Pero pongamos las cosas claras que yo no me llevo bien con lo moderno. Me ato eternamente a la monotonía de las cosas. Y de pronto vos te entrometés tan imprudente che. Como si agarraras la avenida en contra mano con el auto y yo viniese de frente con mi bicicleta.
Quiero pedirte rotundamente que no frenes, vos pasame por arriba que yo me arreglo.
Ahora, casualmente siempre desayuno en el mismo lugar, casi a la misma hora, porque sé que estás vos cerca. A veces estaciono como el orto como excusa para avisarte, y fantaseo con que vengas hasta el bar a pedirme algo, aunque sea que corra mi vehículo. Todo me sirve.
Una pregunta precisa que sé que me vas a hacer dentro de un tiempo.
¿Qué hice yo flaco para que te vuelvas loco por mí?
Todavia me dejo pensando, aun la pregunta es mía, me pertenece. Es obvio que no hiciste absolutamente nada, ni tenías que hacerlo.
En ciertos lugares, a ciertas horas, de los ciertos días que voy a verte siempre basta y sobra con que estés y seas vos. De la única y gloriosa manera con la que transitás lo cotidiano.
Aquel día te voy a confesar, que no preciso siquiera de tu esfuerzo para mi locura.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión