Al pie de la montaña
Sep 22, 2024
Al pie de la montaña hacia frío y él estaba solo, pero no lo sentía.
A lo lejos la lluvia y los truenos se hacían sentir, pero él no los sentía.
En el bosque los arboles se mecían fuertemente y los aullidos de los lobos se oían cada vez más cerca, pero él no los sentía
Los cascabeles de las víboras sonaban a los costados del camino a medida que avanzaba, siguiendo sus pasos con atención esperando el momento en que tropezara, pero él no los sentía.
El arroyo sonaba fuerte, crecido por esas lluvias lejanas y empezaba ya a tapar los puentes y los caminos de tierra improvisados que encontraba, pero él no lo sentía.
El agua se metía en sus zapatos enfriando sus pies a cada paso que daba, su campera estaba totalmente ensopada, su mochila pesaba ahora el doble y le lastimaba la espalda, pero él no lo sentía
El viento arreciaba y no le dejaba sacar el paraguas, que en realidad ya estaba destruido y de poco le servía, las ramas le golpeaban la cara, los brazos y las piernas, pero él no lo sentía
El oído le dolía, con una presión insoportable que por más que intentara no se iba y tenía la cara totalmente entumecida de tanto viento, lluvia y frío. Pero él seguía, como podía, subiendo, sin mirar atrás, sin pensar en lo que faltaba, solo podía pensar en una cosa: subir, subir, subir, seguir siempre hacia arriba.
Allá a lo lejos, en la cima de la montaña había una cabaña con un fuego prendido y alguien que lo esperaba y eso, eso era todo lo que él podía sentir
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