Genuinamente
busco un amor verdadero.
Irónicamente espero
que me quieran tan sólo un poco,
porque sé la baja probabilidad
que existe
de que alguien me quiera amar.
Felizmente me conformo
con un amor sencillo,
que ni me da
ni me resta,
que ni me adelanta
ni me espera.
No importa cuánto tarde
en lograr ese amor
o si acaso lo consiga,
mi alma espera pacientemente
un corazón presente,
un amor que haga arder el mundo
si un día no me tiene.
Yo deseo un amor
como los romances
de películas y libros,
como los besos sinceros
que ves por la ventana,
como la pareja idealizada
que la propia sociedad
ha hecho creer que existe,
y en la que yo creo firme.
No quiero que me regale
ramos de flores,
quiero que me regale sólo una.
No quiero que le diga a la luna
que me ama
mientras el tiempo pasa
con otros cuerpos.
No quiero que broten
mentiras de sus labios,
ni que oculte la verdad
o haga de mi vida un calvario.
Aún no sé si así sea tu amor,
pero muero por descubrir
los besos que tu alma
haya guardado para mí.
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