¿Por qué quererte se volvió tan asfixiante? Compartir el mismo aire que tú se volvió una neblina tóxica, que en cada ocasión que veo tus ojos sin vida, me ahogo con las palabras que no puedo decir... Cada palabra arde como mil agujas que se clavan en mi alma... Pero no importa, aún puedo tocarte... Aún cuando mis manos arden con las llamas de tu pasión. ¿Por qué quererte es tan adictivo como la nicotina en mi sangre? El aroma de tu cigarro favorito envuelve mis sentidos, embriagándome como un veneno que se esparce por mis venas. Tan cruel y tan perfecta como un espejismo en el desierto que promete oasis y solo ofrece arena. Mi lycoris radiata, flor de la muerte y la belleza, solo déjame darte un último beso antes de desvanecer en tus escritos y darle fin a este mediocre corazón.
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