Entre mis reflexiones cotidianas, el año pasado se me cruzó por la mente definir el amor.
Quería expresar a modo de meditación lo que el amor significaba para mi.
De ello resultó, lo que a continuación plasmaré en palabras.
El amor... ¿Cómo defino el amor?
Amar es escuchar a la otra persona, desde lo que tiene para decir; a través de la escucha, fluyen mejor las emociones que se quieren expresar, por medio del lenguaje corporal como a quién se dirige, cuál es su intención, y qué es lo que le importa transmitir. La comunicación es una de principales claves del amor.
Amar es admirar en silencio el ser de la otra persona. Va desde su existencia, su físico, sus palabras, sus expresiones, su personalidad, su vestimenta, sus colores, sus emociones, sus capacidades y fortalezas; así como también, las debilidades e inseguridades.
Amar es aceptar al otro y hacerle sentir cercano. Puede lograrse a través de la atención, la escucha, generando un contacto físico, un acercamiento, cuestionando, permitiendo que manifieste y hable sobre lo que le gusta. Puede mostrarse cómo es, construyendo la confianza poco a poco y desistiendo del miedo a intentarlo.
Amar es proponer proyectos, salidas, ideas, metas juntos. Amar también es construir conocimiento, compartir experiencias, y apoyar la creatividad del uno y del otro.
Amar es imaginar. Imaginar lo imposible, imaginar lo que parece irreal, poner esfuerzo en ello y hacer un plan para seguir los pasos más pequeños hasta los más grandes, como un equipo.
Amar es no sentir prejuicios por uno mismo, por compartir la intimidad con el otro, por dar ese permiso y tener la seguridad de que se puede compartir un espacio con la otra persona. Eso sí, esto lo compartimos, tomamos la decisión de hacerlo con alguien que nos respeta.
Amar es sonreír cada que se piensa en la otra persona. Desde pensar en quién es, en sus acciones, en recuerdos de su imagen, en la admiración por sus anécdotas, en el sonido de su risa, en la armonía de su voz. Todo aquello que implique un motivo de alegría, demostrado en una sonrisa.
Amar es escribir pensando en aquella persona; escribir poemas, meditaciones o simplemente desarrollar un recuerdo, una bitácora de los momentos vividos, dejando por escrito lo que inspira; lo que nos hace feliz; lo que nos genera tristeza; lo que agradecemos y lo que desearíamos mejorar o aportar a ese vínculo.
Amar es tocar al otro sin miedo. Tomar una de sus manos con delicadeza y sentir el calor corporal en su piel; tomar sus mejillas y acariciar los pómulos con cuidado; el besar cada parte del cuerpo con cariño, conscientemente, sintiendo los labios suaves que rozan la piel del otro ser. También lo es deslizar las manos y dar palmaditas en la espalda durante un cálido abrazo, disfrutando la cercanía en silencio e inhalando el olor corporal.
Amar es mirar al otro. El encuentro de una mirada honesta, de forma consciente o inconsciente, no como una forma de acoso sino para manifestar la importancia de escuchar todo lo que tiene para decir. Mirar los ojos, similar a la sensación de viajar a otro mundo, un mundo que me conecta con su alma, con su ser, con lo que agradezco de su existencia.
Amar es cuestionar. Esto quiere decir, que es posible preguntarse sin vergüenza al otro lo que se piensa, lo que suscita las dudas, la incertidumbre y lo que nos gustaría conocer. Más allá de la atracción, cuestionarse en el amor es un paso a forjar interés, a declarar que algo nos gusta o no con honestidad, y a comprender a la otra persona.
Amar es intentar cosas diferentes. Un ejemplo de ello, puede ser la visita de lugares desconocidos o explorar lo que tenemos a nuestro alcance. Se puede dialogar la posibilidad de intentar desde lo mínimo hasta lo más complejo. Además, amar es intentar con el otro para evolucionar y emprender cada cierto tiempo; del mismo modo, en que intentar es visualizar, proyectar desafíos y retos que se pueden lograr de a poco.
Amar es cocinar y compartir culinariamente con el otro. Es intentar preparar comidas distintas, nuevas y sabrosas; probar una primera vez o repetirlo de nuevo, deleitandose con el sabor de un plato, pensado para ambos o para que uno de ellos disfrute. Es depositar la creatividad partiendo del cariño, el esfuerzo, la intención, el amor en la comida.
Amar es permitir que el otro también interactúe socialmente. Individualmente, tenemos amistades y una familia con la que compartir; amar es querer a la persona pero también brindarle libertades sociales, reconocer que no estamos atados, pese a que nos elijamos cada mañana para seguir adelante como parte de un vínculo afectivo.
Amar es tener compromiso. Consiste en asumir responsabilidades emocionales y afectivas; evaluarse cada cierto tiempo, escuchar lo que nos gusta y lo que no nos gusta a medida que nos conocemos, para mejorar y construir la confianza en la relación.
Amar es demostrar sin miedo, que a veces somos vulnerables. Amar es abrazar las inseguridades y ayudarse a superarlas, a aceptarlas también, con la disposición de ambas partes y así mismo, con la voluntad y motivación por mejorar.
Amar es apoyarse en los momentos más difíciles; es saber darse una pausa, acompañarse, pasar tiempo en soledad si es necesario. Parte de regalarse palabras y consejos, hacerlo con la razón y el corazón. Seguir adelante.
Amar es cuidarse uno al otro. Cuidarse estableciendo los límites; cuidarse para tener una buena salud mental y una buena salud física. El cuidado es salud para el alma, el espíritu, el respeto mutuo y la aceptación, así como, cuidar es rechazar lo que está mal y persistir en la búsqueda de la superación.
Amar es tratar con la verdad. Al amar no debemos ocultarnos cosas, situaciones, personas o miedos. Como dije antes, somos vulnerables pero eso no nos hace carentes de amor y respeto, de comprensión y justicia.
Amar es atreverse. Atrevernos a hacer aquello en lo que nos consideramos malos, torpes, toscos o inútiles. Es mirar, que en compañía del otro, podemos superar los miedos y construir algo nuevo, algo positivo.
Amar es bailar con soltura, sin complejos ni miedos; amar es cantar sin afinar, es vivir la música, es juntar un talento indefinido o definido con el otro, es compartir lo que nos apasiona y usarlo para nuestra felicidad, nuestra libertad y contento.
Amar es disfrutar de las cosas más "insignificantes". Disfrutar y admirar nuestro entorno, igualando la belleza con lo que existe en este mundo que habitamos.
Amar es no estar de acuerdo con todo, ser polos opuestos en muchos temas, pasiones, pasatiempos y conocimientos. Es aceptar y permitir que el otro piense como lo crea apropiado, cómodo; claro está, entendiendo que existen ciertos límites o cosas con las que no se puede estar de acuerdo y que denotarían en un problema o dificultad para ambos.
Amar es no amarrarse con una cuerda al otro, como atarlo de por vida a nuestros problemas. Amar no es encarcelar al otro en el sufrimiento, en la culpa, en los errores, en el abuso, en el acoso, en el daño y el perjuicio. Amar es una decisión consciente para que ambas partes se apoyen, se enfrenten a las dificultades, salgan adelante y se elijan por sobre muchas cosas, pero jamás para llevarse a lo más profundo, a la destrucción de la esencia, el alma y el ser de cada uno.
Amar es querer crear vida, planearlo. En el amor puede surgir la motivación por traer al mundo una parte de ambos, dando a luz a un nuevo ser humano que recibirá el conocimiento, las herramientas y una oportunidad en la vida; esta decisión implicará acompañar a ese pequeño o pequeña en el camino del crecimiento, del descubrimiento del planeta que habita y los seres vivos que lo rodean, aún sabiendo lo bueno y lo malo que este mundo tiene para ofrecerle y a lo que se debe enfrentar en el futuro.
Así mismo, amar es decidir no tener hijos y sólo compartir la relación con nosotros mismos. Se puede decidir no traer un hijo al mundo, por las razones que creamos justas; no debe existir la obligación de procrear y seguir un legado familiar.
Amar es ser sensibles con el otro. Amar para demostrar las emociones, no evadiendo lo que sentimos por el otro. Así mismo, amar es aceptar y ser sinceros frente a lo que sentimos y lo que puede cambiar. Amar es aceptar que los sentimientos, la atracción y los caminos pueden cambiar en algún momento, nada es eterno. La comprensión de esto es un compromiso con el aprendizaje y la verdad, desde expresar qué cambió y no insistir para que ese cambio culmine. Amar es una decisión.
Amar es llorar, sí, llorar en algún momento porque no todo será feliz e inocente. Al amar se enfrentarán dificultades, altibajos, situaciones de estrés, de ansiedad, de culpa o arrepentimiento. A veces, desde el amar se replantea lo que estamos haciendo, el por qué decidimos amar, el por qué seguimos eligiendo a esa persona cada mañana.
Amar es detenerse por un momento y analizar qué estoy sobrepasando, individualmente. Tomar una pausa para examinar, en el presente, a quién y qué estoy perjudicando con mis acciones; tomamos consciencia, corregimos o buscamos alternativas que permitan garantizar el bienestar para ambas partes.
Amar es reconocer que nuestra prioridad número uno, no es nuestro amado o amada. El amor que nace en esencia, tiene lugar en el propio. Con esto en mente, amamos como nos amamos a nosotros mismos, y por lo tanto se actúa pero no desde el egoísmo, la crueldad o el poder que se quiere imponer ajenamente; sino con respecto a una relación de igualdad, a la que me comprometo respetando tanto al otro como a mi mismo.
Amar es no hablar mal de mi compromiso a sus espaldas. Ya que por ende, al hablar mal de mi pareja, también lo hago de mi mismo. Amar es entender la privacidad de la vida y la relación, así pues, de no compararse con otras parejas o permitir que otras personas destruyan el compromiso.
Amar es entender el dolor: empatía mutua. El dolor, en muchas de sus formas, nos puede generar la ausencia y desconexión con nuestra pareja; tal es, que es necesario comprender las consecuencias de actos tales como las discusiones, la decepción o un corazón roto. Aprendemos a escuchar, a cuidar la palabra y a acudir al diálogo. Amar no es aislarse, pensar que la distancia soluciona una montaña de problemas, debido a la falta de comuniación.
Amar es nunca decir "lo siento" por amar. Suena incoherente, pero lo que intento decir es que no podemos perdonar al brindar un amor sano a otra persona, el amor que construye y permite avanzar. Todo lo contrario es, abnegarse de disculpar las acciones erróneas que dañan el vínculo, eso es muy diferente; por ello, no hay que lamentar amar a otro, en el buen sentido.
Amar es comprender que cada persona tiene una forma diferente de demostrar su amor. Considerando los límites, el amor no debe convertirse en un duelo por quién da más o menos, sino en un amor que sea suficiente y del que se pone todo el esfuerzo de cada parte, a su manera. Este amor del que escribo puede definirse como amor recíproco; no obstante, en esa ayuda mutua, el amor puede hacernos sufrir a veces, pero ese sufrir no tiene por qué dañarnos o consumirnos. Esa no sería una forma de amor. El amor no puede constar de humillar a nuestro compañero, haciéndole sentir débil o subornidado de lo que el otro quiere.
Amar es algo tan único, porque es una decisión, un sentimiento, una acción. Amar no es una etapa, no existe un momento en el que específicamente se debe buscar y por último, que amar signifique una pérdida de tiempo o abandono. Adicional a lo anterior, amar es igualmente un bello arte... Y por el mismo camino, cómo es de admirar, también puede doler; no es un cuento de hadas ni una decisión carente de sensibilidad humana.
Al ser una decisión, se entiende que con el tiempo es algo que puede cambiar; sin embargo, esa misma decisión es la que permite decir "te amaré para siempre, quiero estar contigo". O por el contrario: "ya no te amo, no quiero estar contigo".
Amar es lo más hermoso que existe, para mi. Y de esto modo he de aclarar, que el amor no sólo lo es con la pareja, sino también con los amigos, la familia y nuestras mascotas. Es una construcción con nosotros mismos; es una esperanza; es una motivación para muchos.
Amar es una de mis filosofías. Disfruto amar, aunque a veces no sea correspondido; aún así, persiste en mi amar y sé que tengo amor para cultivar, brindar y compartir.
¡Viva el amor!

Créditos de la imagen: Descubrimiento de mineros uruguayos, que encontraron una geoda de amatista con forma de corazón; año 2021.
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