desde 1996 soy poco demostrativa.
cuando era chiquita
si me abrazaban,
les corría los brazos
o contaba los segundos,
para que ese momento terminara.
de grande es distinto,
hoy daría lo que fuera por un abrazo.
quizá la vida me hizo necesitar uno,
sentir que alguien me cuida por un ratito,
o sentir que yo soy ese lugar seguro.
pero a veces,
por más que de todo,
no puedo abrazar a las personas
que quiero,
que necesito.
y todo queda en nada,
en palabras que callo,
disfrazadas de falsa fortaleza,
y en la necesidad de un abrazo
que no puedo tener
porque no lo sé pedir.
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