Desde pequeño tuve un deseo;
posar mis dedos en las cuerdas
y amar por siempre la madera
que forma en su apariencia a un ocho
¡Eso nunca! Instrumento de vagancia
reclamaban las voces a mis espaldas
sin comprender que se ama a la música
lo mismo que el cuerpo necesita respirarse
Y así distante me rendí a la idea
de hacer sonidos con el aire vibrante
Ondas sonoras, agitación de la naturaleza
tuve que vender mis horas a un sistema
que sustrae los sueños en el trabajo
Con el cheque en mis manos
Fui directo al negocio
que ofrece el deseo a su alcance
¡Una guitarra eléctrica para volcar el mundo!
-por favor.
«Un muchacho idiota canta
mientras ve las ciudades levitar como vapor»
Y así como Phileas Fogg
no gané nada más que la felicidad
Soldado Desnudo
Escribo en todas las superficies. Las palabras brotan sin significados, son el cúmulo olvidado y de ellas me alimento.
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