Camine intranquila, distraída y a las corridas. Tropecé con una rama que por poco me mata, reí nerviosa luego de mirar la hora, ya era muy tarde ahora. A punto de levantarme note un ligero pinchazo en el talón, se me paro el corazón, su aroma me sorprendió, su dulce voz me cautivo y el simple hecho de q fuera él, me dejo sin razón. ¿Qué hacia aquí? No tenía sentido. Aún q muy tranquilo parecía, con filo me buscaba el dolor que me causaba temblor, sin saber que él solo causaba ese descontrol. Me levantó aferrando sus brazos a mi cintura, y morí de ternura. Su aliento estaba tan cerca de mis sentimientos que por poco se los confieso. Mis ojos no eran tan discretos como yo, ellos miraban sus labios pidiendo un beso sin espacios.
Luego mi mirada se encontró con la suya y ya entregada suspire con el propósito de que mi aliento terminará en el lugar al nunca pude llegar. Pero como si de un sueño se tratara, el se acercó despacio para terminar con mi agonía, que pronto habría de enterarme, que era compartida.
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