Abrazar a los hijos crecer

Muriendo ante el espejo, combato lo incurable. Veo como cae agua de la sangre. Dos cabezas que me hicieron creen, que después venía el preludio a la vida. Pero como puede acontecer lo imperfecto del hacer, el único constructivo perfecto imperfecto si nunca voy a abrazar a mis hijos crecer. Y el ardor de odiar se hizo árbol en entender, siempre en tus dulces recobecos al caer. Sin conocer la decepción hasta que pasan los meses y ninguna noche es corrida de lugar, ya nada es normal, todo es desordenar. La noche tiene miedo de tu oscuridad en mi, porque no la dejo dormir. La luna que ya no puedo admirar, las estrellas que ya no pueden brillar me reprochan los ojos. Volviste oscura cada alternativa de vivir con dirección, pero a vos te van a abrazar, como si no hubiera pasado nada en realidad. Te recuerdo a cada segundo cuando trataba de buscar un poco de cordura y paz menta y entenderte, con confianza, tomar el martillo doble y ver tu replejo disociado en la duda eternidad de deshaucio de cordura creado por vos. Cada situación antes y después de mi reacción. Cada golpe me alejó un centimetro más de mi vida. Mas lejos de la amistad el amor y la vida mía y de otros que pensaba que protegía dejandolo todo impoluto, hablar y superar y después reír. Eras vos. Nos imaginaba riendo después de dos meses de ser robots que no se hablan practicamente pero primó tu destrucción transformada en escoba. No se puede vivir. Cada noche es un recuerdo de aniversario con tus gritos que destruían lo que trataba de constituir. Vuelvo con determinados desencadenantes a ese mismo estado. No hay noche que alcance. Solo alivia el deseo de la muerte, ver un poco de sangre salir mientras recuerdo a la chica que solo quería aprender y crecer. Me pierdo, sin vida, ya no se ni lo que escribo. Nada es recuperar. Todo lo ultrajado por tí muere en el velcro que armonizaba los pájaros que si cantaban por las noches y todas las mañanas. Esperar tus disculpas dignas fue como esperar en un cementerio, cada vez más frío, cada vez más miedo. No recibí ni un mensaje, que iba a transitar la peor parte mientras comías las hortalizas que yo quería mostrarte para dejar alimentar una pequeña parte de mí que se volvió monstruo con dolor y maltrato. Con el sonido que todavía puedo escuchar de las cerdas arrastrando por el piso desgracias no correspondidas. Toda noche salen a matar recordando que nunca los vas a abrazar y la dignidad, que muestra que vos no estabas para eso pero te rompieron.

El malvado que inventaste, gastando el deseo compañero que nunca tendre. Una promesa estirada en el tiempo hasta terminar de todo recorrer para morir y caer. Alcanza y sobra resultado bueno mientras trabajas por la hogar que la muerte me quito de las manos. Alcanza porque pesarás (si es que pesas, quizás alegras) en el abrazo de un amigo, en el proyecto compartido. Una vez corrido el propio fardo acontecido de que era una persona, has sabido. La ruptura cerebral que mi dulce tumba cabó hasta el final y arrastró todo lo que de desterraba por el piso que no era mío. No alcanza porque las lágrimas caen irremediablemente sabiendo que le debo fortaleza a la dignidad de dejar de oler la polvora teniendo la entereza de la pequeña fuerza. Muero ante el espejo, el espejo muere conmigo.k