respiro
una vasta
tregua:
son puertas giratorias
por las que paso
es un bote flotando
impávido
al filo del agua
donde todo concluye
cuando el cielo es nocturno
y la periferia
ennegrece
parece que podrías,
pero no podés volver
no sabés a dónde
ya no hay un periplo,
ni un faro,
ni una orilla
es un agujero negro
que no arrastra
es un pesar
imperturbable,
sin violencia,
quieto
una penumbra
del tamaño
del mundo
donde algunas noches
te escucho
en la forma
en que el silencio
tiembla.
te preservo
limpio,
honrado,
en breves ensueños.
te presto mis manos,
sostengo tu forma
cuando se desborda.
vos,
¿qué podés darme?
más que tus lamentos,
como si yo fuera el mundo
que presuntamente
te dio la espalda,
como si yo fuera tu fortuna
inculpada,
como si fuera yo
quien se encuentra
a la deriva
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