Amor que Me Condena

Seguir amándote me duele en el pecho,

olvidarte… ¿cómo?, si en mí llevas derecho.

No sé cómo arrancar tu voz de mi mente,

ni borrar el deseo que arde latente.

Me duele dormirme y no verte llegar,

esperar tus mensajes y nunca sonar,

extrañar el “buenas noches” que me daba calma,

y sentir que sin ti se me rompe el alma.

Hoy mi amor por ti cayó en un abismo,

un vacío oscuro, frío, sin lirismo.

Un grito silente me quema los huesos,

te nombro en mis rezos, maldigo mis besos.

Te busco en el aire y no hay respuesta,

mi pecho sangrante la herida me resta.

Quisiera olvidarte, borrarte la piel,

pero en cada latido te encuentro otra vez.

Mi castigo es seguir recordando aquel beso robado,

un beso que nunca debió haber pasado.

Ese instante maldito quedó en mi memoria,

un filo que corta pedazos de historia.

A veces me odio por amarte así,

por atarme a cadenas que pusiste en mí,

por llorar en silencio cada madrugada,

por gritarle a tu sombra que no vuelve a nada.

Y aunque el tiempo pase y me arrastre el dolor,

mi cuerpo aún sangra por aquel amor.

Te maldigo, te lloro, te amo, te pierdo,

y en cada recuerdo mil veces me muerdo.

Porque amarte fue fuego, tormenta y pecado,

y vivir sin tus manos es vivir condenada.

Hoy entierro tu nombre en mi voz quebrada,

pero en cada suspiro vuelves, desgraciado.

Paola.z