Me invade una sensación de vacío. Por más que coma, beba y consuma no logro saciar mi apetito. Desesperado por sentir algo, arrastro todo al centro de mi ego.
Tomo lo que puedo, muchas veces sin pensar. Entre más fé tengo en que ese algo o ese alguien me va a llenar, más vacío termino. Destruyendo todo en el proceso
Cuánto daño le hago a los demás? Cuánto daño me hago a mi mismo? Lo único que importa es sentir algo, pero por más buenas que sean las intenciones, nada cambia.
Soy un agujero negro, y pobre de las almas que pasen cerca mío. Todo lo que este a mi alcance será destruido en la fallida misión de satisfacer el hambre, la sed, la pasión.
Solo resta que colapse en mi propia densidad, una autolisis que pareciera ser la única salida a un sinfín de dolor, ajeno y propio. Pero eso no sería más de lo mismo?
Culpar al egoísmo es fácil
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