A veces miro tus recuerdos,
y no aquellos que son efímeros o palpables.
Solo cierro los ojos y miro tu sonrisa,
tu forma tan particular de decir las cosas
o todas aquellas veces que me rechazaste
lo que te ofrecía.
Todo eso lo miro con nostalgia,
es más, lo siento con nostalgia.
Ya mi corazón es alérgico a otros recuerdos.
Se podría decir que me he vuelto
intolerante a un amor que no sea el tuyo.
¿Eso fue amor
o solo fue sentimiento de deseo y querer?
No lo sé.
Pero lo que sí sé
es que a veces veo tu recuerdo,
y otras veces siento tu adiós.
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