Amor valiente.

Jugas con mi pelo. Venís, me buscás, me querés.

¿Por qué otra razón estarías acá si no es porque querés verme?

Eso es lo único que hacés.

Intentar que te acepte, que te ame, que te dé un lugar.

¡Estás tan cerca! Y estoy casi convencida de que hacerte parte de mi no sería un error.

Y digo casi porque tengo miedo, huyo de la herida que aún no se ha hecho.

Temo morir de nuevo enfrentando las consecuencias de amar demasiado.

De creer mucho en alguien a quien más tarde, quizá, no le bastará mi ternura. No le bastare yo.

Sin embargo, jugas con mi pelo. Venís, me buscás, me querés.

Eso es todo lo que hacés.

Y yo me quedo porque quiero aceptarte, amarte, hacerte un lugar.

¡Estoy tan cerca! Y estás totalmente convencido de que tenerme aquí no es un error.

No tenés miedo de amarme o de ser abandonado.

Ese es todo el coraje que necesito para quedarme y no escapar.

Para aceptar que somos un solo corazón latiendo en un mismo suspiro de amor. Amor, amor. Eso sos. Eso es todo lo que sos.