Acercamiento personal a dos libros del premio Nobel de Literatura Jon Fosse. "Mañana y Tarde" y "Trilogía"

Leer a Jon Fosse ha sido acercarme a una literatura totalmente desconocida para mí. Una que, a veces, solemos creer que solo se mueve alrededor del policíaco Neo noir con tintes de mitología pagana, como condimiento catalizador de una realidad demasiada carente de sustancia, en este siglo XXI asedicado por el odio y la guerra, pero, obviamente, no sucede así.

El famoso premio obtenido por el escritor y dramaturgo nacido en Noruega, sesenta y cinco años atrás, tiene, entre tantos aciertos, llamar la atención sobre esa literatura que no suele ser tan popular, que no está hecha para el artificio, no es cómoda ni complaciente (por la profunda conexión humana que exige para ser disfrutada) y mucho menos ser un superventas en sus propósitos.
El primer libro que leí de Jon Fosse, "Mañana y tarde" tengo que confesar que, en un principio, me aburrió. Pero solo bastó que fuese capaz de adaptarme a la sencillez de sus intereses y estilo narrativo y, entonces, ocurrió el milagro, despertó en mí esa chispa de humanidad (que guardamos en algún cajón viciados, como estamos, por las redes sociales) que a veces necesitamos para leer ciertos temas netamente humanos y que, con cada página que leía, fui descubriendo una historia sencilla repleta de poesía y sin artificios, algo extraordinario de disfrutar. El uso de una técnica narrativa sorprendente, el derroche de símbolos culturales y humanos, la presencia constante de la muerte, la soledad y también de la belleza, hacía replantearme mis dudas y disfrutar de lo poco común que es este escritor. Entendí, entonces, el por qué le han adjudicado un premio como el Nobel de Literatura de 2023.
Acabo de terminar de leer mi segundo libro de Jon Fosse, "Trilogía" y estoy completamente seguro de que es uno de los más tristes y humanamente bellos que he leído en mucho tiempo. En él la poesía transcurre de la mano de los personajes y sus aspiraciones como en un pergamino donde van plasmando sus tristes existencias. En la novela el autor no busca la lástima, no busca el drama barato, no justifica hechos, no condena ni opina, sino que simplemente plasma la belleza que radica en vivir la vida al extremo y luchar por ella a dentelladas de ser preciso. También se acerca a la crueldad humana como elemento discordante que se contrapone a la belleza idealizada. Escribe sobre la grandeza del amor verdadero y puro (desde la mirada de dos jóvenes que subliman sentimientos humanos y desdeñan la posesión de objetos y, por ende, una vida burguesa), que no entiende de subterfugios ni de melodrama,  que explora tranquilamente  lo terrible y, a la misma vez, lo normal que puede ser la muerte pero, sobre todo, de lo miserable que suele ser el género humano lastrado  por el egoísmo, la ignominia, el clasismo y la sordidez.
"Trilogía" es una novela breve que se divide en tres relatos cortos pero que funciona para ser leídos como una novela. Su estilo narrativo está marcado por la carencia de signos de puntuación, típico de su modo de narrar, un vocabulario sencillo, minimalista y repetitivo marcando, muchas veces, grandes silencios que poseen, en sí mismo, una fortaleza dramática insólita.  Pasa de la crudeza más extrema y de un realismo doloroso a un mundo onírico, donde los personajes protagónicos en algún momento no son totalmente conscientes de la realidad que los rodea. A pesar de tener un planteamiento estético que va desde una óptica realista, hace uso de elementos fantásticos (ya utilizados en el primer libro del que les he hablado: “Mañana y tarde”) para conseguir elevar la trama a ese mundo hermoso y triste a la vez, de uno de sus personajes.
Hay una única pega que le pongo a la historia. La protagonista femenina no tiene ni voz ni voto en la trama. Solo es consciente de sus necesidades, ya sean sentimentales o de subsistencia. En ese marco aspiracional solo se mueve para y por el amor a su amado y a su hijo, pero nunca la lleva a tomar un atajo, abrir una vía de solución bajo sus propias decisiones y consecuencias. Quiero creer que se debe a su extrema juventud, a la ingenua manera que tiene de ver la vida pero, seamos sinceros, ninguna mujer por muy joven que sea, se quedaría de brazos cruzados viendo cómo la vida de su hijo y la suya propia se ponen en peligro y no toma posesión de su verdad y hace algo con ella.
Aun así, creo que la obra de Jon Fosse merece ser leída y analizada porque nos acerca a nuestra más hermosa humanidad, nos recuerda que, a pesar de la hojarasca, está allí, latente, viva y que tanto el pasado como el futuro de todo lo que somos y seremos se debe precisamente a que esa llama consiga permanecer encendida para siempre.