Mi corazón busca refugio
en senderos desconocidos,
donde el viento susurra nostalgia,
donde las espinas de las rosas arañan mi semblante.
Mii sombra,
la única que me acompaña,
camino siglos y me adentro en bosques llenos de melancolía;
sin embargo, no hay refugio.
me detengo a imaginar:
¿cómo sería llegar a ti?
tal vez un amanecer en el invierno cálido,
calidez que no conozco,
un suspiro que se consume en mil segundos.
Y entonces caigo en cuenta:
no hay refugio,
ni bosques,
ni senderos,
solo este andar interminable,
y un amante que jamás me encontrará.
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