Alma abierta.

Me enamoré de tu sonrisa, de tus ojos,

de cada vez que me sacas una risa espontánea.

Me enamoré de tus caricias, de tus abrazos,

de cada vez que me recordas lo mucho que me amas.

Me enamoré de tus besos, de tus lunares,

de cada vez que el sol te pega en la cara y tus ojos brillan como nunca antes.

Me enamoré de lo que fuiste ayer, de lo que sos hoy y de lo que vas a ser mañana.

Me enamoré de cada frase, de cada palabra,

de cada segundo, de cada minuto.

Y cuando el mundo se apaga, cuando solo somos vos y yo,

mirándonos, sintiendo el latido de nuestros corazones,

me recuerda a cuando te vi por primera vez, me recuerda a como todo empezó.

Cada memoria, cada buen y mal momento,

cada alto y cada bajo,

cada lluvia y cada arcoiris,

cada risa y cada llanto.

Me recuerda a todo lo que nos conforma,

como pareja, como personas,

a todo lo que vivimos y lo que vamos a vivir.

A pesar de que, al menos por fuera, nada se escuche,

si prestas mucha atención, quizás, y con suerte,

puedas escuchar como mi alma te relata cada poema que escribí con el corazón en la mano,

pensando en todo lo que me haces sentir,

en lo más profundo de este sentimiento,

en lo más sincero de mí,

en lo primero que pienso al despertar y en lo último que pienso al dormir,

en lo que siempre intento plasmar en cada oportunidad:

Te amo a alma abierta.