Nicolai comenzó a presentarle a Luz al grupo – nuestro técnico se llama Cristofer. Nuestro chofer es Tomas, nuestro experto en demoliciones es Lorenzo, la bióloga se llama Amanda. Todos salvo Amanda estamos aquí para salvar a Sebastián.
- ¿y tú por qué no?
- yo lo vengo a salvar por que perdió una apuesta – Luz levanto su ceja algo curiosa y Lorenzo divertido se comenzó a reir.
- Sebastián y ella eran los únicos solteros. Apostaron que, el que se case primero le debía mil dólares.
- ah… - Luz miro en su billetera – bueno… supongo que una apuesta es una apuesta – la Zaffaroni iba a meter su mano en esa billetera, pero la risa de Amanda la detuvo.
- ¡las deudas de tu marido son de el! – esta divertida negó y luego miro a Nicolai.
- habías comentado que la cepa elige a sus portadores ¿es por eso que solicitaron a Sebastián?
- no precisamente… - Nicolai suspiro levemente – el hongo reacciona con él.
- ¿a qué se refiere?
- me refiero a que si Sebastián esta en la zona, este se vuelve pacifico. Sus feromonas son susceptibles a ser pacificas cuando Sebastián interactúa con el “A001”
- ¿y hay alguna razón para eso? – Luz curiosa ya consulto y fue Cristofer el que contesto.
- yo tengo una teoría – este estaba conectando los cables para que esa antena los abastezca de señal – el virus se enamoró del cuerpo de Vannucci y quiere usarlo como portador principal. Piénselo de esta manera. Una cepa necesita de un portador que sea optimo para su crecimiento. Al ser un paracito, evalúa los cuerpos potenciales y interactúa con ellos hasta encontrar el que mejor se adapte… Vannucci tiene un cuerpo sano, fuerte y apto para su desarrollo así que si, pienso que lo prefiere ante todos y es por eso que se vuelve más “agradable” ante él. es como invitarlo a aparearse o en este caso, a hacer una simbiosis.
- cierra la boca – Lorenzo lo regaño y miro a Luz – usted no debería estar aquí – Luz frunció su ceño – su marido se lo pidió expresamente.
- ¿Qué? – Luz miro al hombre que más molesto bramo.
- lo que escucho. Ese video que usted recibió antes paso por nosotros – Luz frunció su ceño – si el le dijo que no lo venga a buscar debería haber hecho caso. Ni siquiera estamos seguro de que aun el este vivo y nuestro único propósito en este instante es intentar encontrar el lugar del cual su video fue enviado.
- hablas a la ligera… - Luz murmuro molesta – tengo un niño… que esta creciendo sin su padre, una vida que esta rota… desde hace dos años que… ¡que echo en falta la presencia de mi marido! ¡no voy a tolerar que me vengan a decir que esta bien o mal! ¡si hay una remota posibilidad de encontrarlo con vida, aquí voy a estar! ¡y si lo encuentro muerto, me llevare su cadáver! ¡tu dices eso por que no entiendes lo que es perder a alguien tan importante!
- ¿¡que no lo entiendo!? – Lorenzo hizo un paso adelante - ¡su marido salvo mi puto pellejo en Checoslovaquia! ¿¡cree que conoce a Sebastián de toda la vida!? ¡ese hijo de puta es como un hermano para mí! ¡usted debería estar en su puta casa, cuidando del puto bebe que tuvieron!
- ¡silencio! – Amanda detuvo a ambos y un poderoso golpe en una de las puertas se oyó – no atraigamos su atención…
- Mas allá de eso… - Nicolai se acercó a Luz – nosotros seguimos igual de desinformados que usted. Ni siquiera sabemos como Sebastián evito que “A001” mate a todos en Kazajistán o en Siberia. Si lo trajeron aquí fue probablemente para que la confederación tenga un seguro de que no se saldría de control… pero parece que al final, todo fallo – otra vez en aquellas instalaciones los golpes, ruidos extraños e incluso un par de gritos se escucharon a las lejanías de esta.
Obvio que la tensión estaba en aumento, no eran ajenos a lo que afuera ocurría y para colmo, parecía que la cantidad de monstruos era mayor ahora que se habían atrincherado.
- bueno… Cristofer y Tomas, mantengan esta posición. Establezcan contacto con el alto mando y informen lo que esta ocurriendo. Amanda y Lorenzo, vayan a la zona b. Luz, tu conmigo, hagamos el esfuerzo de encontrar a tu marido – la Zaffaroni asintió lista para actuar – mantengan las cámaras encendidas, todo informe que encuentren nos sirve.
Así los grupos se dividieron, ambos equipos se separaron con extrema precaución a sabiendas del peligro que significaba aquello. La realidad era una, no disponían de mucho tiempo. no conocían las variantes que la cepa tenía y no comprendían del todo el funcionamiento del hongo.
Por lo visto, los ataques eran esporádicos, sin embargo, estos eran susceptibles a la mención por lo que, en cierta medida, bastaba con estar “atentos” a los hombres que los atacaban para poder estar a salvo.
Quizás era optimismo el que ocupaba la mente de Luz, sin embargo, este optimismo comenzó a desvanecerse poco a poco a medida que se adentraban aún más en las instalaciones.
- ¿Qué… mierda paso aquí? – Luz murmuro aquello al ver como había científicas que tenían sus rostros desfigurados por golpes con objetos contundentes. Científicos que estaban empalados de lado a lado con objetos similares e incluso, personas que parecían estar desmembrados de maneras horribles como ser jalados hasta que las extremidades cedían y se separaban del torso.
- el infierno… - Nicolai apretó su ceño – “A001” trae al infierno en sus actos.
- ¿usted sabe algo que los demás no? – Luz miro curiosa a ese hombre que frunciendo su ceño no respondió ¿la causa? Uno de esos muertos se levantó. La cabeza de ese ser comenzó a expulsar una especie de baba negra y su rostro que apenas era visible se torno en uno tétrico el cual tenía una sonrisa maléfica en este.
- ¿Por qué buscan a Papi? – este divertido se arranco un cuchillo que atravesaba su pecho y señalo a Nicolai - ¿¡por que quieren llevarse a papi!? ¡no debieron venir! ¡el esta bien! – este muerto corrió hacia ellos que, rapidamente abrieron fuego. Su cuerpo recibió un par de balazos hasta caer por el daño recibido, sin embargo, ese fue el inicio de sus problemas. Los demás muertos de la sala comenzaron a convulsionar y se levantaron para atacar al dúo que, rapidamente respondió entre disparos.
Fueron separados por las bestias que se lanzaban hacia ellos emitiendo ruidos espantosos que aterrarían a cualquiera.
Luz se vio en la obligación de dejarse llevar por sus instintos mas primitivos siendo su forma de luchar una realmente agresiva. A diferencia de Nicolai que podía adoptar la fuerza bruta para quebrar los cuellos o pisar las cabezas de estos enemigos, Luz pasaba a ser precisa y rápida con sus contragolpes en los cuales, su fusil y la bayoneta que este tenia en su punta jugaban un papel fundamental en la respuesta rápida.
Al ser tantos los puntos de ataque, Luz optaba por evitar los que se lanzaban hacia ella y atacar a los que venían desde mas lejos. De esa manera, podía golpear a los próximos que se acercaban mientras que los más cercanos ya habían sido esquivados.
Lo fundamental de tener la bayoneta en la punta de su fusil era a la hora de cambiar los cargadores. Al tener la bayoneta podía atravesar los cuellos o empalar a uno o dos enemigos rapidamente mientras remplazaba el cargador del mismo rifle. Sin embargo, no había que dejar pasar el peligro que significaban que sus enemigos no solo aguanten mas de tres balas en sus cabezas antes de caer, si no que, estos se lanzaban como Kamikazes hacia ellos y sus ataques eran los que un humano podría aplicar a otro utilizando la fuerza bruta de sus cuerpos de manera desmedida.
Uno de esos tantos golpes despojo a Luz de su fusil que quedo incrustado en el pecho de uno de sus enemigos. Al verse sin su arma principal, ella opto por sacar esa escopeta recortada que entre sus vestiduras tenia y a la corta distancia, disparo dos veces expulsando los proyectiles de calibre doce. Estas municiones al impactar en los enemigos mas cercanos despedazaron a los mutados y también golpearon a los que venían detrás incluso cortando al medio a los cercanos.
La realidad era una, esto era similar a una escena gore de las que se ven en las películas del género… sin embargo, para el trauma de ambos soldados… esto no era una película. El peligro era real, los golpes de estos mutantes sobre ellos se sentían y no había forma de ponerle pausa a esto.
Los gritos furiosos de estos eran cosas que aturdía a los soldados y para colmo en cierta medida, el verse sobrepasado por estos que los rodeaban los obligo a tomar medidas desesperadas – ¡Luz, huye, nos mantendremos en contacto con la baliza! – Nicolai tuvo que retroceder hasta una de las puertas mientras luchaba en el lugar. Por parte de la Zaffaroni, alcanzo a recuperar su fusil, sin embargo, uno de los monstruos intento atraparla para matarla en el acto. Se tuvo que deshacer de su poncho y respondió automáticamente al que la atrapo con cinco balas puestas en su cráneo.
- ¡No debiste haber venido por papi! – uno de estos golpeo su pecho con la pata de una mesa por lo que envió a Luz varios metros hacia atrás. La Zaffaroni al caer rodo y esquivo por milagro a uno de esos monstruos que se lanzo para matarla en el piso.
Ella en respuesta puso dos balas en su cabeza y pateo al otro que se lanzo sobre ella para intentar acabar con su vida. Al reponerse corrió hacia la salida y cerrando la puerta, la bloqueo evitando que esa infestación de enemigos saliese del lugar.
Sin dudas acaba de vivir uno de los momentos mas traumante de su vida, sin embargo, el peligro persistía y lo sabia muy bien. Ahora le tocaba andarse con mucho ojo, estaba completamente sola en un laboratorio que parecía estar hasta las narices de infectados.
Por parte de Lorenzo y Amanda, la historia fue distinta, estos caminaban con total tranquilidad mientras que chequeaban los reactores de fisión que alimentaban el complejo – parecen estables – Lorenzo murmuro observando como aun el circuito de agua pesada seguía trabajando en el reactor que, a decir verdad, no era muy grande. Era una fracción del tamaño acostumbrado para un reactor nuclear genérico, este fue cedido por Rusia y era una copia del reactor que se fundió en Chernóbil nada mas que, para el propósito utilizado, este tenía una fracción de su tamaño.
- un “parecen” no me tranquiliza Lorenzo – Amanda miro al castaño bufar algo molesto y observando el panel de control comenzó a comparar los estándares de medición correspondientes.
- a ti nunca te parece nada – Amanda rodo sus ojos – no tienes escrúpulos para nada, solo sabes mentir – la mujer bufo algo molesta y miro a Lorenzo - ¿Qué? ¿te vas a quejar? Es la verdad, le dijiste pura mierda a esa mujer.
- ¿¡yo!? ¿¡y tu no hiciste lo mismo!?
- yo no le mentí – Lorenzo algo molesto conecto su teléfono y comenzó a descargar los informes para enviárselos a Cristofer – “me debe mil dólares por casarse” ¿Por qué no admites que le debes esa plata por que salvo tu sucio trasero?
- ¿y admitir ante su mujer que su marido fue adiestrado en la 383 antes de irse a la división de antiterrorismo? – Amanda molesta chasqueo su lengua – hay cosas que no se deben decir. Cualquiera que sepa de nuestra existencia sabe que somos la peor escoria que gesto el ejército.
- ¿y tu crees que esa mujer es diferente? – Lorenzo la cuestiono – viste la armadura que usa. Eso es tecnología experimental, no tengo idea de donde la saco, pero cualquiera que tenga acceso a este tipo de tecnologías es alguien peligroso.
- ¿crees que ella sea como nosotros?
- probablemente… - la conexión fue establecida y el aviso por radio de Nicolai llego.
- ¡acabos de ser recibidos por una horda de mutados! ¡con Luz nos tuvimos que separar, máxima precaución!
- me encuentro a salvo – Luz hablo por aquella baliza – de este lado no hay luz eléctrica así que estoy intentando avanzar de forma cautelosa… ¿Quién mierda es “Papi”? ¿Por qué lo repitieron tantas veces?
Ante la pregunta de la Zaffaroni, Lorenzo y Amanda se miraron recordando como los científicos apodaban de esa manera a Sebastián.
- aun no lo llevamos claro. Todo apunta a que es Sebastián – Amanda hablo por el intercomunicador – tenga cuidado Señora Vannucci… esto ya dejo de ser un juego.
- ¿Tenemos conexión con la central Cristofer? – Nicolai hablo con el nombrado que afirmo tal cosa avisando que ya estaban pasando los datos pertinentes a estos.
Para Luz la conexión con ese equipo desapareció, aparentemente, aquel hongo había cubierto el exterior de mucho de los pasillos por lo que la conexión se perdía.
Adelanto mucho terreno ella sola y por el camino quizás, fue atacada de forma espontanea por algún que otro mutante, sin embargo, el peligro estaba siendo “controlado” aunque si era sincera… apenas y estaba saliendo del susto inicial.
Por los pasillos que transitaba, pudo ver a una pequeña de no mas nueve años, esta tenia el cabello de color rubio, sus facciones estaban aterradas y para no ser menos, al verse entre las dos, esta alerto a Luz de uno de los mutantes que estaba por atacarla - ¡detrás de ti!
Luz se lanzo hacia adelante rodando y con su fusil en mano se ensalzo en una batalla contra ese mutante que llego desviar el arma de esta. La Zaffaroni en respuesta golpeo el rostro de este tirandolo hacia atrás y rapidamente pateo su pecho moviéndolo apenas lo suficiente como para que la escopeta de ella salga a relucir destrozando al mutante.
Abrió la escopeta sacando la ronda utilizada y cuando cargo la nueva munición se giro hacia la niña notando como esta ya se había escabullido - ¿¡niña!? – La Zaffaroni ya preocupada por la seguridad de la pequeña comenzó a buscarla, pero algo en su mente le advirtió que quizás… no era del todo buena idea.
¿Qué probabilidades había de que una niña de unos nueve u ocho años este viva con todas esas cosas por ahí sueltas?
Algo nerviosa mantuvo su marcha encontrando nuevos documentos “9 de Marzo 2016: Todo venia bien… ¿Por qué… reacciono así? Se supone que “A001” es pacifica con él, pero desde que llego esta se ha portado distinto. La cepa se puso agresiva casi instantáneamente y le reclamo por su condición ¿será que detecto que el es padre? Estamos en cuarentena mayor, han cerrado todo el lugar y enviaron a “papá” a buscar a la pequeña. Aparentemente nos tendremos que ir si el no logra calmarla ¿con que mierda estamos jugando?” – esta roto… - Luz murmuro al ver el trozo de papel que faltaba - ¿Sebastián será “papá”?
- ¿lo conoces? – aquella pequeña estaba escondida detrás de uno de las paredes. Luz al verla dio un paso atrás y luego de un momento de miradas expectantes ella asintió - ¿Cómo lo conoces? – la niña salió detrás de esa pared acercándose un poco mas a la Zaffaroni que al verla venir mas en confianza dio un paso más atrás.
No sabia hasta qué punto podía confiar en ella, sin embargo, al inspeccionarla solo podía notar que la niña vestía un atuendo de “presa” quizás… por lo que, quizás, la niña era un sujeto de prueba – es mi esposo – Luz miro hacia los lados notando que los mutantes podrían llegar por cualquier lado, sin embargo, la cosa estaba bastante calmada.
- ¿esposo? – Luz asintió - ¿Qué… significa esposo? – esta curvo su rostro un poco mirándola atenta.
- es… mi pareja – la niña seguía sin entender y quizás… intentando ser mas didáctica, Luz explico – en la pareja, la mamá es la esposa del papá y viceversa ¿me entiendes? – la Niña abrió su boca al oír aquello y luego le sonrió con encanto.
- ¿¡entonces eres mamá!? – Luz se sonrió levemente, no sabia como sentirse ante esa muestra de pureza.
- bueno… si, tenemos un hijo. Es por eso que vine a buscarlo – ella le sonrió a la niña que dio un par de saltitos y tomo su mano.
- ¡te ayudo! – Luz al ver como la jovencita tiraba de su mano no tuvo otro remedio que seguirla, sin embargo, en su mente había cosas que no cuadraban del todo.
- ¿hace cuanto estas aquí? – ella levanto dos deditos mientras iba al frente del asunto - ¿dos años? – esta asintió - ¿viniste aquí cuando todo… se puso así? – esta asintió y Luz se atrevió a indagar - ¿te… usaron para pruebas? – La niña se detuvo frente a ella y arremangándose le mostro la cantidad incontable de marcas que su brazo tenía. Este se encontraba pinchado por jeringas en todo su brazo cosa que dejaba entrever que sus sospechas eran correctas… la niña probablemente estaba infectada del virus y quizás, su cuerpo no mutaba - ¿conoces a Sebastián? – ella asintió mientras caminaba delante de la pelinegra - ¿Cómo lo conoces?
- el me cuidaba – al decir aquello Luz curvo su rostro – pero cuando… la baba se descontrolo, no lo vi más… y… estoy buscándolo.
- ah… - Luz tuvo un pequeño recuerdo de hace mucho tiempo en el cual, a su mente llego su esposo “- ha… muero de ganas de que salgas – Sebastián estaba acostado en su regazo con su rostro mirando directamente a su barriga de ya siete meses – quiero… poder abrazarte, jugar contigo sin que me prohíban llevarte a ver el sol.
- ¿Qué te prohíban? – Sebastián suspiro acariciando su vientre - ¿Por qué dices eso?
- en… hay una niña – Sebastián murmuro – ella… es muy buena y amistosa. Pero esta enferma y no puede ver el sol – este explico – los rayos ultravioleta lastiman su piel… sin embargo, ella es muy buena – Sebastián se mantenía atento a su barriga, el había apoyado su oído en contra de su vientre y había cerrado sus ojos – oh…
- acaba de patear – Luz le sonrió a ese rubio que asintió – esta feliz… de tener a su papá cerca.
- si… - el rubio murmuro besando su barriguita y luego levantándose – me gustaría… ser un buen padre.
- lo serás – el asintió y cerro sus ojos para luego suspirar - ¿están buscando una cura para ella?
- eso… espero. “– ¿el te prometió algo? – La niña se giro hacia Luz y ella se sonrió.
- ver el sol.
Amuleto 2
Ya llevaban un rato caminando juntas, la realidad era que, desde que se había acercado a esa niña, la cantidad de revividos había disminuido considerablemente por lo que, sus sospechas habían crecido ¿será que ella estaba implicada en el control de esas bestias?
A ciencia cierta, no podía afirmar o negar tal cosa, la cantidad de marcas de inyecciones que su cuerpo tenia, el tipo de ropa que portaba y la forma que tenia de hablar acerca de Sebastián y el lugar daban a entender que ella no conocía en lo absoluto el exterior.
- Papá Sebastián es bueno con nosotras – Luz curvo su rostro mirándola fijamente – pero… no lo dejan estar mucho a nuestro lado.
- ¿nosotras? ¿Cuántas son? – ella levanto dos de sus dedos – ah…
- nos leía libros antes de dormir – la rubia sonrió feliz de aquello – a Adela le gustaba que el la abrace para dormir – Luz al escuchar aquello sonrió levemente pensando en el hombre con el que se casó – pero lo quería siempre para él. Nunca supo compartir – ella levanto su rostro mirando al frente – por eso estamos… así.
- mencionaste… el nombre de una niña ¿verdad? – esta asintió - ¿Cuál es tu nombre?
- me llamo Karin – la pequeña menciono su nombre y Luz asintió – así… me puso Sebastián. Mi nombre real es “K001” – ella se giró y se acercó a Luz mostrándole como en su pecho, esas siglas estaban inscriptas - ¿lo ves?
- ya… veo – Luz frunció sus labios para luego mirar al frente llegando a una de las salas de estudio que más cadáveres tenían. La mujer observo detalladamente el lugar notando que en este la cantidad de documentos esparcidos por el suelo eran cada vez más grande.
- aquí – ella señalo una de las puertas de metal pesado – por aquí se fue la última vez que lo vi – la niña intento abrirla moviendo apenas unos centímetros esa puerta – estoy segura que el esta… - ella dio un paso atrás – no puede ir por ahí – se giró hacia Luz – no debe ir hacia ahí.
- ¿Por qué no? – Luz miro a la pequeña y esta contesto rapidamente.
- Adela… ella… ella está ahí – Luz al oír aquello frunció sus labios ¿Sera que Sebastián también? Si estaba consiente, quizás, podría sacar a su marido de allí.
- ¿vas a venir? – la niña negó asustada y Luz se adentró en aquel lugar metiéndose al fin en esa oscura sección.
Camino varios metros hasta que sus ojos presenciaron lo que quizás… fue una de las escenas más mórbidas que en su vida vio. Noto como había una mujer que aún estaba viva, su linterna alumbraba directamente a esta que, al verla abrió sus ojos esperanzada – a…ayu… - no pudo completar la palabra dado que, unas manos de esos revividos la tomaron cubriendo su boca. Aquellas manos la jalaron llevándosela de la escena por lo que, Luz quizás, en un acto de bondad corrió detrás de esta intentando alcanzarla.
Los gritos de dolor de esa mujer pidiendo ayuda eran como una senda de migas para la Zaffaroni que las siguió de cerca intentando no perder el rastro.
Quizás… siendo la crónica de una muerte anunciada, está la dirigió hacia una sala que estaba infestada de esos muertos. Ya lista para la lucha, Luz preparo su fusil, sin embargo, lo que la petrifico fue ver como esa mujer que ahora se encontraba en el centro de la habitación, en realidad no estaba viva, si no que, todo lo contrario, ella había sido la carnada para atraerla hacia una trampa en la cual, ahora se encontraba encerrada.
La puerta por la que había pasado había sido bloqueada desde el exterior y estaba en la obligación de pelear.
La cantidad de revividos superaba las cinco decenas por lo que, no daría abasto ella sola a menos que no se equivoque en ninguno de sus movimientos.
Se había hiperventilado, su mente estaba en un estado de alarma extrema y la adrenalina que invadía su sistema le advertía que debía salir de ahí de manera urgente. Sin embargo, su entrenamiento y las cosas que ya había vivido en ese momento le evitaron paralizarse. Sus ojos se dilataron y con un grito de furia comenzó a atacar a sus enemigos que se lanzaron en manada hacia ella que, con desempeño ataco a sus hostigadores.
Las balas atravesaban las cabezas de estos e incluso, una sola bala podía golpear a dos o más enemigos en simultaneo dado que, estos se abalanzaban todos juntos hacia ella.
Quizás, era mucho creer que ella sería capaz de salir viva, pero al ser militares los que la atacaban, estos traían sus granadas en sus chalecos. Luz no dudo un segundo en arrebatarles las granadas a varios de estos y al dejarlas en el lugar, estas estallaron.
Ella claro está, se alejó todo lo posible de estas, aunque, a decir verdad, tuvo que utilizar los cuerpos de estos para evitar la fragmentación de estas.
Con todo esto, aun se vio rebasada, eran demasiados los que la atacaban y las balas no sobraban, de hecho, su fusil ya estaba seco de plomo por lo que, con su escopeta y pistola tuvo que aplicar el máximo de su desempeño.
Sin embargo, con todo esto, los últimos tres que quedaban no le permitían recargar las balas de sus armas por lo que, se tuvo que enfrentar cuerpo a cuerpo con estos aplicando llaves de jiujitsu.
El krav maga, el Taekwondo y incluso, en cierta parte el karate la ayudaron a salir de una situación realmente peligrosa… sin embargo, aun con todo esto… ella noto cierto patrón en sus enemigos… estos eran cada vez mas peligrosos y aparentemente, algunos de ellos, aun mantenían ciertas habilidades de lucha. Los militares parecían saber que hacer a la hora de bloquear patadas o llaves por lo que, comprendiendo el peligro que esto significaba, al recuperar sus armas, opto por huir del lugar. Una cantidad de revividos se acercaba a ella y lo sabía por que los gritos que provenían de los pasillos de esas oscuras instalaciones.
Pudo conseguir un poco de munición para su fusil quitándole a los soldados que las tenían en sus chalecos. Al tener en cuenta que estos eran calibres de la OTAN estaba segura que su fusil las aceptaría.
Sabia también de antemano que, no podía darse el lujo de permitir que la vuelvan a emboscar y solo podía confían en esa niña llamada Karin… o los soldados que la encontraron en la entrada de ese lugar, sin embargo, todo era por demás de extraño. Quizás la niña seguía con vida por haber estado en contacto directo con Adela… o quizás, al ser una de las niñas que Sebastián cuidaba, esta otra le permitió vivir… ¿entonces las niñas estaban en contacto con la cepa? ¿una de las dos la controlaba? ¿Qué de real tenía todo eso?
Llego a uno de esos cuartos que se le hizo conocido… ver un casco de militar tirado y esa computadora allí… sin dudas se le hizo similar al escenario del video que su marido le había enviado. Las sospechas se confirmaron al notar como la pared estaba completamente abollada por el golpe que se había dado lo que sea que ataco a Sebastián.
Ella tomo el casco que tenía una cámara en su frente. Quito aquella cámara y encendió esa computadora que aún estaba conectada al suministro eléctrico. Esta para su suerte, encendió con completa normalidad y también le permitió conectar aquella cámara a esta.
Accedió a los videos que la cámara de su marido había grabado pudiendo ver desde un principio lo que había ocurrido.
Se notaba que su cámara había comenzado a grabar en un barco el cual, era del tamaño de un buque de carga. Este estaba navegando a través del hielo por lo que, era normal que Sebastián este tapado con un poncho - ¿Cómo las viste?
- están asustadas – Sebastián miro a su compañero de equipo – ya se los dije a los superiores, pero insisten en que es necesario.
- ¿Qué les dijiste?
- que dejen de molestar con esto. Karin y Adela están estresadas.
- ¿crees que se saldrán de control? – Sebastián no respondió – Sebastián, necesito que seas claro.
- Adela está muy molesta… no logro calmarla… no quiere estar aquí ¿Por qué no darles una casa? Yo me ofrecí para ser su niñero.
- Sebastián, no las veas como niñas normales… son más peligrosas que una bomba nuclear y si no las controlamos, pueden generar un desastre de proporciones bíblicas… lo sabes perfectamente… “A001” es la más peligrosa.
- Adela es su nombre y no es peligrosa – el rubio sonó molesto al decir aquello - … es una niña que sufrió mucho – el rubio miro a su encargado. Este lo señalo con su dedo de forma molesta.
- sigue viéndolas como niñas y te van a matar pronto.
- hay más probabilidades de que me mate mi mujer por estar aquí luego de que mi hijo naciera a que lo hagan ellas dos.
- corta el video – su jefe llevo las manos a su cámara y detuvo el video.
Luego este se volvió a reanudar con Sebastián que más que molesto bajaba al interior de ese buque que por fuera parecía ser un buque de carga que estaba transitando las gélidas aguas que dividían a Rusia de Estados Unidos.
El llego a una sección de ese barco que solo podían acceder algunas personas que tenían una tarjeta determinada. Al pasar la suya, entro a una parte que estaba altamente modernizada. Sus paredes blancas, sin oxido, con doctores, científicos y militares de alto rango dejaban entre ver que, aquello era secreto de estado.
Sebastián desentonaba completamente de aquella situación, si bien había varios uniformes militares, el rubio en si estaba con su equitación de combate cosa que, era chocante para varios científicos que, jamás vieron un arma en su vida.
Este se acercó a una de las tantas muestras de sangre que estos estudiaban, ahí fue que ella se enteró que su marido aparentemente ocultaba más cosas de las que ella comprendía - ¿Por qué las células de Adela están mutando? La mitocondria cambio de tamaño.
- oficial Vannucci – uno de los científicos en jefe se acercó a el – aún estamos estudiando tal cambio, creemos que la edad que el contenedor cumplido afecto a su composición.
- son inestables – Sebastián murmuro mirando nuevamente la pantalla que era un reflejo de lo que veía el microscopio.
- aun no entiendo por qué eligió ver la vida atreves de una mira telescópica en vez de un microscopio – Sebastián lo observo un momento y luego, algo disconforme con lo que este le respondió siguió su camino llegando al fin a la habitación de estas.
A sus ojos, dos niñas de seis años saltaban y reían divertidas sobre una de las camas. Precisamente esa cama era la de el - ¡Niñas! – Sebastián les reclamo a las dos de forma divertida - ¡me destienden la cama! – estas se carcajearon al ver como este dejaba su arma en la puerta y se acercaba a ellas abrazándolas a las dos evitando que sigan saltando sobre su cama.
- ¡papi! – la de cabello negro, la que se llamaba Adela lo abrazo llenando de besos su rostro. Sebastián se sonreía divertido ante aquello y Karin, la rubia también copio el gesto besando su mejilla.
- ¡vamos a jugar juntos! – el rubio asintió divertido sacándose aquel casco dejando su cabello despeinado libre. Aquella cámara grabo algo de ese juego que entre los tres tenían y Luz noto como, una especie de “rama” o algo parecido que, al surgir desde las manos de aquella niña de cabello negro, creo una flor que fue ofrecida para Sebastián que le sonreía complacido a la niña.
- es bellísima Adela – esta flor era negra como si se tratase de la baba que desprendían los no muertos. Por parte de Karin, ella también lo intento logrando crear una que nació marchita. La risa de Adela sobre Karin la apeno, pero Sebastián la felicito de igual manera notando como este, no tenía “favoritismo” entre ellas y las alentaba a ser mejores por igual. Sin embargo, quizás, Sebastián no noto que, este al demostrarle “amor” a la rubia, causo que la de cabello negro se moleste cruzándose de brazos y bufando molesta.
Sebastián al ver aquello la atrajo hacia el abrazándolas a las dos por igual y manteniéndolas sobre sus regazos, el las hizo jugar un rato más hasta que esa cámara detuvo su grabación.
Lo último que vio en ese fragmento, era el rostro triste de su esposo… su cara parecía demostrar que le dolía no poder ser su tutor por tiempo completo y para peor… se notaba el sufrimiento de saber que ellas no iban a ser niñas normales jamás.
El otro fragmento que esa cámara había grabado ya era en las instalaciones en las que actualmente estaban, Sebastián caminaba con ambas niñas tomadas de su mano, Adela llevaba en su mano derecha un oso de peluche. Por parte de Karin, ella no tenía nada en sus manos, sin embargo, conversaba con el rubio como si este fuese su padre genuinamente.
A sus ojos, Adela era completamente tímida no tenía la misma chispa que Karin, sin embargo, cuando llegaron a las habitaciones que se les habían asignado, la de cabello negro se soltó nuevamente y comenzó a reír, disfrutar y jugar con la de cabello rubio al igual que con Sebastián.
- hoy por la noche van a hacer unas pruebas con ustedes chicas – estas miraron al rubio hablar – quiero que cooperen, estoy haciendo lo posible por… - el apretó los labios – quiero conseguir una casa.
- ¿una casa?
- sí, ustedes dos podrán vivir en ella, lejos de los doctores… pero… para hacer eso, necesitamos que primero puedan salir al sol – al decir eso Sebastián las miro a ambas – entonces, debemos buscar una cura.
- yo no me quiero curar – Adela respondió – yo no estoy mal – ella miro a Sebastián observarla - ¡yo no quiero ver el sol! ¡siempre que sale el sol tú te vas! ¡además, tu no quieres ser nuestro padre!
- ¿¡pero qué dices Adela!? – Karin le reclamo a la pelinegra, sin embargo, esta la miro con enojo.
- ¡la verdad! – el rubio intento tomar sus manos y esta las agito evitando que este la agarre - ¡suéltame! ¡yo sé que no me quieres! ¡tienes un hijo, uno propio! – Sebastián se sorprendió al oír aquello - ¡te odio!
- ¡Adela! – ella salió corriendo y sus propios brotes rompieron la puerta. La niña se le escapo y el rubio en un intento desesperado fue detrás de ella - ¡quédate aquí Karin! – el corría detrás de la niña que con velocidad se escapaba de el. al final, una de las puertas se cerró por esa sustancia viscosa evitando que Sebastián pasase.
La grabación se detuvo nuevamente y cuando otro corte se volvió a unir, se veía que el caos ya se había liberado. Sebastián a diferencia de ella no titubeaba ante los revividos que lo atacaban sin cesar la cantidad a la que se enfrentó ella, no llego a ser ni una cuarta parte de lo que Sebastián tuvo que superar. Estos con palos, hachas contra incendios, algunos con cuchillos en sus manos e incluso, con sus propias bocas intentaron lastimar el cuerpo de ese rubio que, abriéndose paso, veía morir a sus compañeros a manos de estas bestias.
Incluso, en un instante de esa grabación, se pudo ver como lograron “detener” el avance de Sebastián hacia la niña que estaba provocando todo esto… uno de estos revividos agarro la mano derecha, aquella que tenia la alianza y intento retirarle el anillo al rubio que, furioso golpeo con su cabeza a este para luego, ver venir un cuchillo el cual, logro “atrapar” siendo este el que atravesó el centro de su mano.
Por último, se atrinchero en la zona dejando entrever de mejor manera la cantidad de daño recibido. Se dejo caer un momento para luego quitarse aquel casco – puta… mierda – este comenzó a revisar su cuerpo notando sus heridas, se lo escuchaba completamente agitado y para peor, hilos de sangre caían por su boca que, apenas y podía contener la saliva que también su propia adrenalina generaba.
Para agitar mas el ambiente, uno de esos revividos se lanzo sobre el con un cuchillo en mano, el forcejeo en desventaja del rubio fue en su desgracia, parte responsable de que ese rubio desapareciera. Aquel revivido golpeo repetidas veces su rostro intentando liberar el cuchillo de el, sin embargo, como Sebastián fue mas audaz y mantuvo su mano sobre la pieza afilada pudo lograr que este la soltara para luego, tener un intercambio de golpes a mano limpia sin ese cuchillo.
Para el final de esa pelea, Sebastián logro impactar un derechazo en este que, no dejaba de intentar matarlo. El revivido golpeaba con ambas manos como si de un gorila se tratase cosa que, en cierta medida le facilitaron a ese rubio impactar un puño en su tabique hundiéndolo y de esa manera, clavándolo en su cerebro cosa que lo dejo fuera de acción.
Al final, ese rubio opto por tomar esa computadora y grabar para Luz aquel video que le llego. Poco después, esa grabación acababa dejando a la Zaffaroni con un sabor horrible en los labios.
- ¿en qué… te has metido? – ella murmuro algo contrariada. Ahora miraba con ojos diferente a la niña que la había acompañado hace momentos atrás.
Ella salió de aquella habitación caminando con cierta lentitud hasta que, por quizás, casualidad, su linterna ilumino a la pequeña Karin. Esta que había estado de espaldas a ella se giro al sentir la luz sobre ella – estas viva – esta le sonrió con cierta alegría – pensé que…
- no – Luz negó caminando hasta detenerse a su lado – ¿me vas a llevar donde Sebastián? – esta miro hacia el frente y dudosa apretó sus manos.
- esta… en esa dirección – ella señalo el fondo de ese pasillo. Una gran puerta de metal se alzaba en el fondo de esta – papá la… cerro.
- ¿Sebastián esta allá? – esta asintió por lo que, con esa decisión que movía montañas Luz quito el seguro de su rifle caminando hacia esa dirección.
Quizás, fue un simple segundo, pero en ese único segundo sus ojos notaron como esa “Ak74” se encontraba en el suelo. Supo exactamente que esta era el arma de Sebastián, mas lo supo por que quizás… como si fuese un pequeño recuerdo de su compromiso, esta tenia un pequeño “muñeco” colgando de los rieles que tenia su cañón. Este muñeco era el de una “Mamushka” la cual simbolizaba el embarazo que ella tenía y su compromiso.
Fue un regalo algo extraño en un principio, sin embargo, con el tiempo tomo cierto valor sentimental para ambos. El rubio sabia que eso reflejaba su situación actual y siempre lo llevo.
Luz no pudo evitar levantar aquel fusil que, si bien era mas corto que el que ella usaba, era igual de efectivo en zonas cerradas.
Lo observo un momento notando como este estaba cubierto por sangre por lo que, mas apenada, lo apoyo de forma respetuosa sobre una de las columnas llevándose el pequeño amuleto.
Fue Karin la que avanzo hasta su lado, ella estaba ciertamente aterrada… pero quizás, a diferencia de Luz, el miedo que ella sentía era infundido por una amenaza mayor a los revividos.
Se tomo de su mano como si esta fuese una especie de escudo y dio un paso adelante con Luz que la acompaño hasta la puerta de ese lugar.
Al estar frente a esta, la puerta se comenzó a abrir de forma automática sorprendiendo a Luz que, miro los mecanismos notando que estos estaban siendo controlados por esa baba negra.
Miro a Karin y noto que ella estaba frunciendo su ceño con cierta fuerza, comprendió que quizás… la que estaba abriendo la puerta era ella y no los mecanismos que movían los grandes pistones de esta.
Cuando esta se movió, la niña comenzó a sangrar desde la nariz, sin embargo, ella apoyo sus manos en esta pesada puerta y comenzó a empujarla. Luz también colaboro con la niña y al moverla, esta comenzó a ceder y se abrió para que ambas puedan pasar – gracias… - Karin negó con su ceño fruncido.
- encuentra a papá… y llévatelo – ella miro a Luz – ella… no lo quiere… compartir.
Luz curvo su rostro algo confusa y la niña acabo por desmayarse.
Quizás, por un poco de solidaridad, la levanto y la llevo a la misma habitación en la que Sebastián grabo aquel video.
Al volver a ese cuarto, se adentro con su linterna observando en su totalidad el lugar. No era nada parecido a lo que ya había visto, la baba negra estaba esparcida por absolutamente todos lados, se había ramificado y había expandido su tamaño a todos los rincones tapando la pared de metal en su totalidad.
Donde pisase, tocaba esa “baba” por lo que, comprendiendo el problema en el que se estaba metiendo, se adentro a este lugar completamente consiente de que quizás… no salga.
Los pasillos de este lugar eran oscuros, sin embargo, no había indicios de revividos en este lugar, ni siquiera, indicios de pelea.
Fue luego de varios minutos de silenciosa caminata que ella llego a una habitación que parecía tener luz. Al acercarse a esta noto que tenia una especie de puerta de vidrio, en su interior, aquel rubio estaba “crucificado” entre esa baba oscura que lo mantenía elevado del suelo.
Sus ojos se llenaron de lagrimas al verlo ahí, Sebastián tenia sus ojos cerrados, su cuerpo se veía con cierta claridad y noto que su brazo izquierdo estaba separado de su extremidad y había sido “unido” con esa mucosidad. De la misma manera, noto que parte de su cuello también tenia esa baba negra y que de su boca, ciertamente, ese liquido caía de a momentos.
Ella empujo aquella puerta con lentitud notando que esta se abrió con facilidad – Sebastián – murmuro su nombre asustada por verlo allí inmóvil.
Por un instante creyó en lo peor, pero al acercarse, apoyo su mano sobre su muñeca derecha. Esta aun tenia pulso por lo que, ya más preocupada comenzó a jalar a su marido para bajarlo de esa especie de Monolito de baba que lo mantenía cautivo.
Al bajarlo de esta, noto como su cuerpo estaba mas dañado de lo que aparentaba, sus costillas estaban cubiertas por esa baba negra, sus piernas también lo hacían y pudo detectar que, al mover esa mucosidad, debajo se encontraban esas heridas que quizás, ya estaban cerradas – intente arreglarlo – la voz de otra niña hizo que Luz levante su rostro. Esta era de cabello negro, su mirada era completamente distinta a la de la rubia que la había ayudado a llegar hasta ahí.
Luz tenia a su esposo abrazado por lo que, si quería sacar su arma, tendría que soltarlo de forma veloz. Sin embargo, teniendo en cuenta que su esposo era un soldado de elite que había caído frente a esta niña… no se quiso arriesgar a menos que sea necesario.
- pero… Papá estaba muy lastimado – esta dio unos pasos hasta ella y al mirarla fijamente le sonrió de medio lado – tu eres mamá… ¿verdad? ¿Cómo esta Nicolas? – Luz sintió como un escalofrió corría por su espalda ¿Cómo sabia el nombre de su hijo? - ¿Cuántos años tiene ya? ¿dos? ¿tres? ¿sigue teniendo el cabello rubio? – la niña le sonreía con cierta… ¿confidencia? Era como si ella fuese una amiga de la familia que había visto crecer al pequeño – papá… no quería hablar mucho de su vida. Entonces, encontré la manera de ver a través de el.
- ¿Qué? – Luz estaba asombrada al ver como la niña levantaba una esfera oscura que, se pulía y reflejaba recuerdos.
En estos recuerdos, se podía ver como el rubio miraba al pequeño sosteniéndolo en sus brazos mientras ella estaba en esa camilla de hospital sosteniendo su mano.
- me hubiese gustado… que papá me sostenga así cuando era pequeña – esta miro al rubio – pero papá no me quería por como soy – Luz bajo su mirada al rubio que aún estaba inconsciente – no… él no quería que yo tenga estos regalos – ella hizo una flor – él quería que yo fuera… normal, quería que yo fuera débil – la niña apretó su mandíbula - ¡que fuera débil para que esos malditos me pinchasen y jugasen conmigo! – esta grito molesta sin dejar de mirar a Sebastián – pero ahora… yo… yo hice mi casa aquí – Luz comprendió por que no habían revividos en esa zona – yo vivo aquí… y vivo con mi papá – esta acaricio la mejilla de aquel rubio que, lentamente comenzó a recobrar la conciencia.
Este comenzó a abrir sus ojos para mirar a Luz que aun estaba sosteniéndola, el rubio tenia cierto deje de dolor en su rostro, sin embargo, este mirando a Luz achino sus ojos intentando reconocerla.
- Sebastián – Luz lo sostenía sorprendida – Sebastián… ¿me escuchas? – este estiro su mano hacia ella acariciando su mejilla.
- Luz… - el murmuro su nombre y luego miro hacia el costado notando el lugar en el que se encontraba – Hi… ¿Qué… haces aquí? – Sebastián la miro fijamente notando su armadura de batalla.
- vine… vine por ti amor – ella le sonrió con lagrimas en sus ojos – vine a buscarte cariño – esta se abrazó a el – pasaron dos años… dos largos años…
- dos años… - Sebastián murmuro aquello mientras ella abrazaba su cuerpo y luego abrió sus ojos con cierta claridad recordando absolutamente todo – dos… años – este se intento levantar sintiendo el dolor infinitamente real que inundaba su cuerpo – las niñas… - El rubio empujo a Luz con su mano - ¿no… no te dije que no vinieras? – Luz al verlo noto que este estaba furioso – tu… tu debías… debías quedar con Nicolas… no… - el rodo un poco alejándose de Luz sintiendo como algo subía por su garganta. Al final, vomito una cantidad de baba negra que asusto a Luz quien rapidamente se acercó a él preocupada.
- ¡Sebastián! – este tocia y expulsaba cada vez mas de eso que cubría gran parte de su cuerpo - ¡amor!
- ¡vete! – Sebastián se intento poner de pie tambaleándose hasta una pared - ¡vete por favor! – el miro a Luz – A…Adela esta por ahí y… - apretó su mirada sintiendo el dolor en su cabeza – esta fuera de control – Luz lo observo preocupada notando como su piel se comenzaba a oscurecer.
- ¡Sebastián debemos irnos juntos! Nicolai y su grupo también están aquí, vinieron a rescatarte, aún tenemos esperanza – ella intento razonar con el rubio, sin embargo, este comenzó a negar.
- No… Luz… no… ya… ya perdí – el tomo sus hombros y la empujo fuera de esa habitación – debes irte… olvídate que… que existo – este le sonrió una ultima vez y la beso de forma rápida antes de empujarla fuera de esa habitación.
Ella noto como este bajo una persiana metálica y al acercarse al vidrio blindado noto como su el comenzó a sacudirse de forma errática para cambiar completamente de tono de piel.
- al fin… papá va… a amarme – la voz de Adela la hizo girar notando como la niña se sonreía divertida – pero… para que me ame… primero, debe eliminar a los que están en su corazón – Luz al oír aquello noto como la baba se iba directo a la puerta comenzando a romper aquella reja que el rubio había puesto entre ellos.
- Adela… no tienes…
- ¿no? ¿tu me vas a dar una familia? – Luz no le respondió – no… tu no me vas a amar… por que tu ya tienes un hijo al que amar – Luz noto como su marido la miraba con el mismo odio que los revividos y supo que este a diferencia de los otros… si que era peligroso.
Sebastián no dejaba de ser un experto en todas las artes marciales que ella ya conocía y mas allá de eso, la fuerza física del rubio la superaba con creces ¿había algo que ella tenga a su favor? ¿sus armas? ¿las usaría en contra del hombre que ama?
La respuesta era clara… no podía.
Cuando esa “barrera” que el había puesto antes de ceder ante el control de la niña se rompio, aquel rubio salió dando pasos firmes.
A diferencia de los demás revividos, Sebastián tenia un rostro serio… quizás, en cierta parte, el hecho de apenas transformarse le daba un poco de humanidad – Sebastián… - ella murmuro su nombre dando pasos hacia atrás.
El la observo fijamente y Adela que estaba detrás de el se paro a su lado – mátala – ella dio aquella orden a Sebastián que, dando un paso adelante se encamino a cumplir lo pedido.
- cariño… - Luz murmuro aquello sintiendo debilidad ¿realmente… todo lo que hizo… acabaría ahí? ¿realmente ella se dejara asesinar por el? ¿realmente su cuerpo había perdido las fuerzas? – Zo…Zorrito – ella murmuro aquel apodo que de cariño le había puesto a ese rubio que con mirada seria se acercaba a ella.
El al oír aquello miro hacia un costado, la niña se había quedado atrás momentáneamente por lo que, al mirarla mantuvo su atención en la pequeña – hija… - esta tomo su mano con suavidad.
- ¿si papi? – ella pregunto con una voz inocente a ese rubio que, la observo tomar su mano izquierda, aquella que había sido unida con la baba.
- no me hagas… matar a mi esposa – el rubio lo comento de forma mas “frívola” sin embargo, para Luz ese era un indicio… un indicio de algo más grande.
- debes hacerlo – Adela miro a Luz fijamente – ella no quiere que seamos una familia – la niña se sonrió – ella es egoísta… es mala – Sebastián al oír aquello suspiro y miro a su esposa que, dio otro paso atrás.
A diferencia de quizás, lo que ella esperaba, Sebastián se soltó de Adela y en un movimiento rápido se lanzo hacia Luz que tuvo que bloquear la patada del rubio con sus antebrazos.
Ella cayo y rodo notando como, a diferencia de otras veces en las que ambos entrenaron juntos, Sebastián la ataco enserio.
Su golpe la envió lejos y claro esta… su esposo pesaba cerca de noventa kilos. Ella apenas y llegaba a los sesenta kilos, la masa muscular de su hombre era realmente alta en porcentaje y para colmo, Sebastián tenia una memoria muscular mas capacitada que la de ella… era normal que sus golpes sean mas severos, tan severos que, incluso con el kevlar protegiéndola, sintió el golpe en el cuerpo como si no tuviese nada de por medio.
Este aplico presión sobre ella siguiéndola con sus golpes, sus puños y patadas acorralándola hasta una pared en la cual, de puro milagro ella se dejo caer para evitar el recto de derecha que el lanzo hacia su rostro.
Ahí se noto la diferencia entre un hombre normal y un revivido… el rubio incrusto su puño derecho en la pared rompiéndola y quedando atrapado en esta.
Quizás, en ese instante ella hizo contacto visual con el que, sin dejar de hacer fuerza con su puño murmuro – Mátame – ella negó aquello y el termino por recuperar su brazo cuando ella se alejó.
La paliza que Sebastián le propino a Luz no tenia punto de comparación. Ningún revivido la había puesto en aprietos como lo estaba haciendo su propio esposo y para peor, sus sentimientos eran inhibidores para ella que, incluso sabiendo que el estaba siendo controlado por la maldita niña, no podía defenderse de el.
Su escopeta estaba a la espera de ser utilizada, su bayoneta, su fusil, su pistola e incluso sus granadas estaban ahí… sin embargo, no se atrevió a absolutamente nada.
Fue cuando una patada de Sebastián golpeo su cabeza y rompio su casco que todo se volvió lento, ella noto con sus ojos que el estaba llorando ¿realmente lo hacía? ¿realmente el sufría? ¿era dolor… o era… arrepentimiento? Quedo de rodillas delante de el que, se estaba alistando para acabar con su vida.
- mátala papi – la voz de la niña nuevamente resonó y ella, quizás, en una última… rebeldía, levanto su rostro conectando su mirada con él.
- a…amor – murmuro aquello con una pequeña sonrisa cubierta por la sangre que de su cabeza caía – te amo – el rubio que estaba listo para terminar con lo empezado comenzó a temblar y Luz supo que ese era el momento de empujar – hazlo… yo… yo entiendo – esta estiro sus manos hasta el cuerpo de su esposo apoyándolas sobre su torso – seria… un… honor romántico que… tu… tu me… - el rubio soltó un grito lleno de rabia y de un solo golpe impacto su mano en contra de la pared.
- ¡basta! – él se comenzó a agitar y su brazo derecho, aquel que tenía la alianza comenzó a golpear su propio rostro mientras que el izquierdo, intentaba atraparlo - ¡Basta! ¡sal de mi puta mente! – se golpeo y golpeo con fuerza hasta que, agarrándose de una columna grito - ¡Adela, así jamás te voy a amar! – tomo el impulso necesario y azoto su cabeza en contra de la columna cayendo desmayado delante de Luz que, al verlo en el suelo miro a la niña que estaba anonadada.
- ¿¡que hiciste!? – ella le grito a Luz que, al ver al rubio tirado en el suelo se preocupo por este - ¿¡que le hiciste!?
- esto…
- ¿¡que le hiciste a papá!? – esta mas que furiosa apretó sus puños y una cantidad de gritos y aullidos se comenzaron a oír. Sin dudas, los revividos estaban de camino - ¡te matare! ¡papá es solo mío! – Luz en respuesta, tomo el cuerpo de su esposo y lo comenzó a arrastrar hacia uno de los pasillos para luego encerrarse en la que era una de las salas “seguras” de ese complejo que, a decir verdad, no tenía nada de seguro.
- Sebastián… - Luz apoyo sus manos en su cuello percibiendo su pulso. Al notar que solo se había noqueado momentáneamente, lo cargo en su espalda para llevárselo de ahí.
Quizás… El contacto prolongado con las niñas, o quizás, algo en su sangre lo hizo distinto a los demás revividos… no lo sabía, sin embargo, para ella… Su marido era especial y no permitiría que el muriese en ese lugar.
Adolorida por la cantidad de golpes que Sebastián le había propinado, sangrando por su nariz, por su frente e incluso, por su boca por tener el labio partido, arrastro a su esposo por los caminos que tenia ese complejo en el cual, los gritos de los revividos eran cada vez más fuerte.
Sabia perfectamente que la estaban cazando por lo que, aplicando lo que sabia, comenzó a moverse de forma “errática” sin seguir un patrón determinado.
De esta manera, los revividos no seguían un camino lineal, incluso, llego un instante que se tuvo que ocultar junto a su esposo dentro de una taquilla.
Al meterse en el casillero, Luz pudo notar por las rejillas de este como estos “monstruos” pasaban corriendo por la zona intentando encontrarlos.
También noto como su marido había estado vomitando gran parte de esa baba negra que, se caía de su cuerpo a medida que pasaban los minutos.
Por un instante temió por su cuerpo… ¿Qué pasaría cuando sus heridas cerradas por esa baba queden descubiertas? ¿moriría? No supo realmente cual era la respuesta a esa pregunta… sin embargo, estaba segura de una cosa… si su marido fue capaz de luchar contra esa mierda, sin dudas sobreviviría.
No supo realmente cuanto tiempo paso escondiéndose entre taquillas, puertas y demás… sin embargo, ver a esa joven rubia fue una luz a sus ojos. Ella fue nuevamente la guía para Luz que, la siguió con confianza ciega hasta un cuarto en el cual, poder detenerse a descansar momentáneamente.
Quizás… no todo estaba perdido para ese rubio y ella, sin embargo, el esfuerzo aun no acababa y estaba segura de una cosa. Ese hombre era su amuleto de la suerte y no estaba dispuesta a perderlo.
Amuleto 3
Llega un momento en la vida de cualquier ser humano en el cual son puestos a prueba al completo. Quizás por pura casualidad Karin los había atraído precisamente a una habitación "segura" la cual solo tenia una entrada principal. La niña había encontrado el fusil de Sebastián y por reconocerlo lo llevo al lugar mucho antes de si quiera cruzarse con Luz y Sebastián.
La Zaffaroni había perdido su fusil por lo que, estaba prácticamente desarmada. Por parte de Sebastián, aquella baba caía de su cuerpo descubriendo en su totalidad sus costillas demostrando que sus heridas eran mucho mas preocupantes de lo esperado. Sus costillas se podían ver a viva piel al igual que sus pulmones funcionando con dificultad. También noto como de sus propios pulmones la baba negra comenzaba a caerse y que la sangre contenida por esas paredes comenzaban a caerse por lo que su presión arterial caía por completo.
En el miedo y desesperación Karin respondió por lo sucedido. Explico a Luz que, Adela estaba abandonando por completo el cuerpo de Sebastián y que si estaba con vida era exclusivamente por ella.
Luz al oír aquello entro en crisis, realmente estaba asustada, el brazo izquierdo del rubio cayo al piso y su sangre comenzó a volcarse de forma violenta, sin dudas, el escenario era por demás repugnante y traumante. La mirada de aquella niña asustada, el cuerpo de su marido desmoronándose por completo dejando entre ver que, había sufrido realmente demasiado... vaya a saber como Sebastián acabo de esa manera... sin embargo, ahora la cuestión era salvarlo.
Quizás... por agotar las opciones Karin tomo el brazo del rubio y lo acomodo como en teoría debía ir - ¿Qué vas a hacer? – Luz con sus ojos llenos de lágrimas, su sangre cayendo por su propio rostro y un cansancio inhumano miro a la niña que con temor apoyo sus manos sobre Sebastián.
- la... la cepa no solo la controla Adela – la niña miro un instante a Luz – ella... sabe sacar lo peor de esta... pero... creo poder ayudar – esta trago con temor y luego volvió su mirada a Sebastián – creo... que puedo – ella murmuro apoyando al fin sus manos sobre el rubio que, nuevamente comenzó a ser cubierto de una cepa. Esta a diferencia del color oscuro, tomo un color más grisáceo por lo que, se comenzó a diferenciar del que la propia Adela podía generar.
- ¿lo... es... - sus gimoteos no le permitían hilar la pregunta por lo que la niña creyendo lo que iba a preguntar respondió.
- puedo... puedo hacer lo mismo que Adela sin controlar su mente – al decir aquello Luz sintió esperanza – pero... no se si lo voy a lograr a tiempo – la niña miro a Luz – ya vienen – la Zaffaroni al escuchar aquello frunció su ceño. aquellas lagrimas se detuvieron, lo mas importante que tenia aun tenia probabilidades de volver a la vida.
En el momento que ella noto el fusil de su esposo sobre la misma mesa que este estaba acostado comprendió que el momento de su prueba había llegado al fin.
Tomo el arma de su esposo, saco de su chaleco las municiones correspondientes y coloco el cargador en el arma. Jalo la corredera de esa Ak74 cargando una munición dentro de la recamara y mirando a la niña con una seguridad arrolladora contesto – tu preocúpate por entregármelo en una sola pieza – Luz miro hacia aquella puerta de la cual los gritos y golpes se comenzaban a hacer más potentes – yo me hare cargo de mantenerlos fuera – a decir verdad... para Karin Luz era sin dudas un modelo a seguir. La ferocidad que Sebastián había demostrado la tenía ella y para no ser menos, ella tenia algo que quizás... Sebastián no o si lo tenía, lo hacía en menor medida y era esa confianza absoluta en sus habilidades – por cierto... - la mujer que ya había llegado hasta la puerta, se giró – si lo logras... te prometo hacer lo posible por darte un lugar en nuestras vidas – al decir aquello Luz limpio su rostro con su manga quitándose esa sangre que la enceguecía para luego irse directo a la acción.
Cerro aquella pesada puerta tras ella y sacudiendo un poco su cuerpo cerro sus ojos soltando su aire. Bajo su visión nocturna dado que la oscuridad era total ahora que la puerta había sido cerrada, el ruido de los pasos apresurados hacia ella, el chillido del metal rozando contra mas metal, el ensordecedor aullido de estos hombres que, en su mayoría eran revividos de grado militar era cada vez mas poderoso.
Abrió sus ojos cuando al final del pasillo estos aparecieron y elevo su fusil ante estos que, en ningún momento se detuvieron, espero un poco que sean mas los que se presentaran y abrió fuego hacia estos acostándolos literalmente en el aire al atravesar sus cabezas con sus balas.
Agradeció a su marido por no solo tener cargadores ampliados cargando poco mas de cuarenta balas por cargador si no que, también agradeció a este por tener "cargadores rápidos" esto consistía en el cargador adherido a otro con cinta. El siguiente cargador estaba boca a bajo por lo que, solo debía girar el cargador para colocar la nueva munición en su arma y poder seguir con la matanza que ya estaba llevando a cabo.
La realidad era una, Luz estaba en su limite físico. La paliza que su esposo le había propinado la había dejado cerca del fallo muscular y incluso mental, sin embargo, la motivación que tenia justo ahora la estaba obligando a dar el ciento veinte por ciento de sí. Jamás se había esforzado de esta manera por nadie por lo que, forzando a su cuerpo a aguantar, se enfrento a una cantidad de revividos incontable.
Quizás, se podría argumentar que esto venia de familia, quizás, se podría aceptar que, ella era la media naranja de su esposo por que la forma en la que ella luchaba era prácticamente un calco a la forma en la que su marido lo hacía.
Cuando las balas se terminaron, las granadas entraron en acción. Hasta ahora ella había logrado mantenerlos a raya, sin embargo, solo habían pasado unos tres minutos de lucha intensa por lo que, siendo consiente de que, probablemente Karin no haya acabado de curar a su marido como para escapar todos juntos. Se obligo mentalmente a mantener la calma que ya no existía, se prometió que todo saldría bien, se mintió quizás... diciéndose que, luego de esto todo acabaría, que no vendrían mas de esos, que no... tenia mas granadas, que su escopeta se estaba quedando corta, que su pistola no tenia la fuerza suficiente para matarlos de una sola bala, que ahora debía luchar cuerpo a cuerpo por que en el apuro del momento, le había lanzado la escopeta por la cabeza a uno de estos revividos que casi la taclea, que su pistola se había encasquillado por el uso prolongado y que probablemente se había jodido el mecanismo, que... que la acababan de taclear y que su cuchillo le estaba salvando la jodida vida de la cantidad infernal que seguía llegando.
Probablemente, todos los revividos de ese lugar eran los que se le vinieron encima y ella solo mantenía ese puto cuchillo como arma principal ¿Cuánto había pasado ya? ¿cinco? ¿diez? ¿quince minutos? ¿Cuánto mas iba a demorar esa niña?
¿había sido buena? ¿ella... era suficiente? Sentir como su cuerpo nuevamente era golpeado desde diferentes direcciones, como ya sus fuerzas se habían ido, como caía al piso e incluso, como a pesar de tener ese blindaje en todo su cuerpo, estos estaban empecinados en lastimar su cuerpo... como uno o varios agarraban sus brazos intentando tirar en diferentes direcciones para desgarrarlos de su cuerpo ¿estaba... perdida? ¿esta iba a ser su... muerte? ¿y su hijo? ¿no... no lo iba a volver a ver? ¿y su esposo? ¿el... el... podría vivir? - ¡dejen a mi esposa! – fue solo un segundo, sin embargo, lo que paso frente a sus ojos fue un cuchillo que se incrusto en la cabeza de uno de esos monstruos para luego ser el cuerpo de aquel rubio reconstruido el que, impacto un potente derechazo en la cara del que aun mantenía su brazo izquierdo agarrado para luego de que este la soltara, tomar a ese revivido desde su entre pierna pasando parte de su antebrazo por debajo de su cuerpo y levantarlo con furia para luego estrellar la cabeza de este en el piso rompiéndole el cuello y también dejándole el cráneo prácticamente debajo de la axila.
Sebastián estaba hecho una furia y lo demostró no solo matando con sus propias manos a todos los que se le cruzaron, si no que, desgarrando con su furia a todos los que venían.
Ella con el cansancio claro apenas y podía ver como su esposo luchaba con odio en contra de todos los que venían dejando en claro que, lo que el le hizo a ella fue unica y exclusivamente por culpa de Adela, sin embargo, también dejando en claro que ella no seria capaz de hacerle frente a su esposo en una batalla a mano limpia.
La mala dicha llego cuando, los que atacaron a Sebastián no fueron otros mas que sus propios amigos que ya habían sido convertidos en su totalidad. Cuando Nicolai impacto un golpe en el pecho de Sebastián estampándolo contra una pared, el rubio se quedo pasmado mirando a su amigo convertido en una de esas bestias. Con el dolor que le significo, el rubio tuvo que asesinar a su hermano de armas y con inteligencia, le quito los cargadores tirándolos a un lado de Luz que, al recibir un respiro comenzó a funcionar otra vez. No solo Nicolai fue su bolsa de munición si no que, los demás que llegaron también comenzaron a contribuir con sus propias municiones para Luz que, no dudo en apoyar a su esposo que, a decir verdad... estaba distinto.
Noto que su fuerza no era la misma que la que Adela propiamente dicho le transfería, a decir verdad, su poder era similar... o era auténticamente el que le correspondía a un humano y Sebastián parecía saberlo.
Ella se puso de pie cuando Sebastián aplasto la cabeza de un revivido que intento atravesar su cuello con un cuchillo. El rubio lo volvió a hacer suyo y decidido a luchar con este hasta el final. La realidad era que nuevamente Karin estaba exhausta por hacer uso de su poder y apenas él se había puesto en pie, ella cayo desmayada sobre él.
- estoy contigo – Luz apoyo su mano en el hombro de su marido que, al verla le sonrió levemente asintiendo.
Estaba claro que estaban en la obligación moral de proteger a Karin hasta poder llevársela de aquel lugar, sin embargo, Sebastián se olía que ciertamente, había un peligro extra en la zona. A diferencia de lo que esperaría Luz, el había abandonado el grupo al que Nicolai servía por un motivo adecuado... ellos no eran un grupo de rescate o algo similar... la 383 entraba en función para limpiar el desastre que los gobiernos pudiesen causar. Se sabia perfectamente que estos no entraban en acción a menos de ser el último recurso y también se sabia que verlos probablemente era... lo ultimo que quisieras en tu vida. Ellos solían borrar evidencia y pruebas de todo lo que encontrasen... sin embargo, si estos ya estaban muertos, la realidad dictaba una sola cosa... nadie estaría controlando el temporizador de aquel dispositivo que solían cargar.
El lugar tenia reactores nucleares... si se producía una "fusión" del núcleo se podría argumentar a las masas que exploto, sin embargo, la realidad era una, probablemente este "Exploto" por qué todo salió de forma terrible. Si conocías algo de ingeniería nuclear, sabias perfectamente que, por mas que un reactor se funda, estos no eran capaces de generar una destrucción similar a la que generaría una ojiva nuclear... la cantidad de combustible nuclear que un reactor precisa para funcionar no es ni por asomo ni un cinco por ciento de la cantidad que necesita una bomba para ser catastróficamente destructiva.
La cantidad de revividos había mermado, claro está, el hecho de que el rubio este en pie y que ella también lo este ahora probablemente haya obligado a Adela a "evaluar" sus opciones – Cariño... - el rubio notando que ya con el arma que Luz portaba en sus manos eran capaces de mantenerlos lejos se "relajo" momentáneamente – antes que nada... estoy entre feliz y enojado contigo – al decir aquello Luz que acababa de gatillar una bala hacia uno de los últimos revividos que venían por ese largo pasillo se giró contrariada – no respetaste una mierda lo que te pedí... sin embargo... me pone... me pone muy feliz que no puedas olvidarme porque...
- tu tampoco podrías – el rubio asintió un par de veces – somos esposos amor... somos... somos uno. Estamos juntos, andamos juntos, acabamos juntos – el tuvo que bajar su mirada intentando aguantarse ciertas lágrimas.
- si... tienes razón – el murmuro aquello para luego levantar su vista al pasillo – lamento... demasiado haber... haber tardado tanto para recuperar el control – el se giro hacia ella estirando su mano derecha para acariciar su mejilla con cuidado – me... estoy odiando en este momento – Luz se sonrió y notando que ya no venían mas bajo su mirada un poco para luego apoyar su frente en el pecho del rubio. Este la abrazo con cuidado – tendría... tendría que haber sido mejor soldado y evitar que esto se me salga de las manos... - este suspiro levemente notando que su casco estaba roto por completo. El elevo sus manos y le desabrocho el de ella para luego tirarlo al piso. Luz sabia porque lo hacía y era por que, seguramente este aun este apretando el coagulo de sangre que se le intentaba hacer en la herida que su pie le hizo – por último... cuando Karin se despierte, debemos irnos de aquí – ella miro a Sebastián algo confusa – la 383... ellos pusieron un artefacto nuclear en los reactores – Luz entendió aquello y asintió decidida.
Ella le dio el rifle a Sebastián dándole algunos cargadores y del cuerpo de Tomas, agarro su Ak 47 decidida a irse con su esposo del lugar. Sin embargo, al final, una duda golpeo su mente ¿y el sol? ¿y la niña? Lo iba a comunicar, sin embargo, la voz de aquella pelinegra los detuvo.
- ¿esto querías? – la chiquilla apareció entre medio de todos esos cadáveres - ¿a esto viniste? ¿querías restregarme que el a ti te quiere? ¿¡eso querías!? ¿¡querías demostrarme que estoy... estoy... estoy destinada a que me claven esas putas inyecciones!? ¡que todos me ven como arma! ¡que la unica persona que... que fue gentil no me ama! ¡que todo lo que deseo nadie me lo va a dar! ¿¡me quieres quitar a mi papá!? – al decir aquello el cuerpo débil de aquella rubia se apoyó en ellos que notaron como esos cadáveres comenzaban a convertirse en baba que se comenzaba a funcionar con Adela.
- ¡Adela! – Sebastián dio un paso al frente - ¡no tiene por que ser de esta manera! – el intento que la niña se detenga, sin embargo, esta comenzó a negar.
- ¡no hay otra manera! ¡nadie me quiere! ¡todos me odian porque no soy débil como ella! – esta señalo a Karin que cayendo de rodillas fue tomada por Luz antes que su rostro aterrice contra el suelo - yo no soy un cordero padre... es el precio... por ser así.
Sebastián miro a Luz que, se había colgado el fusil en su espalda y luego había levantado a la niña – Hi... hija – Sebastián titubeo al momento de decir esas palabras. La niña al oírlas lo observo fijamente – sabes... que eres... eres muy importante para mi y te amo mucho – Sebastián dio otro paso adelante – estoy dispuesto... a trabajar en esto que vivimos, en solucionar las cosas ¡pero tienes que detenerte!
- ¡es mentira! – ella grito furiosa y aquel metal pesado que los cubría fue destrozado por la baba negra dejándolos al aire libre - ¡hoy vamos a morir todos! ¡todos! – el rubio frunció su ceño al ver que al final, Adela estaba completamente descontrolada cosa que, a fin de cuentas... seguía siendo su error por no ser un buen niñero.
- lo... siento pequeña – Sebastián suspiro y tomando su fusil con ambas manos le hizo una seña a Luz que, entendiendo lo que debía hacer, asintió saliendo por el lugar en el que había llegado.
Esta se veía realmente triste, de hecho... podría estar seguro que la niña estaba llorando, sin embargo, al estar todo tan oscuro, apenas y podía distinguir su rostro – eso... no es verdad – Sebastián frunció su ceño – lo que... sientes es tu fracaso como padre – este bajo su mirada un poco – ya has cometido este error conmigo... lo harás también con Karin... y también con Nicolas por que no eres bueno – ella dio un paso adelante en conjunto con toda esa especie de baba que la rodeaba – tu eres un hombre malo.
- no... - el rubio negó para luego levantar su rostro hacia ella – sabes que estas mintiendo.
- ¿¡mintiendo!? ¡tu mismo dijiste que hiciste cosas que no estaban bien!
- no es lo mismo – el rubio le sonrió levemente – Adela... yo luche por ti... lo sabes bien – esta detuvo su avance, ambos sabían que Luz se estaba alejando lo más rápido que podía – sabes que te lo pedí... sabes que intente conseguir lo mejor para ti – ella trago pesadamente – pero... en el fondo tu... tu no querías mi ayuda – está bajo su rostro – en el fondo tu...
- no lo digas – esta apretó sus puños delante de Sebastián.
- tu... no querías que nadie, ni siquiera Karin que es tu hermana...
- ¡ella no es mi hermana! – esta miro a Sebastián - ¡ella no tiene nada que ver conmigo! ¡ella cayo por accidente en el puto pozo! ¡a mi me desecharon! ¡a mí nadie me quiso nunca! – el rubio se arrodillo frente a ella que no dejaba de llorar. Dejo su arma en su espalda y noto como aquella baba se alzaba detrás de ella formando picos afilados que estaban dirigidos a Sebastián – Me... vendieron como un puto objeto, cuando no les funcione más me quisieron matar tirándome en ese lugar... ¡y lo hicieron! – esta grito nuevamente pero al sentir la calidez del pecho del rubio comenzó a calmarse – y... lo hicieron... dando lugar a... A001 – Sebastián la apretó más en contra de su pecho – soy...
- eres mi pequeña – el rubio murmuro aquello en contra de su oído, su mano acariciaba su cabello mientras que la niña que ya no podía contener mas su llanto se dejó llevar rompiéndose por fin en contra de él.
Este cerro sus ojos intentando que ella se calme al fin, sin embargo... eso no ocurría – no me mientas por favor – la niña entre sollozos le reclamo a Sebastián que, en respuesta se separó un poco de ella.
- ¿y por que te estoy mintiendo? – ella miro el rostro serio de Sebastián – hay una bomba... que esta a punto de estallar, tengo a mi mujer corriendo lo mas lejos posible... sin embargo... estoy aquí, contigo – la niña intento no sonreír, sin embargo, lo acabo haciendo y intentando contener su llanto se comenzó a reír mostrándole a ese rubio lo rota que ella estaba.
Su vida se basaba en tragedia tras tragedia, dolor tras dolor y quizás... la unica luz que hayo fue la que ese hombre le proveyó. El rubio recordó aquella conversación que tuvo con la pequeña que frente a el se derrumbaba en lágrimas que... parecían estar escondidas detrás de una carcajada alegre.
" el rubio ya había conversado con la pequeña Karin que, a decir verdad, no tenía muchos recuerdo de hace cuanto había explorado aquella mina abandonada con sus amigos y había caído en el interior de esta desapareciendo a la vista de todos. La realidad era una... ella había sido reportada como desaparecida hace siete años y el grupo de búsqueda jamás la había hallado, de hecho, cuando Sebastián la saco de ese lugar luego que los desastres comenzaran, esta tenía la edad física de cinco años por lo que, asumió que ella había muerto y que la cepa que estaba en el lugar la había absorbida para mantenerla con vida o... si se ponía más creativo, quizás "A001" la había salvado para tener con quien compartir el lugar.
Al sentarse con la joven pelinegra ella que, si bien confiaba relativamente en él, lo observo con cierto recelo – hola pequeña – Sebastián le sonrió con cierta empatía. Esta se mostro algo intimidada por el y a decir verdad... motivos no le faltaban, no solo destrozo con su arma y sus propias manos a los "revividos" que ella misma había creado para protegerse de los hombres de ese lugar, si no que, había tolerado luchar contra estos mano a mano cosa que sin duda la había impresionada – ¿Cómo te llamas? – esta bajo su rostro, odiaba su nombre real por lo que, mantuvo el silencio - ¿no tienes un nombre? – esta negó y el rubio suspiro levemente - ¿te gustaría tener uno propio? – ella lo observo con cierto interés - ¿quieres uno? – ella asintió y el sonrió contento – bien... tengo... pensado uno para ti. Pero antes de decírtelo, me gustaría que me cuentes... ¿Cómo llegaste ahí?
- M...me tiraron – ella bajo su rostro recordando aquello – unos hombres.
- ¿Por qué?
- porque... ya no les servía – Sebastián al oír aquello frunció su ceño.
- ¿para que no les servías? – esta no contesto y el rubio apretó los labios – esos hombres... ¿te quitaban la ropa? – esta asintió sin mirarlo. Por algún motivo, sintió vergüenza y asco de ella misma por lo que, sus lagrimas comenzaron a inundar sus propios ojos y inevitablemente las ganas de llorar comenzaron a hacerse más presentes – ¿te... hicieron cosas? – ella nuevamente asintió y el rubio apretó su mandíbula con molestia - ¿sabes quienes eran? – ella negó - ¿sabes dónde te lo hicieron? – no hubo respuesta - ¿te tiraron ahí por que ya no tenias fuerzas? – esta asintió y el rubio bajo su rostro - ¿Cómo llegaste...
- mi madre me vendió – Sebastián al oír aquello asintió con cierto dolor en su pecho.
- ya... - el rubio personalmente juro ir en busca de esa gente.
- se... dónde están – Sebastián la observo fijamente y luego asintió escuchando a la pequeña comentarle donde estos tenían su red de tráfico de personas.
No fue mucho el tiempo que paso desde que Sebastián supo aquella información hasta que llego donde estos y liquido a esas personas en conjunto con la 383 que, en ese momento se presto para hacer, aunque sea un bien al mundo."
- ya... vamos pequeña, debemos... - ella comenzó a negar y le sonrió apoyando su mano sobre su brazo izquierdo.
- no... yo no me voy a ir – el frunció su ceño.
- ¿Por qué?
- ¿y hacer que esto se repita? – ella negó y empujo con esa baba negra a Sebastián – hay cosas que... no se pueden solucionar con el perdón – el rubio intento tomar su mano, pero esta al final acabo por alejarlo de ella. Aquello lo elevo por encima de las instalaciones exponiéndolo completamente al frio. A diferencia de Luz, Sebastián tenia su armadura destrozada al completo por lo que, no tenia nada que lo aislé del frio. Quizás, por la propia Karin esta logro acercarlo lo suficiente a Luz, sin embargo, cuando esta lo deposito a una distancia segura de la zona de explosión, Karin que estaba semi consiente estiro su mano hacia aquella baba negra que, arrebatándosela con suavidad a Luz la tomo.
Tanto la Zaffaroni como el Vannucci estaban ciertamente impactados... quizás, por un momento creyeron que era un "abrazo" de despedida algo extraño... sin embargo, al ver como Karin les acababa sonriendo a ellos estos se preocuparon – si... ella muere, también lo hago yo – la pequeña rubia les sonrió con algo de tristeza en su rostro – te queremos mucho papá, cuida mucho de mamá y de nuestro hermano – El rubio estaba temblando – nosotras... estaremos contigo – ella se tocó el pecho – "Sayonara" – sus ojos se llenaron de lagrimas y la baba oscura arrastro a la joven rubia lejos de los adultos.
El grito desgarrador que el rubio soltó hizo que Luz también comenzara a llorar, quizás... ellas no tenían su sangre, sin embargo, el dolor de perderlas a ambas... el golpe psicológico que para Sebastián significo... era similar al de imaginarse a Nicolas muerto.
Por todo lo que lucho, por todo lo que intento, por como fallo... su corazón estaba destrozado, estaba en completa pena, ni siquiera el hecho de que ese artefacto estallara o que a su mente llegase la imagen de ambas niñas abrazadas entre si en ese momento, ni siquiera que su esposa lo intentase calmar lograron que el dejase de llorar y culparse por precisamente lo que era una realidad. Esto era una misión fallida, un compromiso que el no pudo cumplir y un error que, precisamente era solo suyo.
Si bien los golpeo la onda expansiva de aquel artefacto y incluso, los tumbo a ambos en el suelo, estar a mas de kilometro y medio de aquello... solo hizo que los dos se abrazaran con un poco más de fuerza – Ya... ya cariño – el rubio no podía parar de llorar – ya... ellas... ellas están en un lugar mejor – al rubio le dolía la opresión que sentía en su pecho, tanto que... quizás, ese era uno de los motivos por el cual casi se desmaya.
Fueron hallados por los servicios de seguridad que, si bien los trataron en un principio como prisioneros, muchos de estos reconocieron a Sebastián particularmente y su actitud cambio. Interrogaron a ambos por separado luego de atender sus heridas siendo sujeto de estudio Sebastián particularmente dado que, su "piel" era de tonalidad completamente distinta a pesar de estar mimetizada con la suya.
Ese tono grisáceo había tomado color y se comenzó a camuflar levemente con su cuerpo. Se sabia perfectamente que a pertenecía esta diferencia y Sebastián tuvo que aclarar que había sido curado por K001 que colaboro con Luz, para traerlo de vuelta.
Al rubio se le dificulto demasiado contar la historia, su llanto volvía y volvía evitándole demasiado poder ser claro... la realidad era una, el dolor que ahora portaba era real, era... el dolor de un padre que perdió a sus hijos y para quien lo oía podía afirmar que, realmente estas eran sus hijas.
Por parte de Luz, quizás feliz por recuperar a su esposo, y algo dolida por la perdida de Karin, conto con detalle el paso a paso. Desde que se infiltro hasta que encontró al grupo de Nicolai, desde que tuvo contacto con Karin hasta que llego a su esposo y como finalizo el asunto.
Luego de quizás, lograr encontrar un poco de paz, Sebastián se dio una ducha notándose más débil que antes... dos años sin comer absolutamente nada le pasaron factura dado que, lo que lo nutria ya no existía.
Tuvo que devorar todo lo que le pusieron en frente para sentirse zaceado. Posterior a aquello, se reencontró con su esposa que, si bien estaba algo golpeada y cansada, estaba feliz de verlo.
- hola grandulón – ella le sonrió con esa devoción con la que solía mirarlo. Se sentó a su lado en esa cama que les habían cedido para que ambos descansaran – que travesía ¿verdad?
- y que lo digas – este murmuro – mirándola a los ojos – soñé... contigo – ella le sonrió apoyando sus manos en sus majillas. El cerro sus ojos ante su tacto y apretó un poco sus facciones dado que, la herida de su rostro apenas y había comenzado a sanar – amo tu calor – el murmuro aquello escuchando como Luz soltaba una pequeña carcajada ante lo dicho cosa que, le alegro un poco esa puta noche que apenas estaba acabando.
- pensé en ti tanto tiempo – Luz suspiro levemente – te necesito para... funcionar – el rubio intento sonreír pero no lo logro – y se que... ahora estas muy golpeado – el miro a Luz fijamente – pero en casa... te necesitamos cariño – al decir aquello el asintió levemente.
- ¿Cómo... como esta él? – ella se sonrió y saco su teléfono para buscar fotos de él.
- Nicolas dijo "papá" antes que mamá – ella divertida le comento mientras ingresaba a su galería. La ultima foto que había tomado del niño era de este carcajeándose en la fiesta de cumpleaños de la hija de Emiliano. El niño tomaba la mano de su prima mientras estiraba su manito hacia la cámara junto a la jovencita – es tu calco – ella se sonrió divertida para luego mirar a Sebastián que asentía mientras sus ojos derramaban lágrimas. Podía afirmar que esa noche, Sebastián lloriqueo sin emitir sonido alguno. Esta notaba que el hacia el esfuerzo por hablar con esta, sin embargo, estaba segura que, el daño en su corazón era algo que... quizás, lleve mucho tiempo reparar.
Ambos estuvieron juntos acostados, no se durmieron al instante, a decir verdad, Luz tenia miedo de dormirse... temía por la vida de su esposo y también... temía que esto... sea solo un sueño.
Sin embargo, no podía dejar de admitir que, la paz que su corazón latiendo, que su aroma y que sus suaves caricias le transmitían a ella... eran superiores a todo lo que alguna vez vivió – dos años sin ti – Luz murmuro a Sebastián que, sonrió al oír aquello – dos años y una lucha... - este suspiro levemente al pensar que, tuvo que pelear con tanta fuerza y con tanto odio para recuperarlo – dieron sus frutos.
- perdón – este se volvió a disculpar con ella – sabes... que jamás golpearía este hermoso rostro – Luz soltó una pequeña carcajeada y levanto su rostro hacia él.
- te va a salir caro mi perdón – el sonrió y luego miro hacia el techo – necesito muchos cariños, muchos mimos y que estes presente en la vida de nuestro hijo – el asintió sin dejar de acariciar su espalda para luego murmurar.
- voy... a dejar la fuerza – Luz se asombro al escuchar aquello – buscare... empleo donde me lo den.
- ¿hay... algún motivo para...
- no cumplí mi parte – el miro a las niñas – ya comencé a fallar – el rubio suspiro – y encima... me viste matar.
- Sebastián – esta se sonrió divertida - ¿olvidas cuando nos conocimos?
- no es lo mismo – el rubio suspiro levemente - ¿destrocé el cuello de una persona como lo hice en ese lugar delante de ti antes? – ella se sonrió negando y suspiro para acariciar su rostro.
- entonces... ¿esa decisión está tomada?
- eso creo – el murmuro – si es que nos lo permiten – al decir aquello Sebastián bajo su rostro – en este momento... dudo que... se nos haga "simple" salirnos.
- vimos cosas – ella murmuro a Sebastián que, sonrió levemente – odio esta cama – Luz murmuro mirando el colchón en el que estaban.
- en este momento me parece la cama mas cómoda del mundo – el rubio comento divertido al aire. Luz se carcajeo – te tengo a ti, estoy tapado con un par de frazadas ¿Qué más puedo... pedir? – este quizás recordó nuevamente a ese par de pequeñas – que... vida de mierda – Luz lo observo fijamente – Hay... gente en esta vida que... que... no tiene suerte – el tomo aire para luego suspirar de forma entrecortada - ¿jamás te Conte de ellas? – esta negó – Karin cayo por accidente dentro de la mina. Resulta que hace mas de setenta años... cuando Kazajistán pertenecía a la Unión Soviética los rusos habían abierto una mina para extraer materiales... tuvieron que cerrarla con el tiempo por que varios derrumbes se produjeron. Según los informes, muchos eran extraños dado que, se producían por que las vigas de seguridad se zafaban cosa meramente imposible dado que soportaban el peso de la montaña. Para zafarlas, había que chocarlas con un montacargas mínimo – el rubio sonrió levemente – resulta que, algunos informes que fueron "quemados" por la KGB decían que, lo que lo había tirado era una especie de mucosidad oscura.
- ¿saben que es eso? – ella miro a Sebastián asentir.
- es una especie de cepa de un hongo – el comenzó a relatarle a ella – aparentemente Karin fue un recipiente digno y por eso ella fue "poseída" por este. Sin embargo, la cantidad que entro dentro de Karin era menor a la cantidad que entro en Adela que... fue desechada en ese lugar para ocultar su cuerpo de las autoridades – Luz al oír aquello sintió pena por la niña – fue vendida... cuando tenia cinco, su madre, una mujer que se había divorciado por una infidelidad la vendió por una suma de dinero gigante. Estos tipos la prostituyeron y cuando ella estaba al borde de morir, la llevaron a este lugar para dejarla morir en el fondo de ese pozo – el rubio lo estaba comentando con una "normalidad" que asustaba a Luz ¿Cómo no le... hervía la sangre escuchar aquello? – cuando me pidieron que de apoyo a la 383, era por que mineros de una empresa privada habían sido atrapada por esta cepa. La cantidad de revividos que asesine esa tarde no era para nada similar a la cantidad que acabamos juntos hoy – el rubio miro a su esposa – las encontré a ambas, abrazadas y aterradas... quizás... ellas pensaban que estos hombres que iban a trabajar ahí... las querían...
- Sebastián... - ella notaba que el tenia sus ojos vidriosos y que deseaba llorar.
- para sacarlas, las tuve que meter dentro de una camioneta. El sol... el sol les lastimaba la piel – este sonrió levemente – ellas me lo dijeron cuando supieron que no quería lastimarlas – el rubio cerro sus ojos un momento – claro... el tipo que acababa de matar a esos revividos con sus manos no es peligroso – este negó divertido para luego tragar de forma lenta – visite a la madre de Adela – Luz al escuchar aquello miro a Sebastián – abrí su garganta con el amuleto que encontraste en casa – Sebastián no se mosqueo al decir aquello – lo mismo hice con las mierdas que manejaban la red de trata en el lugar. Hoy... la realidad me golpeo de frente – Luz la escuchar aquello miro a ese rubio – las ame demasiado porque... soy blando – al decir aquello él se giró hacia ella abrazándola.
- ya... amor – el mantuvo sus ojos en ella – toda esa frustración, ese odio, ese... dolor – Sebastián miraba a la muchacha – ese llanto que tienes en la garganta... ese dolor que en tu pecho se hace cada vez más fuerte e incluso, ese dolor que estas arrastrando debes dejar que salga de tu cuerpo – Sebastián bajo su rostro – solo déjalo ir. Yo estaré aquí... para ti – el intento asentir, sin embargo, solo cerro sus ojos sintiendo la mano de ella acariciar su cabeza. Al final, se terminó durmiendo abrazado a ella.
Por la tarde, fueron buscados por los altos mandos que nuevamente pidieron explicaciones a ambos. A Sebastián quizás lo trataron con un poco más de severidad, más allá de no ser "responsable" de que la niña se aloque, era su misión mantenerla bajo control. Al final, fue imposible y mas que nada por que le rubio tenia cierto amigo en el departamento de estado, era por lo que se le fue confiada cierta información a ambos que estaban frente a esta gente.
La zona fue peinada por completo, no quedo resto alguno de esa cepa y el único lugar donde quizás se podía llegar a encontrar presencia de esto era el cuerpo del rubio que, a decir verdad, al hacerse pruebas, se encontró que, el era un cuerpo "perfecto" para contenerla. La cepa no crecía, de hecho, sus anticuerpos la tenían encapsulada y probablemente, cuando el muera deba ser cremado para evitar que esta intente contaminar a alguien. Sin embargo, al tener parte de su cuerpo reconstruida con esta, se le exigió a ese muchacho no dejar de presentarse a estudios.
Sebastián comento a esos superiores que bien conocía que, el ya no deseaba participar mas de este tipo de operaciones y que incluso, si podía ser transferido a un área de logística o quizás... a entrenar a nuevos prospectos, el estaría encantado.
La respuesta no llego, sin embargo, se le comento que, al no tener la seguridad de cuanto le duraría ese "arreglo" no podían confiar en el para que realizara misiones por lo que, seria pensionado con una cantidad bastante jugosa por su servicio prestado y también por su silencio.
Queriendo u obligado, al final terminaba saliendo del asunto de todas formas cosa que lo ponía medianamente feliz.
Luz había sido la primera en dejarlo por ser madre y ahora el. eso al final, era en parte una buena noticia para ambos que, fueron enviados nuevamente en un vuelo a Europa para que ambos pudiesen volver a sus vidas.
Llegar a su hogar luego de dos años, notar los cambios de este, ver como quizás... habían algunas cosas mas "descuidadas" por la falta de mantenimiento, las paredes pidiendo una mano de pintura para estar nuevamente "vivas" las cosas algo desordenadas por que claramente ser madre sin apoyo era un problema que consumía en mayor medida su tiempo... muchos electrodomésticos nuevos y sus fotos colgadas en toda la casa hicieron que el rubio sintiese esa pena golpear su pecho por haber estado fuera tanto tiempo.
Obvio que, en el momento que ese pequeño llego con sus tíos Sebastián sintió que su pecho se terminó de romper. La sonrisa del niño al grito de "¡mamá!" de forma tan clara, el abrazo en el que se fundió con Luz, la forma de hablar tan fluida de este... todo eso se había perdido, todo eso era algo que el... él no podría recuperar ¿Qué haría? ¿le pediría al niño que simule tener meses de nacido? Noto que este ya no usaba pañales... carajo, este tenia dos añitos ¿enserio era tan listo como para ya no necesitarlos? ¿acaso el pequeñito era tan listo que con tan solo dos años recién... recién? ¿Cuándo era su cumpleaños? Era en Marzo... ¿pero que día? Su cabeza dolía, dolía demasiado y quizás, todo lo que le ocurría y encima, oír esas voces decirle "El veintisiete" hicieron que sus lagrimas afloraran. Tuvo llevarse la mano al rostro intentando evitar que sus lagrimas desborden sus ojos, sin embargo, estas no lo respetaron y arruinaron su visión con esa distorsión propia del llanto.
La voz de Adela y Karin sonaron al unisonó rompiendo por completo la poca cordura que le quedaba ¿estaba enloqueciendo para imaginar aquello? Al aclarar un poco su vista por limpiarse con su manga, noto que Luz traía en brazos al niño directo hacia el – mira Nico – Nico... era un sobrenombre precioso, le encanto escucharlo – este es tu papá – el niño lo observo fijamente con curiosidad. Al estar parado tan cerca de una pared, el niño pudo divisar la imagen que Luz y el tenían en esta por lo que, al mirarlo fijamente señalo la imagen.
- era "ma" lindo ahí – el miro a su madre luego de decir eso y esta se carcajeo divertida ante el rubio que al escucharlo decir eso se sonrió mordiéndose el labio – es feo – el miro a Sebastián causando en Luz una sorpresa ante lo que su hijo dijo.
- definitivamente es hijo mío – este intentaba reírse pero las lágrimas se le salían con cierta facilidad cosa que el niño no entendía.
- ¿Por qué llora? – este miraba a su madre que no supo que contestar - ¿le pegaste por irse? ¿por eso esta así? – el niño señalo al rubio que, al oír aquello no pudo evitar sentirse más cómodo en ese ambiente y reírse junto a Luz que ya no pudo aguantarse más la risa.
Emiliano y Camila también se carcajeaban al escuchar aquello – Nicolas... ¿puedo... sostenerte? – el rubio miro al niño que algo dudoso miro a su madre que rapidamente asintió ante la mirada de duda de su hijo. El asintió y estiro sus manos a Sebastián que, al tenerlo en brazos conteniendo un poco el llanto le sonrió – diablos... de cerca eres la fotocopia de tu abuelo – Sebastián se sonrió divertido y el niño curvo su rostro.
El niño se sentía incomodo con Sebastián, sin embargo, también estaba curioso por lo que, cuando el rubio mas que nada por el cansancio acumulado se sentó en el sillón mientras Luz hablaba con su hermano y su cuñada contando muy por arriba lo ocurrido, este comenzó a tocar su rostro con sus manos – estas líneas no las tengo yo – el pequeño señalo una herida que apenas se estaba cerrando - ¿te duele? – Sebastián asintió divertido ante el que retiro sus manos rápido del lugar.
- yo tampoco la tenia ¿sabes? – este miraba a Sebastián curioso – me lastime hace poco – el niño puso cara de dolor compartiendo de una forma algo "empática" el dolor con el.
- ¿te dolió mucho?
- quizás... - Sebastián recordó como fue atacado de la misma manera que Luz dado que, Adela no lo quería cerca, como esos Revividos golpearon su rostro, como sus dedos se clavaron en su piel, como un hacha alcanzo su brazo izquierdo, como las uñas de estos rompieron su blindaje y como estas le arrancaron un pedazo de piel ¿quizás le dolió? Estaba seguro que... morir no parecía tan malo en el momento que sufría – Nicolas... sé que te produzco rechazo pero... en dos años solo una vez te tuve en brazos – este lo miro curioso - ¿puedo abrazarte?
El niño miro a su madre que hablaba con sus tíos y luego volvió su vista a Sebastián para luego negar. La realidad era que, el niño no confiaba en "extraños" y a pesar de que su madre le diga que este era su papá, este no se veía para nada similar al de la foto... y, a decir verdad, su aspecto no era el mejor.
Sin embargo, al bajarse del sillón y llegar donde su madre, el se giro para echarle un vistazo a ese hombre que estaba sentado solo en el sillón. Noto que el tenia una mirada triste, y claro, el rubio entendía el asunto, sin embargo... hubiese dado ese puto brazo que ahora tenia pegado por un abrazo con su hijo.
El se mantuvo estático mirando al hombre que tenia su mirada perdida en el suelo debajo de sus manos que estaban apoyadas sobre sus piernas – Luz... ¿Sebastián esta bien? – Camila había notado que el rubio no era para nada igual al que conoció, sin embargo, al ver como ese pequeño rubio iba directo a él con un avión de juguete entre sus manos se mantuvo en silencio. Los adultos miraron como Nicolas volvía al sillón, como Sebastián "volvía" a la realidad curvando su mirada hacia el pequeño que, se sentaba a su lado y le entregaba ese avión a él.
- este es mi avión – el niño se lo dio al rubio que, al sostenerlo entre sus manos sonrió levemente mirándolo – tiene luces, mira – el niño toco un pequeño botón escondido debajo de la panza del avión y este comenzó a encender una luz en donde iban los motores de este simulando los reactores de los jets.
- Se ve sofisticado – Sebastián se sonrió recordando como mas de una vez vio despegar en los porta aviones a los jets de la armada y como incluso, tuvo la oportunidad de ir de copiloto en uno ¿será un tema adecuado para hablar con un pequeño?
- ¡lo es! – este mostro emoción al decirlo y Sebastián al fin noto la fecha. Nicolas iba a cumplir tres años en dos días y el... él ni siquiera sabía que puto día era.
Se sintió una completa basura, sin embargo, a su mente otra vez esas voces llegaban con un "Lo haces bien" ¿estaba desarrollando alguna especie de psicosis? ¿necesitaba de un psicólogo? O... ¿existía la remota posibilidad de que las pequeñas ahora... vivan en esos arreglos? Recordó como cuando Adela lo alejo con esa baba negra, sintió picazón en su brazo izquierdo ¿y si ella también estaba en el y por eso las escuchaba? Miro ese brazo un momento y quizás... por "conveniencia" decidió creer que ambas ahora estaban en su interior.
- y si presionas acá, puede "disparar" un audio de muy mala calidad y unas luces en el frente del avión simulaban los disparos que estos hacían. Sebastián se sonrió divertido ante eso. con el pasar de las horas, Luz, Camila y Emiliano hicieron la cena mientras que Sebastián estaba con su hijo. Luego de comer en conjunto con Tamara, la hija de ese matrimonio, Nicolas se comenzó a hacer más allegado a su padre que estaba comenzando a sentirse más distendido, este le mostro sus juguetes al rubio y incluso, señalo la habitación misteriosa.
Sebastián al verla supo que esa habitación "misteriosa" era donde el guardo las pocas cosas que en su vida recolecto. Aun sabia donde había escondido la llave de esta, de hecho, no era muy difícil hallarla por lo que, al encontrarla por encima del marco de la puerta, supo que Luz la había encontrado ¿Por qué? El marco no tenía polvo, significaba que Luz cada tanto entraba a este lugar.
Nicolas al ver aquella llave en su mano se asombro y como si de un juego se tratase miro atento como este abría esa puerta. El niño sabia perfectamente que su madre era un soldado en su pasado, pero de su padre no sabia mucho, sin embargo, al ver las fotos de el con su uniforme y sus armas intuyo que el también lo era - ¡Guau! – este grito sorprendido. Emiliano y Camila ya se habían ido por lo que, Luz subió las escaleras para acompañar a este par en su primer día juntos - ¡mamá! ¡mira esto! – ella sonrió levemente al ver como su hijo tenia una foto de su padre y su grupo - ¡es papá! ¿¡eso es un tanque!? – el niño miro al rubio que se sonrió al ver aquel T72 ruso a sus espaldas.
- aquí hay una con un helicóptero – Luz saco de uno de los cajones una en las que Sebastián estaba parado frente a un UH-60A o mejor conocido como "Halcón negro"
El niño comenzó a mirar a su "padre" con admiración. Por parte de Sebastián, este tomo las municiones de aquella pistola separándolas del arma, se aseguro que esta este completamente descargada y la guardo en el maletín que la trajo para luego cerrar el candado que aseguraba que esta jamás sea abierta sin la combinación correcta – cariño – el rubio le extendió su maletín - ¿tienes un lugar bajo llave? – ella asintió con cierta felicidad. Le pareció muy inteligente no mostrarle al niño que en la casa había armas. De hecho, ella jamás le menciono al niño que su uno de sus fusiles estaba ahí y que también tenia mas armas por que si este lo comentase en el jardín sin dudas, seria digno de una llamada de atención.
Aquello culmino con un Sebastián, un Nicolas y una Luz durmiendo como una familia por primera vez con aquel pequeñito que, quizás... por cansancio se durmió abrazando al rubio que estaba que rompía en llanto cuando este lo hizo.
Se aguanto sus lagrimas y al final, una sonrisa se termino dibujando para ese rubio que, charlando con aquella mujer que tanto amaba, le pregunto que le podría regalar ahora que se acercaba su cumpleaños. Si bien Luz le comento los gustos del niño, acabo su monologo diciéndole a este que "El mejor regalo... eres tú" aquello si bien conmociono el corazón del rubio, abrió la puerta a enterarse que el niño siempre pregunto por el y si bien, ahora no recibió al hombre sonriente de las foto, recibió al actual que si iba a cuidar de el y completar la familia.
De los malos momentos, siempre hay que sacar provecho y quizás... Sebastián a su forma estaba dando su mayor esfuerzo para lograrlo.
Cumpleaños de por medio, salidas al parque y comenzar a llevarlo al jardín de infantes logro que ellos dos comiencen a formar una relación de padre e hijo que, si bien era un poco "complicada" dado que, Nicolas con tres añitos adopto la postura de "el hombre de la casa" en cierta medida y muchas veces intentaba disputarle al rubio la atención de Luz o quizás... incluso, a veces rechazaba su ayuda o conocimiento.
A Sebastián esto se le hacia divertido y no le prestaba mucha atención, después de todo, el también fue niño y entendía ciertamente cómo funcionaba aquello.
Por otra parte, la "neutralidad" de pareja a ambos solo les duro algunos días. La realidad golpeo a la puerta cuando, en una mañana lluviosa, Sebastián preso del dolor corporal en sus "refacciones" fue auxiliado por Luz que, al ver su cuerpo semi desnudo recordó que ella era mujer y sus hormonas existían.
Ver ese cuerpo marcado por trazos propios de la musculatura y también por las cicatrices hacían que ella se comenzara a derretir, ese pecho bien trabajado, esos brazos bien musculados e incluso, en cierta parte, el nuevo atractivo que su rostro tenía la hacía sentirse... más sumisa a él.
Sebastián si bien necesitaba que esta lo ayude a aliviar sus dolores con ese ungüento... noto que ella estaba mas dispersa y, quizás, por ser muy temprano en la mañana y seguir con el piyama, noto que ella no tenia brasier por lo que, al observar de manera furtiva su pecho, noto como estos tenían ciertamente... mas presencia. Luz estaba antojada quizás y... para ser sensatos, él estaba deseándola desde que la vio.
Al notar aquello, no pudo evitar acercarse mas ella para besar su mejilla, luego sus labios y de forma mas atrevida, acercarse a su cuello comenzando con eso que los dos bien disfrutaban.
Quizás, fue un acierto que Nicolas haya ido a pasar la noche en casa de Emiliano por que estos al trenzarse en ese ritual del amor, dejaron ir toda eso que reprimían entregándose el uno al otro a ese ritual de amor desmedido que tanto añoraban.
Al final... un amuleto es un objeto o una persona que te hace superar malos tragos y para ambos, su amuleto era su pareja.
Era quizás, por aquello que ambos portaban con orgullo esas alianzas sabiendo que, si incluso el mundo se ponía en su contra, ambos podrían luchar juntos para evitar perder... después de todo, por eso eran pareja.
Amuleto 4
- ¿Qué te duele pequeño? – aquella rubia miro a Nicolas que se sentía pésimo esa mañana. Luz había llevado a su hijo temprano en la mañana al jardín de infantes, el niño ya había cumplido sus cuatro años y a decir verdad, el jovencito había evolucionado demasiado en ese periodo. Las maestras poco sabían de la vida privada de la madre de este, sin embargo, por lo poco que este solía comentar, “el volvió” ¿acaso se refería a su padre? ¿será que estos estaban separados? Lucia, su maestra encargada tenía ciertas dudas de cómo estaba conformado el grupo familiar, Nicolas solía hablar mucho de su prima, de sus tíos y de su madre, sin embargo, hace exactamente un año, el pequeño comento que, “el” había regresado. Cuando ella le consulto quien volvió, este solo comento que era más feo que en las fotos, que este tenía la cara marcada y que sus brazos estaban todos lastimados. Aquello lo hizo exagerando con su dedo trazos de lo que, en teoría, serian cicatrices ¿será que el padre de Nicolas era un hombre peligroso? A esto, ella le ligaría que el jovencito hablaba de tanques, de helicópteros y quizás, a modo de “fanfarroneo” este comento que “el” los conocía de cerca, que incluso se había tomado fotos - ¿la tripa? – este negó.
- Me duele la cabeza – Lucia apoyo su mano en su frente y sintió el calor que su frente emitía por lo que preocupada, noto que este no mentía – me duele mucho.
- oh… tendremos que avisarle a tu madre para que venga a buscarte – esta le comento al niño que negó - ¿no quieres llamarla?
- mamá se fue a casa de mis abuelos– el frunció sus labios – tienen que llamar a mi papá - ¿será que “el” era su papá? Seria… buena hora también aprovechar y conversar con él, hablar acerca de la presencia en la familia y como este también tenía un rol realmente importante en el desarrollo del niño.
Al final la rubia dio el aviso a la dirección que, al llamar a Luz, esta les aviso que su esposo iría por el niño. Obvio que, al comentar aquello la escuela se encontró en un dilema. No sabían que esta tenía esposo – ah… respecto a eso, mi marido trabaja para el gobierno y estuvo fuera por amenazas a nivel mundial – obvio que esta dijera tal cosa no entregaba paz ¿Qué tipo de amenazas? ¿a qué se dedicaba su esposo? – en fin… tiene razón de que no di aviso de aquello, no esperaba que Nicolas se haya enfermado. El nombre de mi marido es Sebastián Vannucci.
Al final, se rellenó en la ficha familiar de Nicolas los datos correspondientes al padre y se lo espero con cierta duda. Cuando Sebastián llego al jardín de infantes, este fue llevado hasta la dirección dado que Lucia veía necesario conversar con este de los temas que se volvían “normales” para Nicolas.
- ¿y mi hijo? – Sebastián algo contrariado después de saludar a la maestra y a la directora consulto por el pequeño rubio.
- está descansando en la enfermería – Lucia le informo – queríamos… bueno, realmente quería conversar con Luz o ahora que sabemos de su presencia, con usted – el rubio levanto su ceja algo curioso – Nicolas… bueno, últimamente ha estado manifestando cierto… comportamiento inadecuado – Sebastián mantuvo su mirada fija en Lucia. Era intimidante, claro que sí, de hecho, a pesar de que Nicolas sea una fotocopia de ese hombre, ver el rostro de este, o incluso, ahora que era verano y este estaba de mangas cortas, el brazo izquierdo el cual se notaba que había sido “cosido” por vaya a saber qué tipo de accidente dejaba en claro que este tipo no era muy “tolerante” – tiende a hablar de… digámoslo… guerra, tanques, aviones, armas… muestra una fascinación por estas cosas y la verdad es que, quizás… incomoda un poco el asunto – Sebastián asintió levemente – no es que sea malo, no es como si hablara de matanzas o esas cosas… usted me entiende – Sebastián nuevamente asintió mirando a Lucia para luego mirar el escritorio de la directora – seria… ideal que tenga estímulos masculinos más cotidianos, que se interese por el futbol, que no se… le gusten los autos. Usted entiende – esta le sonrió con cierto “pánico” al rubio que soltó un pequeño suspiro al escuchar aquello.
- disculpe – Sebastián miro a la mujer – como familia… estamos en el proceso de acoplar… perdón – este se disculpó – acoplarme. Desde el día que Nicolas nació tuve que salir por una urgencia militar de alto grado y me mantuvieron lejos de mi familia durante dos años – el rubio obviamente estaba mintiendo con todas las letras – es… normal que mi hijo este algo… desubicado, sin embargo, estoy intentando por todos los medios convertirme en el padre que el merece e inculcar los valores con los que me crie – este contesto para luego mirar a la directora – pienso que, a pesar de que en casa no conversamos del asunto, el niño demuestra especial interés en los vehículos y su funcionamiento porque su creatividad esta despierta… quizás, en vez de penalizarlo o… quizás, regañarlo, lo ideal sería orientarlo – Lucia observo al rubio notando que, este tenía un sentido pedagógico muy presente – quizás, Nicolas solo necesite un camino más controlado que seguir. Lo comento de esta manera porque en casa no suele preguntar o hablar de estas cosas, solemos compartir juegos como la pelota, hablar a veces de luchas y muchas veces jugar entre los tres – el rubio sonrió levemente recordando como a veces, juegan a las escondidas ocultándose del niño que los busca de forma decidida siempre que puede.
Al final, luego de conversar un poco más, estas se sintieron más cómodas con el rubio, a pesar de su apariencia de pocos amigos e incluso “aterradora” para los niños, este era más sensato de lo esperado por lo que, quizás, eso le otorgaba cierta calma.
Resulto que Nicolas se había salido de la enfermería para volver al aula dado que, estar solo no era lo que quería.
Al no encontrarlo, Lucia palideció, ni siquiera la enfermera se dio cuenta que le niño salió por lo que, al sentir la mirada fría de Sebastián sobre ella temió realmente que este se enfadara - ¿realmente no lo vio? – esta miro a la enfermera que negó viendo como el rubio miraba hacia afuera.
- debe estar en su aula – Lucia se giró notando que este se acercó a la puerta de la enfermería mirando hacia el pasillo – conociendo a mi hijo… no habrá querido estar aquí solo – este miro a Lucia - ¿me lleva con él? – esta asintió y caminando delante de este, se dirigió al aula. Cuando llegaron a esta, ambos entraron juntos notando al pequeño rubio en el fondo de la sala.
Los niños gritaban divertidos mientras jugaban con algunas niñas, otras hablaban como si fuesen amigas de toda la vida, otros dibujaban divertidos, sin embargo, al ver a ese rubio entrar al salón, el silencio se hizo presente. Los niños sintieron ciertamente el miedo que Sebastián enfundaba en estos ¿Qué hacia ese hombre ahí? Obvio que, no solo estar “gigante” a nivel muscular, si no que, el ser alto de por si le daba un porte intimidante al rubio cosa que, se intensificaba con su cara marcada – Nicolas – su maestra lo llamo, pero este ni respondió – Nico, tu padre vino a buscarte – los niños lo miraban ciertamente con algo de asombro, por otra parte, las niñas incluso demostraban “miedo” ante su presencia.
- ¿puedo? – esta asintió al ver que Sebastián señalaba a su hijo que estaba con su cabeza apoyada sobre sus brazos. Este camino hasta el y al pararse a su lado lo movió con suavidad – Ey – al oír la voz grave de su padre se levantó emocionado - ¿vas a dormir todo el día? – Sebastián le sonrió y él también le sonrió con cariño, sin embargo, cuando noto que todos lo miraban, se intentó hacer el “otro” y no quiso ni tomar la mano de su padre.
- tardaste mucho… viejo tonto – apenas con cuatro años ya le faltaba el respeto a ese rubio que, se sonrió divertido mordiéndose el labio. Ambos se despidieron de su maestra y, cuando salieron al pasillo, el pequeño tomo la mano de su padre de forma disimulada causando en Sebastián un golpe de felicidad indescriptible. Al final, Sebastián respondió levantándolo y llevándolo en sus brazos.
El niño no se negó a eso, a decir verdad, lo que más quería era que su padre le dedique todo el tiempo posible, sin embargo, también tenía una “reputación” que mantener entre sus compañeros y esta era la del “tipo rudo” o al menos, eso creía él.
Cuando llegaron al auto, Sebastián lo sentó a su lado con la silla para niños cosa que molesto de sobremanera al jovencito – no quiero estar en esto – el miro a su padre que, se sonrió divertido.
- ¿sabes que esto evitaría que te pasara algo malo si tenemos un accidente? – el rubio le abrocho el cinturón de todas maneras causando en el cierta “frustración” que se vio reflejada en el gran bufido que este soltó.
El auto se puso en marcha y ambos iban directo al hospital para que atiendan y diagnostiquen al pequeño. En el camino, el pequeño que disfrutaba de la música que su padre escuchaba lo observo de forma algo “disimulada” notando otra vez ese brazo que parecía estar cosido, también noto como sus antebrazos tenían marcas en todas partes – papá – el pequeño miro al rubio que, asintió sin mirarlo a modo de decirle que lo oía – ¿tu… tuviste un accidente? – Sebastián se sonrió al escuchar aquella pregunta.
- accidentes… - ¿eran accidentes? ¿Adela Y Karin son accidentes? – no se… - el apretó sus labios ¿Qué le podría decir? ¿la verdad? ¿fomentaría ese… gusto por la batalla? No… eso no era digno de un buen padre, o al menos, no por ahora – fueron accidentes – el rubio al fin mintió – este me lo hice en un helicóptero – el rubio señalo su brazo – un fallo en el motor lo derribo y tuvimos un aterrizaje algo violento – el termino de inventar una historia.
- oh… - el pequeño rubio miro a su padre - ¿te… corto…
- si – Sebastián asintió – pero había un hospital cerca – este le guiño un ojo a su hijo – asi que por eso estoy completo. Al final, tuvimos que revisar por que el motor fallo – Sebastián comento de forma desinteresada – resulta que la línea hidráulica modifico la geometría de las aspas y el helicóptero dejo de generar empuje – el rubio comento de una manera un tanto más técnica algo que si bien le sucedió, no fue digno de un daño tan grave como el que en su última misión sufrió.
- suena doloroso – Sebastián se sonrió y mirando a la calle asintió - ¿es… por eso que… estuviste lejos? – Sebastián no contesto - ¿Por qué… nos dejaste? ¿e…e…eres como el papá de Tobías? – Sebastián lo observo al detenerse en un semáforo - ¿tienes… otra mamá que…
- Nicolas – el rubio observo a su hijo de manera seria – tu madre es la unica mujer que necesito en mi vida – al decir aquello el rubio bajo su rostro – jamás la cambiaria, antes prefiero… - iba a ser extremista nuevamente, iba a decir que prefería morir o… - Hijo – Sebastián hizo que el niño levante su rostro – soy una persona “importante” para muchos países, me necesitan para arreglar problemas y el problema que se hizo presente hace dos años me mantuvo lejos de ti – Sebastián soltó el embrague y el auto se comenzó a mover.
- ¿me extrañaste? – Sebastián sonrió asintiendo.
- como no tienes idea – el rubio al fin estaciono el auto en frente del hospital y lo detuvo – a ti y a tu madre – el rubio le sonrió y Nicolas contesto.
- mamá lloro mucho – el mayor trago pesadamente pensando en todo lo que su esposa también sufrió – se… se que… ella… ella lloraba por ti – Sebastián no podía mirar a su hijo – miraba ese… video en la noche, cuando pensaba que yo dormía – Sebastián estaba ciertamente asombrado al ver que su hijo, quizás, no recordaba a ciencia cierta, pero su mente se había hecho cargo de reconstruir esos recuerdos… o quizás… el niño si había visto aquello sin que su madre se dé cuenta.
- ¿lo viste? – Sebastián miro al niño a los ojos – Nicolas… dime la verdad.
- No – el al final negó dándole cierta calma a Sebastián – solo… se que esta en la computadora – el niño miro a su padre – pero… escuche que… le dijiste que no te busque – Sebastián bajo su rostro un momento y luego suspiro.
- algún día te contare todo – Sebastián tomo su mano acariciando su dorso con suavidad – algún día te diré porque no quería que tu madre me buscase ¿entendido? – el asintió – ahora vamos al hospital y… sobre esto, no se lo digas a nadie. Hay cosas que no se deben charlar con los demás.
El niño asintió captando esa orden. Al final, no fue mas que una pequeña gripe que el niño estaba incubando por lo que, le dieron unos días para que la pase en su casa y medicamentos para que este no se ponga muy malo.
Cuando Luz regreso, se encontró con cierta escena que le conmovió su corazón. Sebastián estaba sentado en el sillón de “chinito” mientras que su hijo se había sentado entre sus piernas. Luz recordó específicamente esa foto que se trajo de aquel lugar al que fue a rescatar a su esposo. Karin sentada en su regazo de la misma forma y Adela abrazando su colgada de su cuello abrazándolo por la espalda para posar para la foto que se estaban tomando.
El niño jugaba a sus videojuegos mientras Sebastián miraba atento como este lo hacía. Ciertamente, los dos eran gotas de agua, sus gestos, sus rasgos, sus formas de actuar ante la derrota o incluso, ante la victoria eran similares. Sebastián se sonreía cuando su hijo hacia goles y cuando este recibía uno en contra, se molestaba. Al final, de eso se trataba, de apoyarlo.
Luz los saludo a ambos sentándose a un lado de Sebastián que le dio un pequeño beso provocando que el pequeño haga un gesto de asco causando la risotada de los adultos.
- resulta que nuestro pequeño esta con gripe – Sebastián le comento a Luz que, algo enternecida se acercó a Nicolas.
- ¿mi hombrecito tiene gripe? – Ella pellizco con cariño la mejilla de Nicolas que algo “molesto” bufo – ay pobrecito ¿quiere que la mamá lo abrace?
- ¡no! – el se quiso hacer el “mayor” pero no era mentira que estaba avergonzado por la forma en la que Sebastián y Luz lo molestaban.
El niño “ofendido” subió las escaleras escapando del par de adultos un momento. Para Sebastián aquello fue algo que le causo mucha gracia, sin embargo, volvió a su mente lo conversado en la escuela y lo hablado en el auto – hable con la maestra de Nicolas – el rubio miro a Luz que asintió al escucharlo – me dijo que Nicolas últimamente habla de aviones, helicópteros, tanques… armas – Luz frunció su ceño – nosotros jamás le platicamos de ese tipo de cosas, sin embargo, sabe que ambos…
- trabajamos en la fuerza – el asintió. Si bien Sebastián ahora había pasado a ser un simple “instructor” para los reclutas nuevos y Luz era una oficinista en diseño, la realidad era que, sus mundos siempre iban a estar en orbita a su pasado dado que, al final, si estuvieron en eso… era porque sus espíritus eran dignos de ser guerreros. Ambos admitían que, cada tanto, sus planes de “salida” eran ir al polígono y gastar sus municiones hasta quitarse las ganas de disparar.
Quizás, sonaba raro, pero a ambos los desestresaba – le dije que, al niño no se le daban ese tipo de estímulos, le explique que, solemos jugar juegos normales como una familia ordinaria… pero que quizás… es mi culpa por que estuve alejado de la familia durante mucho tiempo – Luz bajo su rostro un momento – supongo que… lo comprendieron. Les pedí que intenten orientar a Nicolas a otro tipo de interés o que, al menos, le muestren lo ético.
- ¿lo ético?
- si… ya sabes, que se interese en como funcionan, no para que sirven – Luz comprendió la perspectiva adoptada y estuvo de acuerdo con aquello, sin embargo, noto que su marido aun tenia algo mas para comunicar y con su mirada le insto a que este siguiera charlando. El rubio se sonrió al notar aquello y bajo un poco su rostro – El te vio llorar – Sebastián comento aquello al aire – pensó que… yo me había ido con otra “mamá” – este se sonrió levemente – también dijo que escucho el video que te envié… sabe que te pedí que no me buscases… - el giro su rostro hacia ella y noto que, su labio había cicatrizado casi a la perfección y que no se notaba casi nada que el la había lastimado – que desastre provoque – el le sonrió a ella que, al verlo acercarse lo tomo en brazos dejándose caer con el encima.
- bueno… bien o mal… somos una familia – Luz le dedico una pequeña sonrisa para luego recibir un beso en los labios de su parte – y una familia… con errores hace todo lo posible por mantenerse unida.
- si… - el rubio bajo su mirada un instante para luego notar que la puerta de su hijo se abrió – arriba – ella asintió y ambos volvieron a su posición normal para luego escuchar como el niño bajaba las escaleras. Este al llegar donde ellos, abrazo a Luz de forma disimulada y la Zaffaroni sonriéndose lo abrazo con la intensidad que una madre controla y beso su mejilla.
- ¡ay mi pequeño hombrecito que quiere los mimos de su mamá! – Sebastián se carcajeo al ver como le hacia cosquillas al niño que quizás, por la gripe se sentía mas “mamengo” de lo habitual.
Al final, el pequeño recordó que su padre le comento que, este era el calco de su abuelo por lo que, mirándolo le pregunto delante de Luz - ¿tengo un abuelo también? – Luz sabia que Nicolas le preguntaba por los padres de Sebastián. La realidad era que el niño si bien conocía a los padres de ella, siempre tuvo curiosidad por la familia de su padre y también por su propio padre que, en parte era una incógnita dado que, Sebastián no solía hablar de su familia.
- y tíos – Sebastián recordó a sus cuatro hermanos – una familia peculiar – el rubio escapo siendo bastante joven de su país por no tolerar el tipo de padres que tenía. La realidad era que los amaba muchísimo, sin embargo, el tendía a disentir con tu padre que era bastante “extremista” en algunas cosas.
- ¿¡podemos conocerlos!? – Luz al oír aquella pregunta miro a su marido que sonrió levemente pensando si aquello era una buena idea… su padre era veterano de la guerra que Argentina, su país tuvo con Inglaterra, país al que Luz pertenecía. Era una realidad que, para Sebastián aquello le daba igual, el sabia perfectamente que, por mas guerra que de por medio haya existido, hay gente buena en esos países y que hay gente común. No todos tienen el control de lo que deciden los altos mandos y para peor, al igual que en su país, muchos fueron soldados que no tenían una mierda que ver en el conflicto.
- eso… no lo sé – Sebastián se rasco la nuca – a mi padre y a mis hermanos no se que tan bien les caigan los ingleses – el rubio ironizo aquello. Luz comprendió rapidamente aquello a sabiendas que el rubio si viajaba nuevamente a su país, era solo para hacer turismo y no visitar a su familia. La realidad era que este había cortado los vínculos luego de una pelea que tuvo con su madre y su padre, ellos no aprobaban que este se vaya con la ONU en un primer momento y como el rubio hizo oídos sordos ante aquello, le dijeron que ni se moleste en volver.
Si bien este comprendía que esto era una “táctica” de manipulación, se lo tomo a pecho en ese momento y partió para ser entrenado con la 383 y mejorar como soldado. Si bien sonó idílico, lo que vivió en esa división al final fue… ciertamente determinante para que deseara salir de esta y buscase entrar a la división antiterrorismo y evitar nuevamente a hacer operaciones “negras” como las que hacía.
- ¿y por que no quieren a los ingleses? – Sebastián observo a su hijo – somos… una familia ¿verdad? ¿no me querrán por… ser inglés? – el niño miro a su padre que intento sonreír, sin embargo, este también tenia cierta duda en su mente.
- dudo siquiera que me quieran ver a mi – Sebastián se dejó caer en contra del sillón.
- pero yo sí quiero conocerlos – Nicolas insistió a Sebastián que no supo que contestar.
- ¿y si pruebas… llamándolos? – Sebastián escucho a Luz y dudo un momento antes de siquiera contestar.
- mejor en las vacaciones los llevo a conocer mi país – Sebastián decreto – prefiero que vean lo lindo del mismo… y que tengan un lindo recuerdo. Mi familia no es tan buena – el rubio al fin se levanto del asiento para acercarse a la cocina - ¿algo que quieran cenar?
- ¡Pizza! – Nicolas grito decidido causando gracia en Sebastián que, al final se puso en la labor de cocinar. Cuando la cena acabo, Luz fue a acostar a su hijo que, a pesar de estar malito, estaba por demás de contento. Entendía que, al final, Sebastián influía demasiado y, a decir verdad, ella también estaba feliz con el retorno del rubio.
No era menos decir que Sebastián también estaba feliz, sin embargo, la realidad era que, el adulto ahora tenia otro asunto en mente y este se veía reflejado en la pantalla de su celular. El numero de su padre estaba en esta pantalla ¿llamaría? ¿se comunicaría con su padre? Dudo un momento hasta que, luego de tomar aire, decidió salir afuera para al fin tiquear aquel botón.
El tono comenzó a oírse por el teléfono y quizás… desde que lo rodearon esos revividos, volvió a sentir nerviosismo. Cada vez que este sonaba sentía que le tiempo pasaba mas lento que antes ¿realmente tenía… miedo? – ¿Hola? ¿Quién habla? – ¿será que… su padre había borrado su número? Bueno… normal que lo haya hecho. Llevaba desde los diecisiete desaparecido.
- Hola papá, soy Sebastián – murmuro aquello con voz baja provocando un silencio prolongado – tiempo sin oír tu voz – el rubio intento llevar la conversación, sin embargo… aparentemente su padre aun estaba “ofendido” o con cierto resentimiento.
- ¿y como planeas oír mi voz si te fuiste de la casa tu solo? Nadie te echo – Sebastián se quedó en silencio – preferiste vivir lejos de tu familia, fue tu elección Sebastián. Tus hermanos y tu madre sufrieron mucho tu partida.
- ya…
- ya nada. Tu te fuiste solo sin que te echemos – Sebastián se mordió la lengua estando sentado en la entrada de su hogar. ¿se sentía culpable? En cierta medida - ¿y ahora en que problema te metiste? – este lo estaba tratando como si de un mocoso se tratase.
- en ninguno – el rubio contesto con cierta… pena en su voz – en ninguno. Perdón por molestar, debe ser muy temprano allá – el rubio comento a Carlos que, chasqueo su lengua.
Al fondo de aquella llamada podría asegurar que un helicóptero estaba despegando por lo que, podría asegurar que su padre había escalado en rangos mientras estaba en el ejército.
- ¿me llamaste para esto? – Carlos cuestiono – dime ¿Qué cagada te mandaste? – Sebastián hace años que no hablaba español, por lo que, al escuchar el “lunfardo” de su país natal se sonrió – dale, no tengo todo el día – Sebastián estaba pensando en que decirle y su padre parecía estar corto de paciencia - ¿quieres que te llame otro día así te preparas el guion? – Sebastián asintió divertido pensando que, la chispa no la había perdido.
- no. Solo llamaba para avisarte que… probablemente el mes que viene viaje a argentina. Mi hijo quiere conocer mi país y también a sus abuelos – al decir aquello Carlos se quedó mudo – nos vemos.
Este colgó el teléfono preguntándose el por que no dijo nada acerca de la nacionalidad del niño ¿será que… sentía tanto temor por su padre? ¿o será porque… prefería golpear de frente y no detrás de su teléfono?
La puerta se abrió detrás de el y Luz se abrazo a su espalda con suavidad - ¿lo oíste? – el consulto y ella asintió - ¿crees… que este… bien ir? – Luz acaricio su pecho con cuidado.
- son sus abuelos también – Sebastián asintió lentamente – el debe querer conocerlos y ellos seguramente también.
Sebastián sonrió al escucharla, ella sin dudas sabia que decir siempre que podía, sin embargo, también era una cajita llena de sorpresas. Ella le entrego un sobre al rubio que, al sostenerlo, se quedo curioso un momento - ¿Qué es esto amor? – Sebastián miro a Luz que con la mirada insto a Sebastián a abrirlo.
Él lo abrió con lentitud y se encontró con esa fotografía que ella había rescatado en su pasaje por el lugar. Era la última que este tenía con ambas niñas. Eso a Sebastián le golpeo el pecho con fuerza. La cantidad de recuerdos que le llegaron fueron suficientes para dejarlo congelado en el lugar, sin embargo, Luz lo trajo a la realidad besando su mejilla – ver a Nico sentado en tus piernas me recordó que había encontrado esto… y que aun lo tenia guardado. Feliz regalo de cumpleaños atrasado amor… para tener veinticinco no te ves nada mal – ella divertida bromeo con el rubio que, tenía lagrimas asomándose por sus ojos. Su vista se volvió hacia ella y con lentitud, le regalo un suave beso a ella.
- perdón… - Sebastián suspiro – ya paso un año, pero…
- eran tus hijas cariño – el asintió sintiendo el peso de su perdida – es… normal – este apoyo sus manos sobre las de ellas – estas haciendo un trabajo increíble con Nico – el rubio sonrió al escuchar aquello – te adora.
- a ti también – el rubio acaricio sus manos y luego se levanto para volver a la casa con ella.
Quizás, a sabiendas que el niño ya dormía con pesadez por el propio dolor de cabeza, ambos se dedicaron momentos de privacidad y quizás, por tantos sentimientos removidos, dejaron pasar que, ya no estaban en días seguros o que quizás… la idea de expandir la familia era cada vez mas hermosa.
Si, era cierto que quizás, Sebastián estaba buscando llenar el hueco que sus pequeñas habían dejado en su pecho, sin embargo, también estaba seguro que, con Luz quería todo. Era una conversación que hace años ambos habían tenido, los dos sabían perfectamente que querían tener una familia numerosa, de tres o cuatro niños y si bien, ya tenían al primero, ahora deseaban al segundo.
Decir que, dieron rienda suelta a su pasión era poco… si bien, no hicieron escandalo porque, a pocas habitaciones dormía el niño, se dieron lo suficiente para estar contentos por lo que quedaba de semana.
Obvio que aquella charla infundio en Nicolas cierta conciencia a la hora de conversar sobre lo que le llamaba el interés y aprendió a diferenciar un poco que, a veces, dependiendo de las personas que estén frente a él, podía conversar de un tema u otro.
Cuando las vacaciones se acercaron, Luz tomo la decisión de imponerle a su esposo ir a ese lugar. Sebastián no había vuelto a tener comunicación con su padre, de hecho, tampoco había buscado llamarlo otra vez por lo que, tomo eso como un “haz lo que quieras”.
Tuvieron una cena con Emiliano, Camila, Tamara, Ana, Hana y Otto días antes de partir por lo que, pasaron una jornada agradable entre todos. A decir verdad, la familia de Luz quería mucho al rubio, más allá de venir de una cultura distinta, el rubio tenia facilidad para adaptarse a las personas a su alrededor y aparentemente Nicolas tenia la misma facilidad que su padre porque, podía jugar y comportarse como un pequeño con Tamara y también hablar con Ana que era la mas joven de los tres hermanos como si fuese un pequeño adolescente o al menos eso intentaba aparentar por que no dejaba de ser un niño que hablaba de videojuegos, caricaturas o demás.
El vuelo para la familia fue por demás de calmado, de hecho, podrían asegurar que Nicolas estaba mas que feliz de ver el gran gigante en el que viajarían que asustado por elevarse.
Luz estaba hecha una madre con todas las letras. Desde que llegaron al aeropuerto, ella no paro de sacarse fotos o sacarle fotos a ellos dos. Sebastián por su parte, además de hacer de “mula” de carga, también estaba en la labor de cuidar de su hijo que iba con él a todas partes.
A pesar de viajar como turistas, Tanto Sebastián como Luz no dejaban de ser funcionarios de seguridad internacional y como tal, siempre portaron sus pistolas. En el caso de ella, su fiel Glock estaba en su estuche correspondiente y en las valijas. Por parte del rubio, aquella Makarov que Nicolai le había obsequiado hace tanto tiempo atrás también viajaba de la misma manera.
Al llegar al aeropuerto, estos salieron del mismo abordando un autobús que los llevaría a la ciudad en la que el rubio nació. Si bien, viajar por tanto tiempo incomodo un poco a los tres, las vistas, los paisajes, incluso podrían afirmar que las rutas estaban siendo disfrutables. Para Luz escuchar hablar el español era algo que la fascinaba. Ella apenas y sabia algunas palabras por lo que, como “chismosa” le ponía mucha atención a las conversaciones de las personas preguntándole constantemente a su marido que significaba cada palabra. Por parte de Nicolas, este tenia el mismo asunto. Él quería saber lo que se hablaba y quizás, por ser pequeño, tenia mayor facilidad para aprender el idioma.
Sebastián por su parte, aun sentía los nervios de estar cada vez mas cerca de su ciudad, si bien este lugar era una parada turística realmente bella, el temor de que sus padres, hermanos o incluso, de darse el caso, viejos conocidos lo tengan mal visto le ponía los pelos de punta.
También había cierto… recelo que llegaba a su corazón y era imaginarse al par de niñas acompañándolo en ese viaje. Karin sobre Luz, Adela sobre el y Nicolas en medio de todos… sin dudas hubiese sido una gran experiencia… una gran experiencia que el no pudo proveerle a ninguna de ellas.
Al llegar, sin dudas la mas emocionada era Luz que estaba en modo turista. Nicolas contagiado de esa actitud estaba igual que su madre, que, al día siguiente de estar en el hotel se subió emocionada al tour para conocer el lugar en el que estaban. Sebastián acompañando a su familia emocionada por conocer lugares históricos e icónicos de Mendoza sintió cierta felicidad al verlos así de emocionados. No creyó que estos estén tan encantados del lugar al que el pertenecía, sin embargo, al ver sus rostros, al ver como su mujer sacaba fotografías a todo lo que veía, incluso, al llegar a la Aconcagua, aquella gran montaña, fotografiarse los tres juntos y luego fotografiar a aquel gran ave llamado cóndor que los sobrevolaba, le dibujo una sonrisa al rubio.
Sin dudas, lo que mas divertía a Sebastián era el acento que Luz tenia al intentar hablar el español. Por su parte, el aun mantenía su acento original por lo que, se podría decir que, al hablarlo, el era uno más… sin embargo, ella tenia esas dificultades propias de comenzar a hablar en ese idioma y era divertido para el escucharla alargar las “o” o la “a”. como a veces se saltaba la “r” o incluso, como acentuaba por demás la “L” haciendo que esta se note aún más.
Como en vez de decir “Yo” decía “Sho”. Propiamente dicho, Luz era el estereotipo de turista que se emocionaba con todo lo que veía y eso, a Sebastián le encantaba. Nicolas por su parte, era el calco de su madre y estaba copiándole prácticamente en todo a esta.
Sebastián se divertida con aquello e incluso, cuando una familia que también estaba aprovechando las vacaciones se acerco a conversar con ellos, se carcajeo al escuchar a su esposa intentar tener una conversación en el idioma.
Estaba claro que estos eran personas amables que no tuvieron problemas en hacer el esfuerzo de charlar con ella que, a cada momento se giraba hacia Sebastián con la duda de que habían dicho dado que, aun le costaba entenderlos.
Nicolas de la misma manera parecía una lechuza que miraba al frente y rapidamente giraba su cuerpo para mirar a Sebastián y luego volver al frente. Al final, tuvieron días maravillosos en aquel lugar. Cuando se termino el “Tour” y estos quedaron liberados, Sebastián tomo aquel teléfono y volvió a llamar a su padre. La conversación fue breve, a decir verdad. Se resumió a “- hola. Llamaba para avisarte que estoy en la ciudad ¿Mañana podemos visitarlos? – al recibir una respuesta afirmativa por su padre iba a colgar, pero este le insistió que, si estaba en un hotel, que no sea torpe y que vayan a pasar los días que le quedaban de vacaciones en la casa de ellos”
Cuando el sol volvió a salir Sebastián decidió tomar la oferta. El hotel no era precisamente caro, sin embargo, estaba más cómodo en aquel lugar. Luz estaba de acuerdo con aquello y estaba contenta con lo mismo por lo que, al tomarse un taxi hasta la casa del rubio, notaron la diferencia que había del centro de la ciudad a aquel barrio privado.
Este estaba cerca de la montaña y los bosques que rodeaban a las mismas por lo que, Luz asumió que la familia del rubio era adinerada, sin embargo, al notar que, prácticamente a un lado del barrio, había un cuartel militar dudo un poco del asunto. Resultaba que ese “barrio privado” no era mas que las casas que le son cedidas a los mayores del ejercito para que vivan en este lugar. Aquel taxi que los llevo se detuvo en la garita de seguridad y un militar que estaba de guardia se acerco a este. Sebastián bajo su ventana contestando a aquel soldado que les consulto a que casa se dirigían y si tenían “cita” – Buenos días – el rubio saludo al soldado – vamos a la residencia Vannucci. El mayor es mi padre – Cuando este comento aquello, también le dicto su Documento de identificación para que este buscase aquella serie de números encontrándola y comprobando aquella información. Al final, este les dio el paso y el taxi pudo acceder al lugar. Al llegar, esta era una de las casas mas grandes, claramente la jerarquía era correlativa al tipo de hogar que recibían además del numero de la familia. Sebastián le pago a aquel taxista y bajo todas las valijas – bueno… el rubio tomo aire antes de siquiera dar un paso – déjenme hablar a mi ¿sí? – este miro a su familia que asintió.
Se acercaron a la puerta y al tocar aquel timbre, esta fue abierta por cierta rubia que, al verlo lo observo con cierta duda - ¿Se…Sebastián? – el asintió.
- Hola hermana – esta se quedó pasmada un momento.
- ¿¡quien esta en la puerta!? – su madre lanzo el grito desde la cocina, claramente llegaron antes de la cena por lo que, notando la cantidad de autos estacionados, notaron que hoy había cena familiar ¿será que esto lo organizo Carlos?
Su hermana se abrazó a él con muchísima fuerza y con lagrimas en sus ojos. Si bien le recrimino el “irse” este disfruto de la muestra de afecto. Esta los hizo entrar rapidamente diciéndoles que no estén mas tiempo afuera, que al ser invierno se iban a enfermar y que, dentro de la casa, estaba cálido.
Claramente la falta de respuesta de parte de Victoria, la rubia, Erica se acerco a esta para notar a ese hombre rubio de gran altura. Para una madre, el paso del tiempo no le es excusa para reconocer a un hijo y… a decir verdad, cuando tu hijo se fue de casa, esta claro que lo vas a reconocer de manera más efectiva aún.
La pelirroja al verlo no dudo ni un solo segundo en correr hacia él, no solo lo abofeteo con fuerza al grito de “¡estúpido!” si no que lo abrazo con toda la fuerza que una madre puede aplicar para demostrar cariño.
Se podría decir que se formó una procesión, recibir a Sebastián en la entrada de aquella casa traía consigo muchas reacciones, algunas eran de felicidad por saber que este no estaba muerto, otras eran de enfado para rapidamente ser remplazadas por una reconciliación… sin embargo, cuando el turno de Carlos llego, este solo apoyo su mano en su hombro dedicándole un “has crecido mucho” claramente tener que mirar hacia arriba para verlo dado que, de sus hermanos, este era el mas alto, era un caso.
Le pidió que dejaran sus cosas en la habitación que el utilizaba y que vengan a la mesa, para prepararse para cenar.
A Luz le vino bien nutrir su español ese tiempo, ya podía entender un poco mas al igual que Nicolas, sin embargo, este aun tenia ciertas dificultades. Sebastián por su parte, estaba en un remolino de emociones, si bien se llevo la sorpresa de que sus hermanos y su madre lo trataron inesperadamente bien cosa que, alegro al rubio, sin embargo, aun temía por su padre.
- ¿estas bien cariño? – Luz le pregunto al rubio que asintió sin dejar de mirar la unica foto que tenia con Carlos. Sonrió levemente al ver como su padre lo tenia en hombros por lo que, dejándose llevar un poco, tomo la mano de Luz.
- ya… es tiempo de cenar – al decir aquello esta se sonrió. Obvio que acercarse a la mesa en un principio fue un mar de sensaciones tanto para Sebastián como para su esposa e hijo. Si bien estos estaban tímidos, el problema venia a partir del propio idioma a hablar.
Obvio que el acento los mando al frente al instante y a pesar de Sebastián presento a su esposa y a su hijo, que sus hermanos y incluso su madre lo hayan recibido de una manera feliz… la mirada de su padre sobre el era ciertamente penetrante. No pudo percibir enojo o lo que fuese una emoción de furia… sin embargo, se sentía juzgado. Luz al fin pudo conversar con las hermanas de Sebastián que eran dos, siendo Victoria y Natalia las que divertidas hablaban con ella. Los maridos de estas también estaban presentes al igual que sus hijos por lo que, los niños rapidamente integraron a Nicolas a la mesa de ellos encontrando al jovencito bastante mas interesante de lo previsto por su acento y su forma de vida distinta a la de ellos.
Claramente, sus hermanos estaban mas concentrados en conversar entre ellos y quizás, intentando nos el centro de atención Sebastián se mantuvo un poco al margen en la cena que, a decir verdad, estuvo colmada de preguntas a Luz que, uso al rubio como traductor constantemente.
Como era allá, que costumbres tenían, que opinaba de la carne que habían asado y demás fueron preguntas regulares, sin embargo, cuando la cena acabo y todos estaban más distendidos, Sebastián sintió algo de calor y se quito su campera al igual que todos. Si la había mantenido sobre su cuerpo, claramente era para ocultar su brazo izquierdo el cual daría de que hablar.
Al quitársela, noto que su hijo ya había caído noqueado de tanto jugar al igual que los hijos de sus hermanos. Se había tomado su momento para conocer a sus sobrinos que miraban a Sebastián con cierta atención.
Entre mates que era la infusión típica, las preguntas se hicieron presentes siendo su madre la que estaba a su lado - ¿Qué te paso? – Sebastián miro a Luz que, sin dudas entendió lo que su madre le pregunto. Esta asintió, después de todo los niños llevaban dormidos largo rato.
Obvio que la familia estaba contenta con la historia que unió a Sebastián con Luz, sin embargo, ahora surgían nuevas preguntas que iban a ser contestadas por el rubio esta vez – desde que la ONU me selecciono para ser un prospecto, me llevaron a la división especial 383 – Carlos al oír aquello se llevó la mano al rostro. Este parecía saber exactamente lo que era esa división – me entrenaron en el lugar y me pusieron a trabajar en el extranjero. Con el tiempo, pedí el traslado a una división anti terrorista para tener un trabajo mas normal… sin embargo, por falta de personal, tuve que prestar apoyo a estos – el rubio suspiro levemente – no puedo hablar mucho de este asunto… pero tuve… dos hijastras… - el rubio tomo su billetera buscando aquella imagen y Luz lo corrigió.
- Dos hijas. Karin y Adela – Sebastián le sonrió a su esposa para asentir ante lo dicho.
Al final, el rubio comento un poco por arriba la situación, omitió el asunto de los revividos diciendo que un grupo “paramilitar” intento llevárselas y que hubo muchísimo escándalo. No menciono que estuvo dos años fuera y concluyo diciendo que, si bien pudo terminar con ese asunto, el salió herido.
Hablaron de la actualidad de ellos, que ambos ya no eran mas activos en las fuerzas armadas y que los dos eran simples “civiles”. Cuando la cena acabo y los hermanos se fueron, Sebastián tuvo un momento a solas con su padre. Luz compartió con Erica una gran charla en la cual, la pelirroja saco a relucir un ingles bastante pulido por lo que, la muchacha que hizo el esfuerzo de poder conversar durante el día en el idioma de estos, ahora se podía distender.
Sebastián salió al patio para sentarse con su padre que al verlo negó levemente – 383… - Carlos negó levemente sin mirar a su hijo - ¿quieres saber por qué se de ellos? – Sebastián lo observo curioso – ese maldito grupo opero en Malvinas – Sebastián no dijo nada ante eso – me enfrente a esos hijos de puta… putos de mierda, mercenarios de porquería – el rubio se quedo en silencio sintiendo que había cometido errores ante eso – hice cagar a su coronel y me llevo su puto parche… ¿conservas el tuyo? – Sebastián se quedo en silencio - ¿lo portaste con orgullo?
- no lo tengo más – Sebastián saco su pistola dejándola sobre la mesa que dividía los asientos – cuando llegue, el coronel era un ruso llamado Nicolai. El me regalo esta pistola – Sebastián miro a su padre – un Spetsnaz… un tipo muy rudo – el rubio miro hacia la luna que se estaba comenzando a alzar – no… no pertenezco a esa agrupación por decisión propia – Al fin Sebastián comenzó a blanquearse ante su padre – me aleje al ver que no hacíamos lo que me prometieron.
- esa gente nunca hace lo que te promete. Son asesinos a sueldo – Sebastián sonrió levemente.
- no del todo – el rubio recordó a sus pequeñas y completo – ellos me ayudaron… a salvar vidas muchas veces y… aunque… nuestros caminos estaban alejados, colaboraron para mantener vivas a Karin y Adela durante mucho tiempo.
- ¿Por qué murieron?
- su… condición no… pudieron encontrar una cura para ellas.
- ya veo… - este miro hacia el pasto - ¿las extrañas mucho?
- no siempre – el rubio miro hacia el interior de la casa notando como su esposa hablaba con su madre – tengo una esposa maravillosa y un hijo hermoso… no me puedo permitir pensar en ello mucho tiempo.
- inglesa… - Carlos mascullo un momento.
- estoy enamorado. Su familia es fenomenal, me trataron muy bien cuando me conocieron.
- ¿y nosotros no lo hicimos? – Carlos miro a su hijo asentir dándole la razón – no somos cavernícolas hijo. Sin embargo… yo no puedo estar orgulloso de tus decisiones – el rubio menor sonrió levemente.
- pues… aunque… me gustaría cambiar algunas cosas… yo se que… que tome las decisiones correctas – Carlos miro a su hijo menor decir aquello – se que… cometí el error de alejarme, sin embargo, eso me trajo a donde estoy y… me hizo quien soy.
- ¿y quien eres? – Carlos miro a su hijo que le sonrió.
- soy un padre de familia… - el rubio mayor se sonrió negando divertido y luego, como si lo hubiese planeado durante mucho tiempo, metió su mano en uno de los respaldos de aquella reposera sacando una carpeta.
- un padre de familia, actual instructor de los boinas verdes y de los SAS, antiguo operario de la 383, activo importante para la marina de los estados unidos en la lucha contra el terrorismo, gran sujeto de estudio por sustancias desconocidas en tu cuerpo y supuestamente, el niñero de “K001” y “A001” ¿creíste que no te estuve siguiendo el paso? ¿Qué no se que tu rostro esta destrozado por que una de esas niñas te capturo? ¿Qué dejaste a tu esposa sola durante dos años por una maldita misión? ¿Qué te dieron por muerto? ¿crees que no vi el video que le enviaste a ella? – Sebastián estaba completamente sorprendido por todo lo que su padre sabia – no eres el único con amistades a nivel mundial con altos cargos Sebastián… no me tomes por idiota, tengo los informes de esa misión, se exactamente lo que ocurrió y incluso, se lo peligroso que eres como hombre. No, no estoy orgulloso de que mi hijo sea un asesino de grado cinco y que sea vigilado constantemente por la interpol o la CIA. dado que, se desconoce como esta su estabilidad mental… - el rubio sabia perfectamente que sus pasos eran medidos e incluso, aceptaba aquello con tal de vivir tranquilo con su esposa e hijo – entonces… ahora dime ¿estas orgulloso de ser quién eres?
- si – El rubio contesto con seguridad – lo estoy por que no dejo de ser quien quise ser toda la vida. No dejo de parecerme al tipo que fue mi héroe cuando fui un niño… no dejo de intentar superarte y te puedo asegurar que, si hubiese tenido la oportunidad de salvarlas, lo hubiese hecho sin dudar… por que ambas… ambas se merecían una vida llena de amor y no la mierda que el mundo les entrego – Sebastián se levanto de su asiento – yo si me respeto, yo si me veo como un ejemplo a seguir.
Al final, esa charla tuvo un sabor agridulce, sin embargo, al final era un comienzo… un comienzo que necesitaban ambos.
Dormir junto a su esposa fue una de las sensaciones mas refrescantes que tuvo esa noche, mantenerse junto a esta con el amor que le correspondía lo hacía sentirse en paz.
La mañana siguiente, despertaron con el sonido de las trompetas correspondientes al cuartel militar a su lado. Carlos luego de desayunar los invito a los tres a dar una vuelta por el cuartel, Nicolas estaba que deliraba por todo lo que veía. Al niño le encantaba ver los tanques, los helicópteros, los jeeps que usaban en el ejército y demás.
Sin dudas, lo que mas le encanto fue ver uno de los aviones que estaban allí por lo que, cuando Carlos entrando en modo de buen abuelo le invito a dar una vuelta en helicóptero, este acepto al instante. Al final, no dejaba de ser su nieto y por más que sea inglés, para él, tenía sangre Vannucci en sus venas.
Sebastián y Luz decidieron quedarse en tierra firme por lo que, divertidos miraron como su hijo los saludaba desde lo alto. Quizás, el momento de felicidad que se venia llego acompañado de lo que Luz le revelo a ese rubio - ¿crees que entre una cuna en la habitación libre? – el rubio levanto su ceja – si no… tendremos que liberar tu despacho para instalarla ahí – Sebastián al escuchar aquello sonrió dudoso.
- ¿me estas… dando algún mensaje?
- ah si – ella asintió divertida – estoy embarazada amor – obvio que eso fue motivo de felicidad para aquel rubio que, más allá de estallar en cariño y felicidad hacia ella, lo compartió con su madre y con su padre con el orgullo que se merecía.
Obviamente prometió en su partida comenzar a hacer visitas más frecuentes y quizás, de vez en cuando, intentar conseguir alguna oferta para entrenar a los comandos que trabajaban en la zona.
Aquello sin dudas fue un contrato que “firmo” con su padre que, le dijo a la cara que quería que este comience a venir mas seguido, que el también era parte de la familia y que con ellos también debía cumplir.
Con el pasar del tiempo supieron que en su vientre no era un solo bebe el que se gestaba, si no que, Luz iba a tener mellizos en poco tiempo.
La felicidad venia compartida de cierta… corazonada para ese rubio que, al comprar las cunas pensó en que… si la vida era buena con el, quizás… las dos serian niñas.
Luego de esos nueve meses, a la vida llegaron dos niñas hermosas que, por la diferencia de color en su cabello obtuvieron sus nombres por decisión unánime.
Tanto Luz como el pensaron en eso al instante poniéndole a la rubia Karin y a la pelinegra Adela.
Quizás, por decisión divina… o quizás… no tan divina, la vida les daba una oportunidad a ellos de hacer las cosas a la perfección. Después de todo, con el amor que entre ellos florecía, podrían cuidar de sus pequeños que cada vez eran más felices entre sí.
Obvio que, la vida los recompenso con miles de momentos hermosos a ambos y también los puso a prueba un par de veces siendo estos los que se impusieron ante la adversidad para demostrar el por que ambos eran el amuleto del otro y como con amor, no hay obstáculo lo suficientemente grande que no se pueda sortear.
Menos se podría cuestionar a este par que, con el paso de los años volvieron a ampliar la familia con otra niña, esta también pelinegra llamada Florencia quien también era la luz de los ojos de este par de padres.
Con todo aquello, ambos podrían afirmar que su felicidad era infinita, sin embargo, Sebastián y Luz aun guardaban un secreto en especial con las mellizas. Resulto que, cuando estas dos cumplieron tres añitos, con sus manos, hicieron pequeñas rosas de color negro que sin dudas, dejaban en claro quiénes eran estas precisamente. No habían muerto, solo se habían escondido en el cuerpo del rubio para volver a el con el tiempo y quizás… esta vez, sin ser afectadas por el sol, ser sus hijas como realmente deseaban.
- qué vida – Luz le comento a Sebastián estando abrazada a su cuerpo. El rubio se sonrió con placer y al mirarla ella murmuro – que amuleto.
- que amuleto – el nuevamente repitió y beso sus labios – mira todo lo que construimos juntos…
- somos increíbles – ella divertida decreto y el, besándola sello aquello afirmándolo.
Sin dudas, ese matrimonio era perfecto en su imperfección y ambos lo sabían.
FIN
Fecha de publicacion en el sitio: 22/08/2024
palabras totales: 30500
TheMatt3307
Buenas! soy un escritor amateur. llevo siete años creando historias en otra plataforma y he decidido compartir mi trabajo aqui. suelo centrarme en la acción y los dramas románticos
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