¿Crees en el susurro de un alma distante,
que cruza el abismo, eterno y constante?
¿Crees en la chispa que arde en lo oscuro,
cuando dos condenas encuentran un muro?
.
¿Crees en la danza que tejen las almas,
orbitales eternos de energía y calma?
¿Crees en los lazos que sangran destinos,
tejidos con sombras y sueños dañinos?
.
Tal vez ya probaste el néctar sombrío,
o tal vez lo perdiste en un lago vacío.
Mas en cada paso, en cada lamento,
el alma persiste en su cruel tormento.
.
Tal vez te encontré en un tiempo marchito,
un reflejo en penumbras, un grito maldito.
Quizá ya pasaste como un cometa perdido,
dejando tus huellas en mi cielo encendido.
.
¿Y si tus latidos resuenan en los míos?
¿Si somos energía fundida en destino?
La conexión no muere, aunque el cuerpo se apague;
las almas se llaman, susurran y arden.
.
¿Y si soy la sombra que habita en tus días,
que murmura en tus noches, con voz sombría?
¿Y si el hilo que me ata a tu esencia
es un pacto sellado en la vil decadencia?
.
Las almas se encuentran en tumbas perdidas,
se hieren, se buscan, se vuelven heridas.
Pero si eres mi luna, y yo tu condena,
seremos eternos en esta cadena.
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