Abuela

Abuela, anoche apareciste en mi sueño. Supuestamente siempre soñamos, pero, ¿sabías que hace mucho tiempo no me los acordaba? Será el estrés, la ansiedad, con lo que me gusta acordarme... andá a saber.

Venías caminando hacia mí, salías de un local, era como un "Todo por $2", ¿te acordas cuando encontrábamos joyitas ahí?

Nunca me contabas si te sentías mal, si te dolía algo, pero yo siempre me daba cuenta cuando las cosas no estaban bien. Me ibas a buscar al cole, pasabas todo el día conmigo mientras mamá trabajaba desde temprano hasta muy tarde para darme todos los gustos. Qué bueno que vos también estabas y que en mí encontraste una oportunidad para hacer las cosas un poco mejor.

En mi sueño ya estabas muy vieja, te costaba caminar. Te sentí débil, te vi débil. Te estaba esperando afuera del local, mientras veías regaderas y macetas para tus queridas plantas. Fue raro, porque en el sueño yo ya tenía esta edad. Caminabas chueca y de manera exagerada. En realidad nunca te vi tan así, en ese momento no estuve, directamente llegué al peor momento. A veces me culpo un poco, pero yo era chica, pasaron cosas impensadas y todo fue tan difícil.

En las pocas veces que te soñé nunca te acercaste, pero esta vez sí. Por primera vez te acercaste, y te avalanzaste a mis hombros. Se te cayó una lágrima... Te pregunté: "Abuela, ¿qué pasa? contame... ¿estás cansada?"

Mientras me abrazabas sin fuerza, porque ya no tenías, asentiste con la cabeza y me apretaste la mano. Después de unos segundos te dije: "Abuela, que difícil que es esto. Te entiendo. Bah, en realidad no, todavía no puedo sentirlo, quizás cuando sea vieja"

Y me desperté, llorándote.

¿Me vas a volver a visitar o ésto fue todo? ¿Fue un pedido de disculpas? ¿Fue un abrazo pendiente? ¿Fue una despedida pendiente?

Gracias por abrazarme. Te quiero, y si te interesa, creo que te estoy perdonando en este momento.