Voy a curarte los ojos con te de manzanilla, reza una cancion.
Pienso que hay que salvar al amor.
De tanta prepotencia,
de tanta palabra vacia.
Cuando me enamoré,
no sólo lo hice de un hombre
no sólo me enamore de una mujer.
Me enamoré de una cultura.
O de muchas, condensadas en cierto espacio.
Cuando dolió, no me dolió el amor.
Fue la desilusión, la cobardia,
la poca vida, lo que no hice,
lo que faltó.
Desiciones que nos pesan
y la canción sigue diciendo
que la felicidad y la infelicidad llevan los mismos ingredientes
pero depende el orden de los factores,
no como una matematica.
Aunque de tanto divague pienso
que si se alteran, igual el amor queda.
La felicidad no se, no tengo idea sobre eso.
Por eso hay que protegerlo,
alimentarlo, regarlo,
todos los verbos que se te ocurran.
Porque en su nombre se hacen cosas inhumanas.
La prepotencia no, por favor, no.
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Rocío Giménez Ferradás
Hola! Soy dibujante pero las palabras son un jardin en el que refugio el pensar
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