Tómame si me necesitas
A veces la vida se pone creativa.
Te tiene convencida de que no quieres novio, de que estás bien sola, de que no estás lista… y de repente, te sorprende sintiendo algo que no buscabas. Y ahí estás tú, sin saber por qué no puedes dejar de sentir.
Yo lo he dicho en voz alta:
“Me siento como un perrito mojado… me secan, me dan comida, me dan amor.”
No es dependencia, es simplemente reconocer que hacía mucho no recibía atención así. Esa ternura sencilla, ese gesto chiquito que llega justo cuando creías que no lo necesitabas.
Y aun así, no he perdido mi claridad.
Porque sí, mi personalidad es coqueta, juguetona, ligera… pero también he aprendido a poner límites, incluso esos que no se notan.
Sé desviar las conversaciones cuando se ponen muy románticas.
Sé decir “amigo” justo cuando se siente “novio”.
Sé cuidar mi corazón sin cerrarlo.
Él y yo… somos un caso raro.
“Somos líneas paralelas que a veces encuentran la forma de unir sus vidas.”
No lo planeé, no lo busqué. Y sin embargo, aquí estoy, sintiendo esa mezcla entre miedo y emoción, entre humor y vulnerabilidad.
A veces me sorprendo a mí misma diciendo cosas como:
“Cuando me guste mucho, dejo de hablar. Contacto cero.”
Y no es drama. Es autocuidado.
Es saber que merezco claridad, estabilidad y amor real… no algo tibio que se esconde, algo que tiene que ser secreto, algo que todavía no sabe si quiere ser amor.
Pero también estoy orgullosa de mí.
Porque por primera vez en mucho tiempo puedo decir:
“Estoy volviendo a abrirme al amor y ya no tengo miedo de que me rompan el corazón.”
No es que quiera correr a una relación.
Es que reconozco mi crecimiento.
“Tengo herramientas para afrontarlo.”
Y eso, para mí, vale más que cualquier historia de romance improvisado.
Hay algo bonito en todo esto.
Algo caótico, algo tierno, algo que solo pasa cuando la vida decide que ya aprendiste suficiente y te da un nuevo reto.
Una parte de mí piensa: “Qué rico sentirme orgullosa de mí.”
Otra parte solo se ríe y dice: “No sé por qué no puedo dejar de sentir.”
Y entre todo eso…
Nace un pensamiento que me atraviesa el pecho:
Ojalá pudiéramos ayudar a más mujeres a reconocer cuando algo las está moviendo, cuando algo las está despertando, cuando algo las está haciendo volver a sí mismas.
Porque al final, esto no es una historia de amor con él.
Es una historia de amor conmigo.
Y si tú, que estás leyendo esto, también te sientes un poquito rota, un poquito confundida, un poquito ilusionada…
Tómame si me necesitas.
Estoy aquí.
Igual que tú.
Aprendiendo a sentir sin miedo.
Con mas Amor que Miedo M.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión